Los bancos buscan otra ‘Gestamp’ a la que colocar la deuda de Abengoa

Las entidades del G-7, con el Santander a la cabeza, siguen sin querer hablar de quita y solo se avienen a convertir el endeudamiento en acciones, para vender cuanto antes a un tercero, con un descuento asumible sobre el nominal

Campus Tecnológico Palmas Altas de Abengoa, en Sevilla

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Los bancos acreedores de Abengoa acaban de recibir el esperado plan financiero, tres semanas del de viabilidad, y ya está siendo analizado por la consultora KPMG para ver si hay por dónde cogerlo.

Se recogen algunas pequeñas matizaciones, como que la inyección de liquidez necesaria para su viabilidad la ha reducido Abengoa a unos 700 euros, pero sigue quedando en el aire el meollo de la cuestión.

Ni oír hablar de quita

Esos casi 9.000 millones de deuda corporativa que Abengoa no puede pagar y sobre la que los bancos y bonistas –sobre todo, los primeros, encabezados por el Santander– no quieren ni oír hablar de la quita que propone la empresa, que supondría dar por perdidos 6.000 millones de euros de un plumazo.

Ante esta situación, todo apunta a que se planteará de nuevo la entrada de un socio industrial o financiero, como ya ocurriera en noviembre con la fracasada operación con la vasca Gestamp.

Conversión de créditos y rápido traspaso

A diferencia del planteamiento de entonces, de que la familia Riberas pusiera 350 millones de euros en sendas ampliaciones de capital a cambio de ayudas financieras y líneas de crédito adicionales de hasta 1.500 millones –los que los bancos se negaron a dar–, ahora la estrategia pasaría por convertir la máxima cantidad posible de esa deuda en créditos participativos, que convertiría a bancos y bonistas en accionistas, con la idea de salirse cuanto antes traspasando esos créditos a un tercero aunque fuera a un precio inferior al valor nominal.

Al margen de este aspecto crucial para que, dentro de mes y medio, Abengoa no acabe definitivamente entrando en concurso de acreedores, sigue sin resolverse el préstamo de 165 millones de euros que los bonistas se han comprometido a otorgar con ese interés del 25%. Y tampoco se sabe muy bien cómo se va a pagar la deuda vencida a los proveedores, más elevada cada día que pasa. Los 500 millones actuales se elevarán a 750 a finales de marzo.

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