El Gobierno renuncia a los chips de vanguardia y limita el Perte a modelos de 2009

El comisionado especial del PERTE chip explica a Economía Digital que pedirá a la UE que les deje usar los 7.250 millones de ayudas para fábricas de semiconductores de 5 nanómetros en factorías que hagan piezas de 32 nanómetros

Jaime Martorell, en el centro del último debate del Congreso de Industria Conectada celebrado en Valencia.

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El Gobierno de España ha dado un giro total a su política del Perte chip, el más cuantioso con 12.250 millones de euros de ayudas. La partida de 7.250 millones de euros para atraer chips de vanguardia se quiere reconvertir ahora en una línea en la que se aceptará tecnología disponible desde 2009, cuando debutaron los chips de 32 nanometros. Atrás queda la ambición de que en España se estampen los últimos modelos de chips para los teléfonos móviles y ordenadores de última generación.

El motivo, como se ha abordado en el Congreso de Industria Conectada celebrado en Valencia que ha contado con una sala dedicada a la fotónica, es que hoy en día sólo TSMC y Samsung son capaces de fabricar esa tecnología de cinco nanómetros o menos. Alcanzar esa tecnología fue el objetivo que se marcó en la presentación del Perte de los chips y que ahora ha quedado difuminado. El riesgo de que los fondos del Perte chip no se adjudiquen sigue siendo hoy muy alto y el cambio de rumbo es un intento para evitar otro fracaso en la adjudicación como el ocurrido con el Perte de la automoción.

“Los 5 nanómetros son una referencia. Sería lo ideal, pero ninguna de las fábricas que se han anunciado como futuras fábricas en Europa son de 5 nanómetros”, confirmó ayer Jaime Martorell, Comisionado Especial para el Perte de Microelectrónica y Semiconductores por parte del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformacion Digital, a la pregunta que le formuló Economía Digital sobre si va a conseguir España alcanzar el objetivo de los 5 nanómetros marcado por Pedro Sánchez.

El objetivo inicial fue claramente descartado. «La demanda real está entre 28 y 32 nanómetros y las soluciones más avanzadas están especializadas en ciertas aplicaciones. No me preocuparía demasiado por el número de nanómetros de la primera fábrica que traigamos a España», dijo Martorell para quitar hierro a la renuncia de la última tecnología.

Retroceder 13 años para luego recuperar el camino

Además, se considera que empezar por los chips que llevan ya 13 años en el mercado es un buen punto de partida. «A partir de los 32 nanómetros, se va a escalando hacia los 28, y luego hasta los 20«, se justificó ayer el comisionado del Perte Chip.  

Esta decisión, tal y como explicó Martorell a este periódico, está en contra de las bases que tiene actualmente el proyecto del Perte Chip. Si se acepta el cambio o no, es una cuestión que no está en las manos de Pedro Sánchez. «Es una decisión de Europa y vamos a negociar con ellos», aclara el Comisionado Especial para el Perte que intenta relativizar la diferencia entre el objetivo de los chips de 5 nanómetros y los más factibles de 32 nanómetros.

El objetivo, se incide desde el comisionado, es lograr autonomía de suministro de chips. Estados Unidos ha dicho que quiere fabricar el 30% de los semiconductores del mundo mientras Europa se ha fijado como reto alcanzar el 20%. Hoy el Viejo Continente estampa el 8%.

«Teniendo en cuenta que la demanda se va a multiplicar por dos en 2030, tendremos que multiplicar por cuatro la capacidad de fabricación en Europa para llegar al 20%», apunta Martorell, que matiza: «Eso son varias fábricas, no sólo una en Europa».

Al margen de la línea que aglutina casi todo el presupuesto del Perte chip, 7.250 millones para semiconductores de 5 nanómetros o menos y otros 2.100 para piezas más grandes, la bolsa de fondos europeos tiene otras tres líneas que aglutinan casi 3.000 millones (como las ayudas del Perte de la automoción).

Dentro del primer eje de ayudas, Martorell destacó las ayudas que recibirá Intel para su centro en Barcelona dentro de una línea de 1.165 millones en la que «hay capital para otros proyectos adicionales». Respecto al segundo eje recordó que hay 1.300 millones para el desarrollo del diseño de chips mientras que en el cuarto se plantea «incentivar a la industria que utiliza chips».

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