Estas son las consecuencias de no haber presentado la Declaración de la Renta a tiempo
En los casos más graves, cuando la cantidad defraudada supera los 120.000 euros en un solo ejercicio fiscal, la omisión de la declaración puede considerarse delito fiscal
Archivo – Varias personas son atendidas en la Agencia Tributaria para presentar la declaración de la renta
La campaña de la Renta 2024 en España ha finalizado este 30 de junio, y miles de contribuyentes se preguntan qué ocurre si no han presentado la declaración dentro del plazo legal.
Las consecuencias pueden ir desde recargos automáticos hasta sanciones económicas que pueden alcanzar el 150% de la cantidad no declarada, pasando por intereses de demora, pérdida de beneficios fiscales y, en los casos más graves, incluso responsabilidades penales.
Analizamos en detalle qué sucede si no se cumple con esta obligación fiscal, a quién afecta y cómo actuar para minimizar daños.
¿Quién está obligado a presentar la declaración?
No todos los ciudadanos están obligados a presentar la declaración de la Renta. Según la Agencia Tributaria, deben hacerlo quienes hayan percibido más de 22.000 euros anuales de un solo pagador, o más de 15.000 euros si han tenido varios pagadores y del segundo han recibido más de 1.500 euros.
También están obligados quienes hayan obtenido rendimientos del capital mobiliario o ganancias patrimoniales superiores a 1.600 euros, entre otros supuestos.
Si no se está obligado a declarar, no presentar la Renta no conlleva sanción. Pero si se está dentro de los casos obligatorios, la omisión puede salir cara.
Presentar la declaración fuera de plazo: recargos y sanciones
Si el plazo ha terminado y el contribuyente presenta la declaración por iniciativa propia, las consecuencias dependerán del resultado de la autoliquidación y del tiempo transcurrido:
- Si la declaración sale a pagar y no hay requerimiento previo de Hacienda, se aplicará un recargo del 1% por cada mes completo de retraso respecto al fin del plazo legal. Así, si se presenta en julio, el recargo será del 1%; en agosto, del 2%; y así sucesivamente hasta un máximo del 15% si el retraso supera los 12 meses, momento en el que además se suman intereses de demora.
- Si la declaración es a devolver o el resultado es cero, y el propio contribuyente regulariza la situación, la sanción suele ser una multa fija de 100 euros. Si es Hacienda quien detecta la omisión, la sanción asciende a 200 euros.
Presentar la declaración voluntariamente, aunque sea fuera de plazo, es siempre preferible a esperar un requerimiento de la Agencia Tributaria, ya que las sanciones son mucho menores.
Cuando Hacienda detecta la omisión: sanciones más graves
Si es la Agencia Tributaria la que detecta que el contribuyente no ha presentado la declaración y le envía un requerimiento, la situación se complica.
En estos casos, las sanciones pueden oscilar entre el 50% y el 150% del importe no declarado, en función de la gravedad de la infracción y del perjuicio económico causado a la Administración.
Estas sanciones pueden reducirse si el contribuyente acepta la sanción (reducción por conformidad) o paga en el plazo voluntario (reducción por pronto pago), pero aun así, las cuantías pueden ser muy elevadas.
Además, Hacienda puede exigir intereses de demora acumulados desde el fin del plazo legal hasta la fecha efectiva de pago, lo que incrementa aún más la deuda final.
¿Cuándo prescribe la obligación?
La Agencia Tributaria dispone de un plazo de cuatro años para revisar y sancionar declaraciones no presentadas o con errores. Si en ese periodo no se detecta la omisión, la infracción prescribe y ya no podrá exigirse responsabilidad.
Delito fiscal: las consecuencias penales
En los casos más graves, cuando la cantidad defraudada supera los 120.000 euros en un solo ejercicio fiscal, la omisión de la declaración puede considerarse delito fiscal.
Las penas previstas incluyen prisión de uno a cinco años y multas que pueden llegar al triple o al séxtuplo de la cantidad defraudada, además de la pérdida del derecho a obtener subvenciones o ayudas públicas durante varios años.
No presentar la declaración de la Renta puede impedir el acceso a devoluciones, deducciones fiscales o beneficios como ayudas públicas, becas o préstamos, ya que la falta de cumplimiento fiscal queda registrada en los sistemas de la Administración.
La recomendación de expertos y de la propia Agencia Tributaria es clara: si se ha pasado el plazo y existe la obligación de declarar, lo mejor es presentar la declaración cuanto antes por iniciativa propia.
Así se evitan sanciones mayores y se reducen los recargos. La declaración fuera de plazo puede realizarse en la sede electrónica de la Agencia Tributaria, aunque no se podrá fraccionar el pago.