Gloria Osteria, cocina italiana en clave maximalista

El nuevo restaurante del paseo gastronómico de Enric Granados, en Barcelona, es fiel al espíritu italiano con su carta de pastas, pescados, pizzas y carnes

El restaurante apuesta a viajar por Italia por todo lo alto. Foto: Gloria Osteria.

Una entrada discreta que esconde algo mucho más grande: nada hace adivinar lo que espera tras la puerta de madera oscura, elegante, con luces tenues, que conduce por un estrecho pasillo y de ahí, a una barra. Tiene un buen tamaño, elegante, y es un prólogo a lo que uno se encontrará después: una gigantesca sala de 1.000 m2 dividida en dos plantas con capacidad para 230 comensales -a los que se suman la veintena que entran en la terraza de la calle-.

Así es el planteo de Gloria Osteria, el nuevo restaurante italiano de Enric Granados 86 Barcelona, que ocupa el lugar donde estuvo el excéntrico Salvaje.

La decoración transmite el gusto italiano por la fastuosidad. Foto: Gloria Osteria.

Añoranzas de la dolce vita

La decoración presenta una estética ampulosa, un reflejo de la dolce vita del Milán de los años ’80, con espejos, columnas espejadas que se elevan a los cuatro metros, estatuas, fotografías de fiestas, vinilos, crucifijos, candelabros de colores que pesan unos 70 kg, y hasta una lámpara de cristal de Murano de 5 metros de largo y con un peso de 400 kg.

Tanto en los detalles de decoración como en la preparación de los platos reflejan la fidelidad a Italia

Gran parte del equipo de cocina como los camareros son italianos, una apuesta por la autenticidad que se refleja en la carta.

Las pastas son hechas a mano. Foto: Gloria Osteria.

Cocina 100% italiana

En nuestro caso, nos decantamos por cuatro entrantes, un buen prólogo acompañado de un proceso de bienvenida. Esos platos para abrir el apetito, como les gusta decir a los italianos, fueron el tono tonnato (cortes de atún Balfegó con salsa tonnata, alcaparras y salsa de soja), el crochette vitello tonnato (croquetas de vitello tonnato son salsa tonnata y alcaparra fina) y el prosciutto di parma e lonzardo (el primero es un jamón curado 30 meses, y el segundo un embutido de Lombardía). Y para el picoteo, la cesta de panes caseros como el de olivas, la focaccia, el grisín al pecorino y las crackers.

Las pastas de Gloria Osteria

Con una copa del Quarto di Luna, un chardonnay de la bodega Tenuta San Jacopo de la Toscana, llegaron los dos principales: el casoncelli al bogavante y los raviolis all’ossobuco. Los primeros son unas pastas tradicionales de la Lombardía, consistente en dos láminas de unos 4 cm en este caso rellenas de ese marisco, además de gambas y bisque; con el detalle del salteados en beurre blanc y terminados con un tartar de gambas frescas.

La carta incluye una docena de cócteles de autor. Foto: Gloria Osteria.

El segundo eran unos raviolis de un tamaño generoso, elaborados con una receta milanesa con jus de viande y salsa de azafrán.

Fue una grata sorpresa, porque teniendo en cuenta que las salas estaban llenas -y eso que era un lunes a la noche-, no es nada fácil cocinar pastas y que queden tan ricas y perfectas de punto.

De postre, llegó un helado de pistacho, avellanas y chocolate, que en realidad eran los tres sabores servidos en graciosos potes de cabezas de animales. Y una tarta de chocolate con caramelo salado y praliné, servido en una cama de nata. Un remate contundente.

Ostras, mariscos y otros entrantes. Foto: Gloria Osteria.

Todo a lo grande

La carta de Gloria Osteria se extiende por una docena de entrantes, entre croquetas y embutidos; así como mariscos, pizzas, caviar, diversas pastas, carnes que pueden llegar hasta cortes de 600 gr y pescados.

La selección de vinos cubren un amplio espectro de referencias de Italia, mientras que en la barra o en las mesas se pueden probar las diversas opciones de cócteles, varios de ellos creaciones de autor con relectura de los clásicos. Entre ellos, se encuentra Gloria Bianca, un cóctel creado por Simone Caporale, del premiado Sips.

La sala tiene 1.000 m2. Foto: Gloria Osteria.

El restaurante barcelonés pertenece al grupo Big Mamma, que cuenta con nada menos que 27 locales en seis países y un mercado gastro de 4.500 m2 en París. Además de Gloria Osteria, en España están presentes en Madrid con Villa Capri, Circolo Popolare y Bel Mondo. Como ven, Italia está cada vez más cerca.

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