La Seda entró en liquidación tras perder 373,5 millones

La concursada cerró el año con un Ebitda negativo de 46 millones y una caída del 6% en la facturación

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El agitado proceso que ha llevado a la Seda hacia la fase de liquidación, aceptada por el Juzgado Mercantil número 1 de Barcelona el pasado 30 de enero, tiene reflejo en el balance de resultados remitido por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La empresa catalana incrementó sus pérdidas durante 2013 hasta los 373,5 millones. Los números rojos aumentan notablemente los registrados hace una año, cuando la compañía se anotó pérdidas por valor de 200 millones.

Hay más signos negativos en las cuentas de la Seda, que reconoce al regulador que el proceso concursal ha perjudicado sus resultados. El agujero contable se ha ensanchado, presentando a cierre de 2013 un patrimonio neto negativo de 376 millones. La facturación ha caído un 5,9%, hasta los 581 millones, y el Ebitda está por primera vez a cierre de año en números rojos por valor de 46, 5 millones, en comparación con los 108,5 positivos del ejercicio anterior.

Áreas de negocio

La división de packaging ha conseguido incrementar un 3,6% los volúmenes comercializados durante 2013 pese al proceso concursal que atraviesa el grupo. El incremento de las ventas en esta área se debe principalmente al mercado británico.

Según reconoce la compañía, “la mayor parte de las ventas de la división se han producido en el mercado inglés, donde el verano muy cálido, con temperaturas no alcanzadas desde 2006 ha impulsado la demanda en los segmentos de soft drinks y agua mineral”. La dirección que capitaneaban Carlos Moreira y la portuguesa BA Vidro no han escondido nunca su interés en esta parte del negocio del grupo que, según las cuentas, es la que mejor comportamiento muestra.

La división química, en cambio, ha acometido un importante proceso de reestructuración. Si no hay sorpresa, los centros que se dedicaban a la producción de plásticos se quedarán bajo el paraguas del grupo Cristian Lay, propiedad el empresario Ricardo Leal, a quien fueron adjudicadas las unidades productivas de Tarragona (IQA) y El Prat del Llobregat (Artenius España).

Economía Digital

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