Los inspectores de trabajo vuelven a dar un mazazo a Glovo

Los inspectores obligan a la empresa de reparto de comida a dar de alta a todos sus repartidores en Valencia

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Las empresas de reparto de comida a domicilio han recibido este miércoles un nuevo mazazo en el eje central de su modelo de negocio. La multinacional Glovo ha sido condenada a dar de alta a toda su plantilla en Valencia al considerar que los repartidores son falsos autónomos.

La Inspección de Trabajo ha concluido que “en la prestación de servicios en Valencia de los denominados ‘glovers’ (repartidores-mensajeros), concurren los presupuestos constitutivos del contrato de trabajo, es decir, dependencia y ajeneidad”.

Los inspectores han dado de alta de oficio a la plantilla de Glovo en Valencia, compuesta por unos 200 trabajadores sólo en la capital, según publica Eldiario.es. La empresa, con sede central en Barcelona, también ha sido requerida para pagar las cuotas de Seguridad Social de estos trabajadores que hasta ahora se regían bajo la figura de “falsos autónomos”.

La comida a domicilio experimenta una expansión vertiginosa que se basa en un modelo empresarial que considera a los conductores trabajadores autónomos. Pero las inspecciones laborales han comenzado a rechazar esta premisa. Además del caso valenciano, la Inspección del Trabajo ya había obligado a Glovo a dar de alta a su plantilla que supera los 300 trabajadores en Zaragoza.

Modelo en tela de juicio

El fundador de Glovo, Óscar Pierre, defiende el modelo de negocio de su empresa como un esquema válido y que se ajusta perfectamente a la normativa. El empresario ha explicado que Glovo ha ganado una sentencia en Madrid que asegura que el modelo laboral se adapta perfectamente a la categoría de “trade”.

La empresa ha modificado al menos en tres ocasiones los contratos para ejercer un control menor sobre los riders, algo que también ha hecho Deliveroo, uno de sus principales competidores, para evitar sentencias en contra de su modelo laboral.

Pierre ha defendido que, si en algún momento algún tribunal español revierte de forma definitiva el modelo laboral, la empresa sufrirá complicaciones y dificultades pero se adaptará a lo que dicten los tribunales.

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