¿Y si tu compañero fuera un psicópata? La miniserie de Netflix que está causando furor

La nueva producción original de Netflix cuenta historias basadas en hechos reales sobre compañeros de piso de lo más escalofriantes

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Por motivos de estudio o trabajo, a millones de personas a lo ancho y largo del mundo, les ha tocado en algún momento de su vida emprender una nueva aventura en una nueva ciudad, con todo lo que ello conlleva: cambio de aires, mudanza, la creación de un nuevo círculo social desde cero… y la inevitable elección de compartir piso.

Algo que afecta sobre todo a los más jóvenes que, en busca de una nueva oportunidad, y ante la falta de medios económicos, se ven obligador a compartir piso con personas desconocidas. Una experiencia que conviene vivir al menos una vez en la vida, ya que es una forma ideal de conocer gente nueva, y te enseña a convivir con diversos tipos de personas, aunque poco o nada tengan que ver contigo.

Y dentro de estas experiencias, algunas salen mejor y otras peor. Algunos abandonan el piso al cabo de unos meses o años contando con nuevos amigos para toda la vida, y, en otras ocasiones, los miembros del piso acaban tirándose los trastos a la cabeza. Pero, ¿qué pasaría si tus compañeros de piso no son lo que te imaginas?

Una serie escalofriante que te hará replantearte las cosas

Esta es la premisa de la que parte Netflix con su miniserie ‘El peor compañero de piso imaginable’, que vio la luz en la plataforma hace escasos días y que se ha colado de forma imparable entre las tendencias de lo más visto sin titubear, generando sensaciones excelentes entre la crítica y la audiencia.

Para su producción, Netflix ha contado con la productora Blumhouse Television, una de las más importantes dentro del género del terror, responsable de sagas del calibre de ‘Insidious’, ‘Paranormal Activity’ o ‘La Purga’, algunas de las cuales también puedes disfrutar en la propia plataforma.

Y en esta ocasión, nos ha traído una serie documental en la cual se nos narran cuatro historias distintas enfocadas en torno a un mismo punto común: personas que entraron a compartir piso con un desconocido o desconocida, sin llegar a imaginar lo que estaba por venir.

Sin entran en spoilers, la serie cuenta a través de las narraciones de las víctimas algunas historias escalofriantes acerca de sus compañeros de pisos, con historias reales que van desde cómo es la convivencia con un asesino en potencia o con una maniaca obsesivo compulsiva. Una serie que, si compartes piso, una vez que la termines comprobarás si has cerrado bien la puerta de tu cuarto antes de irte a dormir.

Concisa y al grano

Y es que esta serie hace tantas cosas bien que es difícil lograr enumerar todas una a una. La primera de ellas, es que se basa en un género que en las últimas fechas ha demostrado ser capaz de mover masas, como es el true crime, es decir, producciones basadas en crímenes reales, que no se dejan ningún detalle en el tintero. Documentales que cosechan un enorme éxito allá donde vayan, y de los cuales también puedes disfrutar en HBO.

Aparte de dar un enfoque muy interesante a un género en auge, la mayor virtud de esta producción de Netflix es que no se anda por las ramas, es clara, concisa y no hace esperar al espectador. Cuenta con cinco episodios en los que se narran cuatro historias distintas, ya que la última de ellas se divide en los dos últimos capítulos, rondando todas ellas aproximadamente una hora de duración.

Y esto es un punto muy a favor, ya que donde otros documentales de este mismo género fallan al hacer esperar al espectador hasta que la trama estalle en su clímax, esta producción te mantiene al borde del asiento desde el primer minuto hasta el último de cada episodio.

Una producción basada en crímenes reales que ha resultado ser una de las grandes sorpresas de la plataforma en lo que llevamos de año, dados los magníficos resultados obtenidos sin que Netflix le hubiese dado una excesiva promoción. Una serie documental que recomendamos a todo el mundo, salvo a aquellos que se encuentren compartiendo piso y sean algo hipocondriacos.

Diego Sánchez Aguado

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