Spanair y Panrico ‘colapsan’ la ‘conselleria’ d’Empresa i Ocupació

Los responsables de relaciones laborales dilatan el conflicto en la factoría catalana del grupo de alimentación porque la mediación de los empleados de la aerolínea pasa por delante

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El conflicto laboral abierto tras el cierre de Spanair ha provocado un cambio en la hoja de ruta de la conselleria d’Empresa i Ocupació. La mediación que los responsables del Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) realizan para pactar el futuro de los 4.000 empleados directos e indirectos de la aerolínea quebrada ha dilatado, indirectamente, el conflicto laboral que hay en la factoría de Panrico en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona).

Este martes, los representantes de los trabajadores y los directivos de ambas compañías se han sentado en el Departament de Treball. Pero en el último caso, mucho más tarde de lo previsto. El enquiste del conflicto les reportaba un encuentro largo en el que se discutiría punto por punto los desencuentros entre sindicatos y directivos, tal como explican los implicados. Pero el encuentro no se convocó hasta pasadas las cinco de la tarde.

Según fuentes cercanas a la conselleria, la negociación no se celebró antes precisamente por la dimensión que ha tomado el cierre de Spanair. La repercusión mediática del conflicto, tal y como defiende el mismo interlocutor, ha propiciado que se trabaje intensamente en llevarla a buen puerto. De hecho, el Govern de Artur Mas ya ha dejado claro que su prioridad es entregar cuanto antes al juzgado mercantil el informe correspondiente para que los trabajadores afectados por la quiebra de la aerolínea puedan empezar a cobrar la prestación del paro. Una meta que ha movilizado a gran parte del personal del Treball.

Plan de viabilidad

En el caso de Panrico, ha significado que el miércoles al mediodía ni la dirección ni los sindicatos de la compañía tengan en su mesa el plan de viabilidad que la Generalitat se comprometió a remitirles. El Govern adquirió esta responsabilidad la noche del martes, cuando las tres partes de la reunión –CCOO, UGT y directivos– se levantaron de nuevo de la mesa sin firmar ningún preacuerdo.

La cúpula de la empresa tiene preparado el cierre de la factoría catalana si no se llega al ansiado acuerdo. Ahora, esperan conocer el documento que ha confeccionado el Departament de Treball para dictaminar el futuro de la compañía. Si lo ven con buenos ojos y la representación de los trabajadores lo acepta, mantendrán el centro abierto.

Por el momento, dirección y sindicatos coinciden en un aspecto: su intención de poner el punto y final del conflicto antes del fin de semana. La Generalitat no les ha puesto ningún calendario encima de la mesa.

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