Aceredo: el pueblo gallego que la sequía sacó a la luz

Sepultado hace 30 años por la construcción de un embalse, las ruinas de Aceredo emergen por el descenso de las aguas del pantano. Y se convierten en un hito turístico

Aceredo quedó bajo las aguas hace 30 años. Foto Brais Lorenzo | EFE

Un pueblo fantasma apareció en los valles de Ourense, cerca de la frontera con Portugal. Y a pesar de las advertencias de la empresa eléctrica EDP de Portugal, cientos de personas cada fin de semana se acercan a Aceredo para ver cómo era la aldea que quedó sepultada por las aguas de un embalse.

El pueblo había desaparecido hace tres décadas bajo el embalse de Lindoso, un espejo de agua en la frontera entre España y Portugal.

Los restos de Aceredo vuelven a la superficie

El 8 de enero de 1992 fue la fecha en que las compuertas se cerraron y las aguas taparon las viviendas, comercios e iglesias de Aceredo y las aldeas de A Reloeira, Buscalque, O Bao y Lantemil.

A pesar de las advertencias de la compañía eléctrica cientos de personas pasean por las ruinas. Foto Brais Lorenzo | EFE

Pero la sequía de estos meses ha llevado al embalse de Lindoso a solo un 15% de su capacidad, y con las aguas bajas emergen las construcciones de piedra con tejados que más o menos se mantienen en pie, ladrillos y restos de madera que pertenecieron a vigas, puertas o marcos de madera.

El pantano de Lindoso, que está al 15% de su capacidad, sacó a la luz las ruinas de pueblo de Aceredo, que hace 30 años quedó inundado

También se ve algún coche que nadie se molesto en quitar y restos de botellas en donde estaba el bar del pueblo.

Desolación y fascinación

Los turistas que llegan desde Portugal y Galicia se acercan para pasear en el barro entre las calles y las casas silenciosas, un paisaje donde se mezclan las sensaciones de desolación y fascinación.

Un coche que alguien dejó olvidado. Foto Brais Lorenzo | EFE

“Nos hablaron muy bien y decidimos venir. Merece la pena verlo, es como si estuvieses en un paisaje lunar. Pero también da mucha pena la gente que tuvo que irse, lo tuvieron que pasar muy mal”, dijo a Efe Maribel Paz, una vecina de Ponteareas que estuvo paseando por las ruinas.

Otros turistas, sobre todo de los pueblos cercanos, se quejan del “expolio que hicieron con los embalses” en la región, como cita Francisco, un vecino de Xinzo de Limia (Ourense).

Explotación agresiva

La alcaldesa del ayuntamiento de Lobios, al cual pertenecía Aceredo, reconoció a Reuters que la aparición del pueblo se debe a la ausencia de lluvias de los últimos meses, pero también a “la explotación digamos bastante agresiva” de la compañía eléctrica EDP, que gestiona el embalse.

El pantano de Lindoso está al 15% de su capacidad. Foto Brais Lorenzo | EFE

Casas de piedra, restos de madera y algún coche olvidado es lo que ha quedado bajo las aguas del embalse de Lindoso

Debido al agravamiento de la sequía el gobierno de Portugal ordenó que seis embalses -entre ellos el de Alto Lindoso– dejen de usar agua para generar electricidad y derivar a los regadíos.

Según el Ministerio de Medio Ambiente los embalses españoles están al 44% de su capacidad, lejos del nivel del 61% de las últimas décadas, aunque por encima de los niveles registrados en la dura sequía de 2018.

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