El comité de expertos para la reforma fiscal apuesta por los peajes electrónicos en las autovías

La "simulación" planteada incluye el pago de 1 céntimo por kilómetro para los turismos y de entre 3 y 4,9 céntimos por kilómetro en el caso de los vehículos pesados

Vista de la autovia C 31 en dirección al aeropuerto de El Prat (Barcelona). EFE

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El comité de expertos para la reforma fiscal defiende crear un impuesto que grave el uso de infraestructuras viarias de alta capacidad, lo que viene a ser las autopistas y autovías, en función de la distancia recorrida mediante un sistema de peajes electrónicos. La «simulación» planteada, que figura en el informe del comité presentado este jueves, incluye el pago de 1 céntimo por kilómetro para los turismos y de entre 3 y 4,9 céntimos por kilómetro en el caso de los vehículos pesados.

De acuerdo con sus cálculos, la medida permitiría recaudar entre 1.172 y 1.398 millones de euros, cifras similares a los 1.241 millones de euros «que recogen actualmente los Presupuestos Generales del Estado para conservación de carreteras». El comité destaca el creciente uso de este tipo de esquemas en la Unión Europea y aboga por que el importe varíe en función de la distancia recorrida medida a través de «dispositivos electrónicos».

Apunta también a que la creación de sistemas de pago por uso de estas vías ya figura en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia -el instrumento diseñado por España para aprovechar los fondos europeos- y está «en línea con las recomendaciones» de la comisión de expertos para la reforma del sistema tributario español de 2014. Como ejemplo entonces se citaba entre otros el caso de Portugal, donde el sistema de peajes electrónicos vigente se basa en que cada vehículo porta un dispositivo asociado a una cuenta bancaria en la que se le carga el cobro automáticamente cada vez que atraviesa un pórtico ubicado en la autopista, sin necesidad de parar en un peaje.

Los expertos señalan que está demostrada la capacidad para obtener ingresos de este tipo de medidas, mientras que la evidencia existente sobre los impactos socioeconómicos y medioambientales de los pagos por uso de infraestructuras «ofrece resultados divergentes». De hecho, el comité advierte de que más a largo plazo sería conveniente «explorar» la aprobación de un tributo sobre el uso de los vehículos directamente, sustituyendo la mayor parte de los gravámenes sobre el transporte rodado, como los que se cobran por la tenencia de vehículos y los carburantes.

Cambio que exige «evaluaciones experimentales»

Entre los motivos, el informe recoge que ya se detecta una «pérdida de capacidad recaudatoria de gran parte de los tributos» actuales debido a los avances tecnológicos que permiten reducir las emisiones contaminantes y a los cambios en los hábitos de los consumidores. El nuevo gravamen diferenciaría «entre clase de vehículo, localización y hora para aproximarse a los costes externos en términos de contaminación global y local, ruido, congestión y accidentes, así como al desgaste de las infraestructuras».

Como ejemplo, cita la aplicación de un tipo impositivo máximo de 50 euros por tonelada de CO2 emitida por vehículo, lo que permitiría recaudar hasta 31.733 millones de euros. «Esta simulación genérica refleja la elevada capacidad recaudatoria de un tributo de esta naturaleza en España», subrayan los autores del estudio, que no obstante advierten de que se trataría de un «umbral máximo» por no incluir todos los factores a tener en cuenta y que supondría un cambio de tal magnitud y complejidad que exige «evaluaciones experimentales» antes de su implementación.

Elena Quesada Torres

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