El Gobierno recorta el PIB al 4,3% este año, un 40% menos de lo proyectado

El Gobierno recorta en 2,7 puntos el PIB de este año, hasta el 4,3% por la guerra, retrasa la recuperación a 2023 y prevé una inflación del 6%

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, durante la presentación del escenario macroeconómico 2022-2025, este viernes en el Ministerio de Economía en Madrid. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La crisis energética agravada por la guerra de Ucrania, con precios energéticos altos y el propio conflicto bélico en sí han llevado al traste las previsiones del Gobierno. El Ejecutivo ha reducido en 2,7 puntos su previsión de crecimiento del PIB de este año, hasta el 4,3%, frente al 7% que preveía antes por el impacto de la guerra y la inflación, lo que supone una rebaja de previsiones superior a la inicialmente prevista.

Así lo ha anunciado la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en la rueda de prensa conjunta con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de presentación del nuevo escenario macroeconómico 2022-2025, que se incluye en el Programa de Estabilidad a remitir ya a Bruselas, tras recibir el aval de la AIReF, cuya previsión de crecimiento coincidía en el 4,3%.

El Gobierno ha rebajado ni más ni menos que 2,7 puntos su estimación de crecimiento para este año, pasando del 7% al 4,3%, aunque ha mantenido su estimación en el 3,5% para 2024 y la ha elevado en tres décimas para 2024, hasta el 2,4%. Para el año 2025 augura un avance del PIB de solo el 1,8%. La recuperación del PIB a niveles prepandemia se retrasa al primer semestre de 2023.

Calviño ha subrayado que las previsiones están realizadas con la «máxima prudencia» y marcadas por la «intensa incertidumbre» generada por la guerra de Ucrania, la persistencia de la pandemia en algunas economías mundiales y problemas en cadenas de suministro globales, en un contexto de alta inflación. Eso sí, sin excluir «en absoluto» una «sorpresa positiva» de la economía española, al tiempo que plantea un crecimiento del PIB nominal que alcanzaría el 8,5% en 2022.

El recorte de la previsión de crecimiento de 2,7 puntos supone un nuevo varapalo a la estimaciones del Gobierno, después de que el ejercicio 2021 cerrase con un crecimiento del 5%, el mayor alza en 2021 años, pero 1,5 puntos por debajo de la previsión del 6,5% del Ejecutivo, y se produce después de que el INE haya publicado el avance de Contabilidad Nacional del primer trimestre que arroja un freno económico, al crecer el PIB solo un 0,3% por la caída del consumo.

En su intervención, Calviño ha hablado de un patrón de recuperación «más sostenido y sostenible» por la respuesta diferente de las medidas y el Plan de Recuperación, y un cambio del patrón estructural, con el empleo, con más de 20 millones de afiliados, y la inversión, que repuntará un 9,3% en 2023, como motores de la recuperación y para un crecimiento «fuerte y sostenido», frente a un menor peso de la construcción.

Además, ha destacado que el crecimiento de la economía española será superior al de las principales economías avanzadas por el dinamismo del mercado laboral, el crecimiento del consumo, la recuperación de la actividad turística y el impulso de la inversión potenciado por el Plan de Recuperación, del que no se detalla el impacto económico.

Caída del consumo de hogares ante una inflación prevista del 6%

La vicepresidenta económica ha destacado que con el cambio de patrón económico y la fuerte recuperación de la inversión (la de la construcción a partir de mitad de año), España está «mucho mejor preparada para afrontar shocks adversos», con una situación. «saneada» de empresas y familias gracias a las medidas de la pandemia, como los ERTE y los ICO, y el plan de choque contra la guerra de 16.000 millones, que da una «base sólida» para la recuperación.

Como factores del crecimiento ha apuntado el shock geopolítico y las tensiones de los precios ante la crisis energética y la alta inflación, la evolución positiva del turismo, con una estimación de recuperación hasta más del 80% del registrado en 2019, la «velocidad de crucero» del Plan de Recuperación y la demanda nacional.

El consumo privado y la inversión seguirán siendo el principal motor del crecimiento, impulsados por la evolución positiva del empleo y el ahorro, si bien el Gobierno ha reducido del 8% al 3,5% su estimación de avance del consumo este año, ante la pérdida de poder adquisitivo de las familias por la inflación, mientras que proyecta un ala de la inversión del 9,3%.

Lejos de recuperarse, el consumo irá contrayéndose aún más los siguientes ejercicios (crecimiento del 2,6% en 2023, 1,5% en 2024 y 1,1% en 2025), al tiempo que la inversión se irá moderando progresivamente al 7,5%, el 3,3% y el 2,9%, respectivamente, en función del menor impacto del Plan de Recuperación.

En este deterioro del consumo incide de lleno la inflación. Economía estima que el deflactor del consumo privado, el indicador aproximado al IPC que se publica en el cuadro macro, ascenderá este año al 6,1%, nivel que triplica su anterior pronóstico, si bien se moderaría al 2,2% el año que viene y al 1,6% los dos siguientes ejercicios.

El sector exterior será un «lastre» y el empleo bajará del 10% en 2025

Entre tanto, Calviño ha apuntado que el sector exterior será un «lastre» para la recuperación en 2022 y 2023, y volverá a contribución positiva a partir de 2024, aunque por ahora «no se ve este impacto» al reflejarse aún un «potente» sector exterior, pero se ha optado, por prudencia, por prever que la fuerte recuperación del consumo no compensa el deterioro de la situación internacional.

De esta forma, el sector exterior restará tres décimas al crecimiento este ao y una el que viene, mientras que aportará ya seis y cuatro décimas en 2024 y 2025. Entre tanto las exportaciones crecerán un notable 7,8% este año, y mantendrán crecimientos superiores al 6% los dos siguientes ejercicios.

Sin duda en lo que más ha hecho hincapié Calviño como factor de la recuperación es en la positiva evolución del empleo, que lejos de verse impactado está «intensificando» sus «excelentes» datos en abril pese a la inflación y la guerra.

El cuadro macro remitido a Bruselas proyecta una disminución de la tasa de paro desde el 14,8% del año pasado al 12,8% este ejercicio, para moderarse al 11,7% en 2023 y al 10,6% en 2024, de forma que no bajaría de la barrera del 10% hasta 2025, cuando se situaría en el 9,6%. El empleo crecerá un 3% este año, pero prácticamente la mitad los tres años siguientes.

Prudencia: por debajo del consenso económico

El Ministerio de Economía había optado por esperar a conocer los datos de la EPA del primer trimestre (100.2000 empleos menos y 70.900 parados más) publicados ayer, jueves, junto al del IPC (se modera al 8,4%) para terminar de cerrar el nuevo cuadro macroeconómico.

La nueva previsión se encuentra por debajo de la mayoría de previsiones de los principales organismos nacionales e internacionales, que han venido rebajando sus estimaciones notablemente en las últimas semanas desde el estallido de la invasión de Ucrania por Rusia el pasado 24 de febrero.

El Panel de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que aglutina las previsiones de 20 de los principales organismos y analistas, sitúa el pronóstico para 2022 en el 4,8%, al tiempo que han rebajado previsiones el FMI (4,8%), AIReF (4,3%), Banco de España (4,5%) o BBVA Research (4,1%), frente a los pronósticos más atrasados de la Comisión Europea (5,6%) u OCDE (5,5%).

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp