Riesgo de quiebra inminente: Soltec tiene otro mes para decidir su futuro, pero la CNMV mantiene suspendida su cotización

La empresa Soltec se enfrenta a su momento más crítico: un mes para evitar la quiebra definitiva mientras sigue fuera del mercado bursátil

Soltec puede salir de la quiebra

Soltec busca evitar la quiebra

La empresa Soltec encara sus días más críticos. El próximo mes será determinante para saber si la compañía murciana, especializada en soluciones fotovoltaicas y líder global en seguidores solares, logra evitar la quiebra o si, finalmente, se ve forzada a solicitar un concurso de acreedores. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) mantiene suspendida su cotización bursátil como medida preventiva, mientras el futuro de la firma sigue atado a negociaciones financieras, posibles compradores y un delicado equilibrio entre deuda e inversión.

Una prórroga más… y el reloj en marcha

El 26 de junio finalizó la tercera prórroga concedida por los tribunales tras la solicitud de preconcurso de acreedores presentada en octubre de 2024. Con esta extensión, Soltec ha agotado todos los plazos legales establecidos por la Ley Concursal. No obstante, aún dispone de 30 días adicionales —hasta el 26 de julio de 2025— para decidir entre presentar un plan de reestructuración viable o acogerse a un concurso formal de acreedores.

Durante este período, la empresa se encuentra protegida frente a embargos o ejecuciones judiciales, lo que le proporciona un entorno de relativa estabilidad para continuar las negociaciones sin el riesgo inminente de ver sus activos bloqueados o liquidados.

Uno de los elementos más simbólicos de la crisis de Soltec es la suspensión de su cotización en bolsa, que sigue en vigor desde septiembre de 2024. La CNMV ha reiterado que no levantará esta medida hasta que la empresa presente sus cuentas auditadas, las cuales no fueron entregadas a tiempo, lo que provocó su exclusión del mercado en primer lugar.

El último precio registrado antes de la suspensión fue de 1,6 euros por acción, un mínimo histórico. Sin embargo, en los círculos financieros se prevé que, si la cotización se reanuda sin mejoras significativas en su situación, el valor de la acción podría desplomarse hasta acercarse a cero, arrastrando consigo a miles de pequeños accionistas.

Un inversor espera, otros miran de cerca

El fondo español DVC Capital, a través de IME Spain General Partner, ha mostrado su disposición a invertir 30 millones de euros a cambio de tomar el 80% del control de Soltec. Además, ofrece otros 15 millones en forma de préstamo, lo que en conjunto permitiría inyectar liquidez inmediata y aliviar parte del endeudamiento de la empresa.

No obstante, el acuerdo no termina de cerrarse. Existen todavía discrepancias en los términos, y otras partes interesadas podrían entrar en escena, lo que complica aún más el proceso. Mientras tanto, la dirección de Soltec busca no solo financiación, sino también un socio estratégico que comprenda su negocio central y respalde un plan de recuperación sostenible.

A pesar de la crisis, Soltec sigue siendo un referente en el sector de las energías renovables. En 2024, suministró 18,7 gigavatios en seguidores solares a más de 400 proyectos en 17 países, una cifra que refleja su liderazgo técnico y comercial en este segmento clave de la industria fotovoltaica.

El negocio de seguidores solares representa cerca del 80% de sus ingresos, y es precisamente esa línea la que la empresa quiere potenciar, tras abandonar otras divisiones como la construcción de plantas (EPC) y la gestión de activos. Este rediseño del modelo de negocio es una apuesta clara por la especialización y la eficiencia operativa, alejándose de actividades menos rentables que han agravado su situación.

Una situación financiera al límite

El ejercicio de 2024 fue catastrófico en términos financieros. Soltec cerró el año con pérdidas superiores a los 205 millones de euros, arrastradas por problemas de liquidez, penalizaciones por retrasos, falta de avales bancarios y la depreciación de activos —especialmente en mercados como Brasil—. A esto se suma una deuda que ya supera los 412 millones de euros, lo que deja a la compañía en una posición muy delicada ante sus acreedores.

A pesar de haber alcanzado una facturación de 310,5 millones de euros y un EBITDA ajustado de 28,6 millones, la diferencia entre ingresos y obligaciones financieras muestra una brecha que solo una reestructuración profunda y exitosa podría cerrar.

En paralelo a las negociaciones con fondos e inversores, Soltec ha iniciado conversaciones para aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). La intención es reducir su estructura de costes fijos y adaptarse a una operativa más ligera, centrada exclusivamente en su actividad más rentable.

Esta decisión responde a la necesidad de asegurar la viabilidad del negocio a corto plazo, en un contexto en el que cada euro cuenta. La dirección de la empresa mantiene que el ERE es parte de un “proceso de adaptación inevitable” que permitirá salvar puestos de trabajo a largo plazo.

Un mes para evitar el punto de no retorno

El 26 de julio de 2025 se ha convertido en una fecha clave para Soltec. Si en ese plazo no logra cerrar un acuerdo con algún inversor o presentar un plan de reestructuración convincente ante el juez, la empresa deberá declararse en concurso de acreedores, lo que marcaría el colapso formal de uno de los grandes nombres del sector renovable español.

La presión es máxima. Los próximos días serán determinantes para saber si Soltec logra resurgir de su crisis con una estructura más sólida, o si finalmente se convierte en otro caso paradigmático de caída empresarial en un sector tan prometedor como el de las energías limpias.

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Alba Carbajal

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