Lombo, alta cocina italiana con espíritu catalán
Este restaurante de Barcelona de discreta elegancia invita a viajar por una interesante reinterpretación local de los sabores mediterráneos
A través de las pastas se tiende un puente entre Barcelona e Italia. Foto: Lombo.
Lejos de la propuesta exprés de pizza y pasta de muchos locales italianos, este restaurante del barrio barcelonés de Sant Gervasi (donde cada día se encuentran nuevas sorpresas) propone un recorrido por los sabores de Italia con un par de consignas claves: una, que tanto esa península como el sur de España comparten una identidad común. Otra, que la temporalidad es un dogma, así que no se sorprendan si al volver han cambiado algunos platos. Y el tercero, que no hay mejores platos que aquellos que se preparan con cariño familiar.
Bajo ese ideario, el cocinero y empresario Eugeni de Diego (ex jefe de cocina de El Bulli, entre otros hitos de su carrera) presenta a Lombo en la tranquila calle Moliné 1, en una zona residencial casi sin restaurantes cercanos, con unos platos y un servicio que recuerdan a los bares y tabernas de barrio. No es una novedad en su modelo: hemos comprobado que esta receta la está aplicando con éxito en el cercano Colmado Wilmot.

Reinterpretar los sabores italianos
La ausencia de tránsito en la calle le permite contar con una terraza que, gracias a las estufas, incluso es agradable en las noches de invierno. El interior se divide entre un privado para una docena de comensales, y una sala de elegancia discreta para una treintena más; en un ambiente de grandes vidrios y con una única pared decorada con una retahíla de botellas.
La idea, nos apuntan, es “reinterpretar los sabores del sur de Europa desde una mirada contemporánea y emocional”. Los platos, decíamos, están inspirados en las tradiciones italianas, pero con un matiz local, tanto en varios de los ingredientes como en la preparación.

Carta sin excesos
La carta (precio medio, 40€ a 50€) es breve, con las opciones justas para no estar mareando al cliente de entrada. Hablamos que hay una docena de aperitivos (entre ellos, las croquetas de osobuco y la gilda ‘en tres bocados’, además de tres tipos de caviar Benoît Osietra Imperial), el mismo número de entrantes, unos seis platos de pasta, otros tantos de carne, y un puñado de postres. Directo al grano.
Eugeni de Diego aplica la misma receta de platos tratados con esmero y atención que ejecuta en el Colmado Wilmot, en el mismo barrio
La experiencia por los sabores de Italia comenzó con un llamado a la tradición, con la porchetta a la veronese, con stracciatella y granos de mostaza. Buena introducción, que abrió el apetito a otro futuro clásico de la casa, el vitello tonatto, un guiño a los sabores de Piamonte. Y la primera ronda cerró con unas tiernas alcachofas al pesto rosso y kalamata.

En este capítulo de antipasti, también se encuentran la ensalada con tomates de temporada, el huevo frito con ragú de carne, el carpaccio de ventresca de atún, el tartaro de ternera y las zamburiñas all’Arrabbiata. A tener en cuenta.
Entre pastas y pescados
Y era hora de elegir los principales. Con los entrantes ya tuvimos una selección abundante, así que optamos por la prudencia y compartimos un sabroso rape en suquet picante, donde el picor estaba en un punto acertado para sentir un leve cosquilleo en el paladar sin llegar a eclipsar al pescado.
Pero cabe acotar que en las carnes, también se encuentran la milanesa Lombo, el bacalao confitado con almejas, o la tagliata de lomo alto. Ahora bien, si la idea es honrar a la tradición de la pasta italiana, aquí se ofrecen espaguetis (al bronzo con vongole, o sea con almejas; o a la carbonara), pappardelle al ragú de osobuco, linguine con tartar de gamba roja, los gnocchis al burro e salvia, o los raviolis de fricandó (llamativa fusión de Italia y Cataluña).

En los postres, no podíamos dejar de probar el tiramisú, que cumplió las expectativas, y como digestivo, dos bolas de helado de Cremeria Toscana. Para otra oportunidad quedará el babá al ron, la panacota casera con frutos de temporada y la tarta de queso.
En el apartado de las bebidas, en Lombo hay una interesante selección de vinos de diferentes DO españolas (Rueda, Penedès, Rías Baixas, Bierzo, Priorat, etc.), así como de diversas regiones de Francia e Italia; de los que muchos se presentan en una carta aparte con tintos, blancos y espumosos premium, con referencias que pueden superar los 500€.