Villas privadas: el alojamiento más chic (y seguro) del verano

Tendencia al alza en los últimos años, el coronavirus ha hecho de las villas privadas una de las modalidades más deseadas para las vacaciones. Con los servicios de los hoteles de cinco estrellas en los que se enmarcan pero con un plus de privacidad y seguridad, estos alojamientos son este verano más atractivos que nunca.

Es el caso de estas villas que se esconden en el hotel más glamouroso de Marrakech, que cuentan con la gastronomía del chef con más estrellas Michelin de España, Martín Berasategui, o que se envuelven en la magia y el exotismo de Indonesia.

La Mamounia, Marrakech

En el corazón de los históricos jardines de La Mamounia, en Marrakech, se encuentran los tres riads del hotel, que, tras la sobriedad de su puerta y su fachada, ofrecen un ambiente íntimo e invitan a vivir una experiencia sensorial única.

Cada uno de ellos tiene una superficie de 700 metros cuadrados, tres amplios dormitorios dispuestos en torno a un patio, vestidores, cuartos de baño, un acogedor salón y una terraza con piscina climatizada de ozono. Y todos cuentan con servicio de mayordomo.

Las villas siguen la línea del mítico hotel La Mamounia, con decoración de estilo arábigo-andaluz, artesanía local, mármoles, mosaicos de colores o delicadas maderas tallada que las convierten en auténticos paraísos privados en el corazón de este icónico establecimiento.

Con 95 años de historia, el complejo, que nació como un jardín, regalo de rey Sidi Mohammed Ben Abdellah a su hijo Mamoun y se transformó en hotel en época del protectorado francés, se convirtió a mediados de siglo XX en el lugar más glamouroso de encuentro de viajeros europeos cosmopolitas y sofisticados que consideraban Marrakech puerta de entrada al exotismo del continente africano.

A partir de otoño, el hotel ofrecerá nuevos conceptos gastronómicos con la incorporación del prestigioso chef francés Jean-Georges Vongerichten, cuyas audaces fusiones de sabores llevan más de 30 años deleitando a los neoyorquinos y al mundo.

The Ritz-Carlton Abama, Tenerife

Situado al oeste de la isla de Tenerife, el espectacular The Ritz-Carlton Abama abrió sus puertas el pasado 24 de julio con un nuevo concepto de alojamiento ideado para estas vacaciones en tiempos de coronavirus: Club Villas.

Aprovechando la extensión del complejo y su diversidad de espacios, se ofrecen un total de 144 “casitas” distribuidas en áreas privadas rodeadas de exuberantes jardines botánicos, campo de golf y espectaculares vistas al océano.

Se trata de una filosofía que garantiza el distanciamiento social gracias a sus amplios espacios, a las características propias del entorno natural donde se ubica el hotel en la costa occidental de Tenerife, y a la atención personalizada propia de una marca como The Ritz-Carlton, perteneciente a Marriott International.

Las habitaciones se distribuyen en cuatro calles de villas divididas en dos plantas conocidas localmente como “casitas”. Cada calle de villas cuenta con una piscina propia, proporcionando una estancia personalizada y semi-privada, en un ambiente refinado con amplios jardines al aire libre.

Además, ofrecen accesos directos a la Piscina Infinita de El Mirador y la Piscina el Lago, ubicada en la Ciudadela del hotel.

Para ofrecer una experiencia completa, el complejo ha reabierto también dos de sus restaurantes más reputados, Kabuki y Txoko, de los chefs Ricardo Sanz y Martín Berasategui respectivamente.

¿Con ganas de más? Para que apenas necesites salir, el hotel ofrece actividades que van desde vuelos en helicóptero o en biplaza, a tours enológico, recorridos en vehículos 4×4 o travesías a bordo de un barco clásico.

The Sanchaya, Bintan (Indonesia)

The Sanchaya es un majestuoso hotel de inspiración colonial situado en la isla de Bintan, en Indonesia, a 50 minutos en barco desde Singapur, junto a playas de arena blanca y con impresionantes vistas al Mar de China Meridional.

Incluido en el exclusivo catálogo de Preferred Hotels & Resorts, entre sus tesoros se cuentan varias villas privadas de ensueño, como Vanda Villa, una residencia situada frente al mar y en medio de los maravillosos jardines tropicales del hotel.

Dispone de cuatro dormitorios, una amplia terraza de estilo colonial, piscina infinita privada y servicio personal durante todo el día que sirve desayunos, cócteles y canapés nocturnos al atardecer, selección de aperitivos, refrescos y tés… Perfecto para no querer salir.

Más allá de la villa, el hotel ofrece también exquisitas experiencias gastronómicas, una piscina infinita de tamaño olímpico, un spa de inspiración indonesia o clases de yoga por las mañanas, entre otros servicios.