CiU se activa para dejar en evidencia la soledad de Colau

La alcaldesa encara la cuestión de confianza como única salida para aprobar los presupuestos municipales

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Sin renunciar a una moción de censura contra Ada Colau, el grupo de CiU del Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Xavier Trias y Joaquim Forn, está buscando acuerdos puntuales con el resto de formaciones políticas. Su intención es conseguir mayorías alternativas, punto por punto, sobre cuestiones concretas de la ciudad, para poner en evidencia el bloqueo del equipo de gobierno.

Joaquim Forn ya se ha reunido con concejales de ERC y del PP, y en los próximos días lo hará con los de Ciudadanos, la CUP y con el PSC, pese a que los socialistas forman parte del equipo de gobierno. Fuentes convergentes señalan que, en estos encuentros, además de sondear las posibilidades de una moción de censura, algo que se antoja extremadamente complicado, se analizan posibles puntos de acuerdo sobre los que se puedan alcanzar mayorías alternativas.

No sólo intentan repetir mociones como la de reprobación de las actitudes y la manera de gobernar del ejecutivo de BComú y el PSC, aprobada el pasado 28 de octubre con los votos a favor de CiU, C’s, ERC y PP. También piensan llevar al pleno problemas ciudadanos. «No buscamos acuerdos para bloquear la acción de gobierno, que ya se bloquean solitos, sino para tirar proyectos adelante», aseguran fuentes convergentes.

Ada Colau se encamina a una cuestión de confianza

Después de ser incapaz de aprobar el Plan de Acción Municipal y las nuevas ordenanzas fiscales, todo apunta a que el equipo de Ada Colau tampoco conseguirá el visto bueno al proyecto de presupuestos que se debatirá éste próximo martes en la Comisión de Economía y Hacienda. Todos los grupos de la oposición han expuesto públicamente su desacuerdo.

Colau buscará hasta el último minuto los votos de ERC, aunque Alfred Bosh le ha puesto muy caro su apoyo: los republicanos piden inversiones en infraestructuras que no están previstas en el proyecto de presupuestos –como una partida de 15 millones de euros para que el metro llegue a la Zona Franca– y que la izquierda alternativa vote a favor de las cuentas de la Generalitat que presentará Oriol Junqueras.

Si Ada Colau fracasa en la comisión de Economía del próximo martes, un trámite necesario para que pueda someter a votación los presupuestos en el pleno de diciembre, se verá forzada a presentar una cuestión de confianza. Como previsiblemente no la superará, los grupos de la oposición tendrán un mes de plazo para articular una moción de censura con un candidato alternativo a la alcaldía. Si no lo consiguen, los presupuestos se aprobarán de forma automática, sin debate ni votación.

La alcaldesa sigue el mismo camino que su antecesor

El ex alcalde Xavier Trias ya recurrió a ésta fórmula en 2014. Tal como le ocurrió a Trias, Colau está convencida que la oposición no conseguirá armar una mayoría alternativa después de que el socialista Jaume Collboni, su segundo teniente de alcalde, descartara tomar parte en esta aventura.

El concejal popular Xavier Mulleras señala a éste medio que, para consensuar un candidato alternativo a la alcaldía, todos los grupos deben hacer grandes «renuncias». El PP propone una nueva mayoría con Ciudadanos, CiU y el PSC, pero éstos últimos no están por la labor. Desde CiU evitan mostrar preferencias, pero tampoco les salen las sumas. Diversas fuentes municipales indican que la moción de censura no será posible hasta 2018. Entonces, Colau ya no podrá recurrir por segunda vez a una cuestión de confianza para aprobar los presupuestos y, a un año de las municipales, confían en que los socialistas marquen distancias.

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