Demasiadas caídas: Venecia cambiará el suelo de su puente más moderno

La superficie de vidrio del Puente de la Constitución, diseñado por Santiago Calatrava, será cambiada a un suelo de piedra para evitar la gran cantidad de accidentes que genera

El puente de Calatrava vuelve a estar envuelto en polémicas. Foto Filippo Leonardi – Comuna de Venecia

“No es un puente, es una trampa”. Así de enojado estaba Angelo Xalle, un jubilado entrevistado por The New York Times, mientras señalaba del Puente de la Constitución, en Venecia.

Y su enfado es similar al que tiene el ayuntamiento de Venecia, que ve que el elegante y sofisticado cruce que atraviesa el Gran Canal es un riesgo para los turistas y vecinos: por la humedad, la lluvia recién caída o por la textura de su superficie de vidrio, cada tanto alguien se resbala y cae.

Cansados de probar varias soluciones, los técnicos del ayuntamiento veneciano han decidido cortar por lo sano y reemplazar el suelo de vidrio por otro elaborado con piedra de traquita, obra que tendrá un coste de 500.000 euros. Será menos elegante pero es más seguro.

El puente es uno de los cuatro que atraviesa el Gran Canal. Foto Ethen Rera

Un puente polémico

El puente se inauguró en 2008 y une la estación de trenes Santa Lucía con la terminal de Piazzale Roma, donde se abordan ferries y se dejan aparcados los coches y autobuses.

El cambio de la superficie de vidrio por un suelo de piedra de traquita tendrá un coste de 500.000 euros, que será asumido por el ayuntamiento de Venecia

Se trata de un arco metálico de 94 metros, con una luz central de 81 metros. El ancho de 5,58 metros en los extremos se ensancha paulatinamente hasta que llega a los 9,38 metros en la parte central, sobre el Gran Canal.

Diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, desde su nacimiento la obra estuvo envuelta en polémicas.

La cápsula roja -luego retirada- para ayudar a las personas con movilidad reducida. Foto Mariordo

Presupuesto por las nubes y sin accesos para movilidad reducida

Como ha sucedido con otras obras diseñadas por este arquitecto, el coste inicial se disparó: de los siete millones que iba a tener que pagar el ayuntamiento al final la factura llegó a los 11,6 millones de euros.

El puente no se pensó con facilidades para las personas con movilidad reducida, por lo que hubo que invertir 1,5 millones de euros para instalar un ascensor que parecía una cápsula roja.

Pero era tan lento y en verano tan sofocante que al final lo terminaron retirando.

Soluciones que no servían

Desde que se cortaron las cintas los usuarios del Puente de la Constitución vieron que la travesía equivalía a un peligroso juego para mantener el equilibrio.

La superficie de vidrio es demasiado resbaladiza. Foto Ethen Rera – CC

Como no había facilidades para personas con movilidad reducida se invirtieron 1,5 millones en un ascensor, pero era tan lento y sofocante que fue retirado.

Ante el aluvión de quejas el consistorio colocó parches de resina y placas antideslizantes, así como un sendero de piedra de traquita en la parte central.

Pero las caídas seguían a la orden del día.

Incluso en las últimas semanas, con el descenso de temperaturas y la humedad que impregna todas las superficies, los técnicos municipales colocaron carteles anunciando de posibles caídas y sugerían que no transiten por los peldaños de vidrio…que son la mayoría.

Las placas de vidrio serán reemplazadas por suelo de piedra. Foto Ethen Rera – CC

Sanción a Calatrava

Calatrava ha enfrentado demandas y multas por problemas relacionados con el puente, como la sanción de 78.000 euros que en 2019 le aplicó el Tribunal de Cuentas veneciano por el incremento del presupuesto, informa Infobae.

Sin embargo el arquitecto, ni bien llegaron las primeras críticas en 2008, aseguró que el puente “fue revisado con métodos sofisticados”, y consideró “lo que determinó que tiene una estructura sólida, que se está comportando mejor de lo esperado”.

a.
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