La compra de Cartuja Pickman se suspende por deudas con la Seguridad Social
El Juzgado de lo Mercantil Número 3 suspendió este mismo jueves el plazo de presentación de ofertas por no contar con toda la información imprescindible
La Cartuja Pickman acusa a la Seguridad Social de la quiebra
La compra de la Cartuja Pickman seguirá siendo, al menos durante un tiempo determinado, toda una incógnita. Y es que este mismo jueves, el Juzgado de lo Mercantil Número 3 de Sevilla ha suspendido este jueves el plazo de presentación de ofertas para la posible compra de la marca Cartuja Pickman, tras no disponer aún de la información necesaria sobre las deudas con la Seguridad Social correspondientes a los trabajadores.
Una decisión llega en una jornada clave, ya que el plazo fijado finalizaba este mismo jueves y formaba parte de los esfuerzos de la Administración Concursal por agilizar los tiempos y resolver la situación “antes de final de año”. Finalmente, la situación no ha sido revertida y la situación vuelve al punto de partida una vez más.
La situación de Cartuja Pickman vuelve al punto de partida y despierta preocupación entre trabajadores y sindicato
Una suspensión que, tal y como han asegurado fuentes oficiales, permanecerá vigente “hasta la presentación de la documentación por parte de la Inspección de Trabajo sobre el pasivo de cada uno de los trabajadores que asumirían los oferentes”. Esta información resulta imprescindible para que los posibles compradores puedan valorar con precisión el alcance económico de la adquisición y las obligaciones laborales asociadas.
Tal es así que el propio secretario de la Federación de Industria de CCOO-A, José Hurtado, ha señalado que esta suspensión supone un revés, aunque ha trasladado su esperanza de que no afecte a las empresas interesadas en la compra de la histórica fábrica sevillana: “Los trabajadores de Cartuja no queremos estar cobrando el desempleo, lo que queremos es estar fabricando losas”.
Unas palabras que reflejan la inquietud de los 34 empleados, que actualmente continúan dentro de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que se mantendrá en vigor hasta el próximo 31 de diciembre, fecha a partir de la cual, las incógnitas sobre su futuro se incrementarán aún más de lo que ya lo están.
Una situación que, para ser comprendida, requiere viajar hasta el pasado 9 de octubre, momento en el que se hizo público que la empresa Ultralta solicitó al Juzgado su liquidación definitiva tras “no poder cumplir los acuerdos de pago”, lo que precipitó la paralización de la actividad y fue el punto de partida de la situación actual que atraviesa la empresa.
Desde entonces, la fábrica se encuentra cerrada desde el 31 de julio, y desde el 28 de agosto la plantilla está completamente inmersa en el ERTE que ahora marca sus últimos meses de cobertura. La solicitud de liquidación abrió un escenario de incertidumbre que la suspensión actual prolonga, dificultando una posible continuidad industrial mediante la entrada de nuevos inversores.
El respaldo institucional a la continuidad de la actividad sigue vigente
Ahora mismo, según la documentación trasladada al Juzgado Mercantil, la empresa dispone actualmente de activos por valor de 541.246 euros, cifra que representa uno de los elementos clave para determinar la viabilidad de una operación de compra. A esto se suma el hecho de que la compañía mantiene más de 117.000 piezas en existencias, un volumen relevante que podría influir en el interés de potenciales ofertantes, ya sea como parte del valor patrimonial de la marca o como mercancía susceptible de comercialización.
Con todo ello, el Ayuntamiento de Sevilla y la Diputación provincial han aprobado declaraciones institucionales para pedir que se adopten todas las medidas posibles con el fin de mantener la actividad y preservar los puestos de trabajo. Ambas instituciones han subrayado el “reconocimiento nacional e internacional” de la marca Cartuja Pickman, una firma histórica vinculada estrechamente a la identidad industrial y cultural de Sevilla.
Ambos organismos alertan de la “pérdida” que supondría para el empleo juvenil y para el tejido productivo de la ciudad la desaparición de la actividad, destacando la necesidad de encontrar una solución que garantice la continuidad de la producción. Además de esto, y en paralelo a la situación judicial y laboral, Facua Sevilla informó hace un mes de que varios afectados por pedidos no entregados tras la disolución de la empresa han presentado denuncias por fraude ante la autoridad judicial.
Con todo ello, la falta de información sobre las deudas a la Seguridad Social se convierte así en el principal obstáculo para avanzar en la posible compra de Cartuja Pickman, una operación que podría determinar el futuro de los trabajadores y del legado industrial de la marca.
A la espera de la documentación necesaria, la incertidumbre se prolonga sobre un proyecto con más de un siglo de historia, mientras sindicatos, instituciones públicas y empleados aguardan que el proceso pueda reactivarse sin poner en riesgo las ofertas interesadas ni la continuidad de la actividad.