Esquerra se asoma al abismo: desde el 9N pierde apoyos

El partido que dirige Oriol Junqueras quedará en Barcelona muy por debajo de las expectativas de meses atrás, y lejos de los 126.000 votos de las elecciones europeas en la capital catalana

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¿Qué le pasa a Esquerra Republicana? Todo va bien. Aparentemente. Los republicanos, hace sólo unos meses, estaban a punto de ser la gran referencia en Cataluña. Pero todo cambió desde la consulta del 9N. Pocas semanas antes, el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat, dejaba a Esquerra en primera posición en unas elecciones al Parlament, con 38-39 diputados, por 32-33 escaños de CiU.

Pero desde entonces, la gestión de la consulta, las negociaciones entre Artur Mas y Oriol Junqueras para pactar una fecha electoral, han cambiado el panorama, y CiU, aunque diezmada, aparece en cabeza en todos los sondeos, y Ciudadanos avanza hasta colocarse muy cerca de ERC en segunda posición. Son sólo sondeos, pero las percepciones de Esquerra no son buenas. Se trataba de lograr la hegemonía en Cataluña y eso no se vislumbra.

¿Ganar las municipales en Cataluña?

El camino para lograr ese objetivo se centraba en una primera estación: las elecciones municipales. Y la dirección de Convergència se muestra muy tranquila: aguantará como primera fuerza política en Cataluña, la que le arrebató al PSC en 2011, muy por delante de Esquerra.

Un experto demoscópico asegura que Esquerra «está en un escenario de ascenso electoral, el problema es que no cumplirá con las expectativas creadas».

Y es que uno de los objetivos era y es Barcelona. La capital catalana es esencial para el proyecto independentista. Con una enorme presencia en las comarcas interiores y en las ciudades pequeñas de Cataluña, el independentismo necesita demostrarse que puede ganar en Barcelona. El candidato de Esquerra, Alfred Bosch, busca situar la hoja de ruta soberanista en la campaña electoral, pero no lo acaba de lograr. Y sus proyectos de ciudad no son la referencia ni protagonizan el debate entre las distintas opciones políticas.

Las europeas, un éxito poco repetible

La cuestión es que Esquerra ganó, por primera vez desde la II República, unas elecciones en Cataluña. Fue en las europeas de 2014. Oriol Junqueras se sentía con un enorme poder. En Barcelona también ganó los comicios, con 126.343 votos, el 21,77% de los sufragios, por 121.078 de CiU, que logró el 20,86%.

Con toda la prudencia del mundo –las europeas nunca han sido unas elecciones referenciales, por su alta abstención, y porque invita a los electores a probar con opciones distintas a las que suele votar– los comicios marcaban una tendencia. En toda Cataluña, Esquerra obtuvo 594.149 votos, por delante de los 548.718 de CiU, y por encima de los 358.539 del PSC. Todo invitaba al optimismo.

La atracción electoral de Alfred Bosch

Pero ahora todos los sondeos dejan a Alfred Bosch, a poco más de una semana de las elecciones, como cuarta o quinta fuerza política. Esquerra parte de una base de votos pequeña, pero ¿hasta dónde puede llegar, teniendo en cuenta que habrá más participación, pero también más fragmentación del voto?

Los analistas consultados consideran que la participación llegará al 56% o 57%. En 2011 fue del 52,97%. Y Esquerra logró sólo dos concejales, con 33.593 votos, el 5,55% de los sufragios (el mínimo exigido en el ámbito municipal para obtener representación es el 5%).

CiU, con Xavier Trias, consiguió 174.022 votos, con 14 concejales, y el 28,74% de los sufragios. El cálculo, ahora, para Esquerra, si obtiene entre cuatro y cinco concejales es de unos 55.000 votos, muy por debajo de aquellos 126.343 de las europeas. ¿Dónde se irán esos potenciales electores?

Buen resultado, pero insuficiente

Una encuesta interna de Esquerra le otorga a Alfred Bosch entre 6 y 7 concejales, la tercera posición, por debajo de Trias, con entre 11 y 12, y de Ada Colau, la líder de Barcelona en Comú, que lograría entre 8 y 9, y por delante de Jaume Collboni, el alcaldable del PSC, con 4 concejales.

Eso sería un enorme resultado, pero, de nuevo, por debajo de las expectativas de un partido que aspiraba a hacerse con la hegemonía política en Cataluña, y que, para ello, no ha dudado en ofrecer cobijo a ex socialistas que se han agrupado en todo tipo de siglas para abrazar el soberanismo, convencidos, precisamente, de que ahora tocaba ‘hacerse’ republicano.

Congreso, en julio

El partido vive la actual situación con cierta perplejidad. Por ello, ha querido avanzar su congreso para el mes de julio, con la seguridad de que Oriol Junqueras seguirá al frente, y que nadie discutirá su liderazgo. «Existe confusión, porque desde el 9N no se ha reaccionado con celeridad», se admite desde las filas republicanas. En Esquerra nunca hay problemas, hasta que todo se cuestiona, de forma convulsa.

Los resultados se conocerán en la noche del domingo 24. Los dirigentes de Esquerra tienen las cifras de 2011 en la cabeza: CiU, primera fuerza municipal, con 778.042 votos; el PSC, la segunda, con 721.443 votos; el PP, la tercera, con 363.555 votos; y Esquerra, la cuarta, con 267.564 votos.

Esos guarismos se superarán, pero, ¿se acercará Esquerra a CiU, aunque la federación nacionalista pierda algo de de apoyo?

Y es que Esquerra aspiraba a algo más. Era su momento. Pero no acaba de llegar.  

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