La cúpula de ‘El Periódico’ asegura que la edición impresa no tiene futuro

Juan Llopart, máximo gestor del grupo Zeta, dice a los trabajadores que "el papel es un negocio muerto". La apuesta por la edición digital acelera la pérdida de lectores y de facturación publicitaria

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La percepción entre los redactores y trabajadores de que El Periódico de Catalunya refuerza los recursos en la edición digital y desdeña el negocio medular, la versión impresa, comienza a tensar la redacción, amenazada por los recortes. La brusca caída publicitaria y la pérdida de lectores son algunas de las consecuencias que cada vez más trabajadores atribuyen a una política empresarial desacertada.

La últimas declaraciones del primer ejecutivo del grupo, Juan Llopart, en las negociaciones de los recortes salariales, han encendido los ánimos de la redacción. Llopart, en un debate tenso, dijo que había sugerido al presidente del grupo, Antonio Asensio Mosbah, no invertir más recursos en la edición impresa por ser un «negocio muerto», explicaron fuentes presentes en la mesa de negociación.

La apuesta del diario, que quiere convertirse en referencia en Internet, ha coincidido con una pérdida sostenida de lectores e ingresos publicitarios más pronunciada que la de su competencia. En diciembre pasado El Periódico contabilizó un total de 79.409 ejemplares vendidos, el 14,53% menos que en 2010.

La fuerte caída contrasta con la disminución del 5,09% de su principal competidor La Vanguardia, o del 5,53% promediado por los grandes diarios de España.

Los redactores del rotativo, amenazados por los recortes, han comenzado a publicar mensajes en Twitter, Facebook y Youtube contra la actual gestión de la empresa y también han reivindicado la importancia del negocio del papel.

Deuda a largo plazo

La facturación publicitaria ha pasado de los 59 millones en 2007, antes de la explosión de la crisis, a 34 millones el año pasado, una reducción del 42% en apenas cuatro ejercicios. Aunque esta caída es similar a la del resto de diarios, dificulta el pago de los compromisos a largo plazo. El Banco Popular y CaixaBank son los principales acreedores de la organización, que adeuda más de 200 millones de euros.

Los trabajadores continúan negociando la reducción salarial que se cifra entre el 7% para los trabajadores que ganan menos de 30.000 euros anuales hasta el 18% para quienes devengan entre 90.000 y 100.000 euros al año.

La asamblea de trabajadores terminó el jueves pasado con una manifestación frente a la sede en Barcelona y con la consigna de que la plantilla exigirá que se aplique una reducción salarial a los cargos de confianza más pronunciada que la que proponen los directivos a los trabajadores sujetos a convenio.

Economía Digital

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