La CE multa a Google con 1.490 millones por la publicidad

Bruselas multa con una sanción multimillonaria a Google por tercera vez en dos años por prácticas abusivas en su modelo de publicidad

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La Comisión Europea (CE) multa a Google con 1.490 millones de euros por abusar de su posición de dominio en el mercado de la publicidad online a través de su servicio AdSense for Search. Con esta, es la tercera vez que Bruselas inflige una sanción al gigante tecnológico en menos de dos años por incumplir normas comunitarias antimonopolio.

Aún así, se trata de la multa menos cuantiosa de las tres. Bruselas ha fijado la multa en el 1,29% de la facturación de Google en 2018, teniendo en cuenta «la duración y gravedad de la infracción».

En este caso la infracción se debe a que Google impuso «cláusulas restrictivas» en contratos con páginas web de terceros que impidieron a sus rivales emplazar en ellas sus propios anuncios relacionados con búsquedas.

La Comisión Europea asegura que el comportamiento irregular de Google duró diez años, de 2006 a 2016

Según explicó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en una rueda de prensa Google ha consolidado su dominio en los anuncios de búsqueda en línea y «se ha protegido de la presión de sus rivales al imponer restricciones contractuales anticompetitivas en páginas web de terceros».

«Esto es ilegal bajo las normas antimonopolio de la UE», afirma la comisaria, que explica que el comportamiento irregular duró diez años, de 2006 a 2016, durante los cuales la empresa estadounidense «negó a otras empresas la posibilidad de competir sobre los méritos e innovar».

Según dijo, «no había razón para que Google incluyera esas cláusulas restrictivas excepto para mantener fuera a sus competidores», lo que en última instancia hizo que los consumidores acabaran pagando «precios más altos».

Cláusulas de exclusividad

La investigación de la Comisión Europea muestra que, desde 2006, Google incluyó cláusulas de exclusividad en sus contratos, de manera que se prohibía a las webs situar ningún anuncio de búsqueda de competidores en sus páginas de resultados de búsquedas.

También, desde marzo de 2009, Google empezó gradualmente a reemplazar esas cláusulas de exclusividad con otras llamadas de emplazamiento exclusivo o premium​, que requerían a las páginas web reservar los espacios más rentables en sus resultados de búsquedas para los anuncios de Google y exigían un mínimo de éstos. Los competidores no podían acceder a esos puestos preferentes para situar sus propios anuncios.

Por último, la CE halló que, desde marzo de 2009, también incluía cláusulas que pedían a las páginas web una aprobación por escrito de Google antes de hacer ningún cambio en la manera en que se mostraba cualquier anuncio de un rival. Así, podía «controlar cómo de atractivos» eran los anuncios de la competencia.

Entonces, según la Comisión, Google introdujo una estrategia de «exclusividad relajada» a fin de reservar para sus propios anuncios de búsquedas las posiciones más valiosas y para controlar el rendimiento de los anuncios de sus competidores.

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp