El Gobierno rescata el gasoducto a Italia con mayores incertidumbres que el MidCat

Las conexiones gasista de España con el resto de Europa se han convertido en tema de conversación recurrente, pero con pocos avances reales

Pedro Sánchez y Mario Draghi

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«Si no sale adelante el plan A, pues habrá que buscar el plan B«. Así de rotundo se ha mostrado el presidente Pedro Sánchez con respecto a las conexiones gasistas de España con otros países europeos. Siendo A, Francia; y B, Italia. Tras abrir este melón, su vicepresidenta energética, Teresa Ribera, ha confirmado que todo se valora, aunque ha derramado un jarro de agua fría sobre el proyecto que se suma a las incertidumbres que rodean al proyecto. 

La creación de un gasoducto entre España e Italia, que previsiblemente uniría Barcelona y Livorno, no se trata de algo nuevo. Aunque sí resulta curioso que la agenda política rescate justamente ahora este tema cuando, simplemente, está en fase de estudio

Así se lanzó a principios de mayo cuando desde Italia veían con buenos ojo realizar una conexión gasista entre ambos países. Por ello, los gestores del sistema de ambas regiones, Enagás y Snam, se pusieron a explorar la viabilidad del proyecto. Se realizaría un estudio para determinar la posibilidad de ejecución. Y así, se cimentaba el primer punto a resolver. Pero hay más. 

La financiación es otra de las cuestiones complejas de este proyecto. Según diversas estimaciones que han aparecido publicadas desde mayo, montar el tubo entre ambos países tendría un coste de entre 2.500 M€ y 3.000 M€. ¿Y quién lo pagaría? Pues todavía no se sabe ni en forma ni en fondo. Y precisamente hablando de fondos, y pese a que Europa contempla y alienta este proyecto en su RepowerEU, lo cierto es que no se sabe nada más allá de las estimaciones del Plan Estratégico de Enagás que, en principio, contaría con ayudas europeas. 

Por si fueran pocas complicaciones, y también con aroma europeo, la realidad es que este gasoducto todavía necesita la luz verde de Bruselas para su construcción. Es decir, pese a que esté avalado desde Europa, a nivel regulatorio, igual que el MidCat, todavía no tiene la autorización pertinente. 

Dudas y más dudas sobre el gasoducto a Italia 

El marco temporal es otro de los problemas que presenta el proyecto del gasoducto que uniría a España e Italia. Desde Enagás decían que podría estar disponible para 2028, justo cuando el MidCat empezase a transportar otro tipo de gas.  

Y es que algo en lo que no se ha puesto especial énfasis: la verdadera capacidad de España para ser un hub de gas a nivel europeo. Es decir, para realmente exportar gas a Francia e Italia a la vez se necesitaría unas infraestructuras mayores de las que existen en estos momentos. Ese tema por el momento no se ha abordado.  

Las dudas de la ministra 

Ante todas estas dudas, y tras las declaraciones del presidente en su viaje oficial por Latam, Teresa Ribera se ha pronunciado al respecto. Asegura que el Gobierno valora con «mucha seriedad» la posibilidad de construir un gasoducto submarino con Italia ante las reticencias de Francia de terminar la interconexión a través de los Pirineos, la infraestructura conocida como Midcat. 

«Si Europa necesita ser ayudada es importante que las instituciones europeas y aquellos gobiernos en peor situación se impliquen también en un debate que no es solo a dos bandas», ha añadido Ribera. 

Pero el mensaje final ha sido muy tajante: «Se trata de una obra de ingeniería más complicada (la opción italiana). Lo sencillo, lo limpio, en un país que se dice europeísta, en un momento extremadamente crítico para Europa, es ir a lo más fácil, a lo que pueda estar operativo para el otoño invierno 2023-2024 y que es esa conexión del corredor ibérico del hidrógeno, que en primera instancia podría trasladar gas natural a través de los Pirineos duplicando la capacidad actual», ha apostillado la ministra.

Raúl Masa

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