La “triste historia” de La Seda, según su presidente

Carlos Moreira anuncia que el grupo venderá fábricas de forma individual si no consigue cerrar la entrada de un socio en la división química y petroquímica

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“Esta es la historia bastante triste de la recuperación de una compañía en medio de una recesión bestial y una percepción de riesgo financiero de los países del sur de Europa que les hace ser vistos como territorios hundidos”. Con estas palabras, el presidente de la química La Seda, Carlos Moreira, anunciaba los próximos pasos de la compañía, que tiene la sede en El Prat del Llobregat (Barcelona). Tras una junta extraordinaria de accionistas, el directivo ha reconocido que el grupo plantea la venta de varios de sus activos para recuperar la difícil situación financiera del grupo.

“Preferimos que entre un sólo socio en la división química y petroquímica”, ha reconocido Moreira. Pero si no encuentra un compañero de viaje, empezará a desinvertir.

Calendario

La Seda ya tiene preparado el cuaderno de venta y ha realizado la due dilligence necesaria para dar entrada a un nuevo accionista, que seria un socio minoritario. Incluso ha creado una nueva sociedad que se quedará con todos los activos que se intentan colocar, Artenius Holding. Ha trabajado junto a City Bank para dar forma a la operación y, para que las cuentas cuadren, se tendría que cerrar “en el primer trimestre de 2013”, en palabras del directivo.

Moreira deja claro que las prisas “son malas compañeras de viaje”, pero la difícil situación de caja de La Seda no les permite prolongar más el calendario. La cúpula de la química también es realista y sabe que será una operación complicada, aunque su presidente asegura que han empezado a negociar “con un socio financiero del norte de Europa”.

Activos a la venta

De nuevo, los directivos de La Seda achacan los problemas del grupo para completar la venta a la situación económica de los países del sud de Europa. “Será difícil atraer a inversores porque tenemos activos en Italia, España, Grecia y Portugal”, afirma Moreira. La factoría que estaría mejor posicionada para encontrar un comprador a título individual es el centro de Adana (Turquía), “aunque esto no quiere decir que no intentemos vender otras cosas”.

Asimismo, deja claro que no quiere desprenderse las cuatro fábricas de la división. “¿Qué hago luego, liquidar la compañía?”.

Otro año en pérdidas

“Con la situación actual de los mercados de Europa y del euro, es imposible tener beneficios a no ser que se vendan todas las plantas”, ha admitido el presidente de La Seda. De esta forma, cambia las perspectivas económicas de la compañía.

En la última junta ordinaria de accionistas anunció que a finales de año recuperarían la senda de los beneficios, pero ello implicaba una ampliación de capital que se cerró con un sonoro fracaso. Esperaban captar 40 millones de euros y sólo consiguieron levantar 12,5 millones, una inversión íntegra del grupo portugués BV Vidrio, que también dirige Moreira. El directivo asegura que habían avanzado varias negociaciones con fondos americanos, pero al final “no obtuvieron la autorización de inversión en España”. De nuevo, la valoración del riesgo de país jugó en su contra.

Con todo, el presidente de La Seda asegura que no habrá ninguna regulación de empleo para la plantilla actual. El pasado marzo ya reestructuraron la mano de obra.

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