Alemania: el peor país para un fugado por rebelión

El código penal alemán castiga de forma más severa que España y Bélgica los delitos por los que el Tribunal Supremo procesó a Puigdemont

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Alemania castiga con más dureza que España, Bélgica y Finlandia los delitos por los que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena procesó a Carles Puigdemont.

Las buenas relaciones entre los gobiernos de España y Alemania ya consiguieron coordinar sus esfuerzos de inteligencia para detener a Puigdemont a su entrada en Hamburgo, y ahora podrían lograr sentenciar al expresidente catalán.

Fuentes jurídicas explicaron a la agencia Efe que el código penal alemán recoge delitos muy similares al de rebelión por el que reclama España, algo que no ocurría en Bélgica.

De hecho, a finales de noviembre, Llarena tuvo que cancelar su primera orden europea de detención y entrega porque la legislación belga no contempla la rebelión como un delito.

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En cambio, el artículo 81 del código penal alemán dice que «quien intente con violencia o por medio de amenaza con violencia perjudicar la existencia de la República Federal de Alemania o cambiar el orden constitucional que se basa en la Constitución de la República Federal de Alemania, será castigado con pena privativa de la libertad de por vida o con pena privativa de la libertad no inferior a 10 años».

Los artículos 82 y 83 del mismo texto también contemplan los delitos de traición a la paz, alta traición y puesta en peligro del Estado democrático de Derecho.

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