El Gobierno comunicará a Bruselas un crecimiento 20.000 millones inferior a lo previsto

El Ejecutivo no descarta ya rebajar el crecimiento por debajo del 5% y espera los últimos datos de recaudación para ver si revisa al alza los objetivos de déficit y deuda

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero (i), y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño (d), comparecen en rueda de prensa. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero (i), y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño (d), comparecen en rueda de prensa. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

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El Ministerio de Asuntos Económicos, el Ministerio de Hacienda y el área económica de Moncloa están ultimando el nuevo cuadro macroeconómico en el que se incluirá una profunda rebaja de previsiones con un recorte de más de 25.000 millones en la estimación de crecimiento, hasta situarlo por debajo del 5%, tal y como figurará en el el Programa de Estabilidad que remitirá a finales de semana a Bruselas.

La invasión militar de Ucrania por Rusia iniciada el pasado 24 de febrero ha terminado de echar por tierra el cuadro macroeconómico que manejaba hasta ahora el Gobierno y frente a la revisión moderada del crecimiento que tenía previsto realizar meses atrás ante la incidencia que ya venían provocando factores como los precios energéticos, ómicron o la crisis de suministros, fuentes gubernamentales anticipan una «drástica» rebaja.

Desde Moncloa confirman a Economía Digital que la previsión de un crecimiento de la economía española del 7% que aún se mantiene de manera oficial en el cuadro macroeconómico de los Presupuestos de este año, ya de por sí ampliamente cuestionada por los organismos y analistas nacionales e internacionales ha quedado en «papel mojado», y el martes en el Consejo de Ministros se presentará un nuevo cuadro macroeconómico.

En concreto, el Ejecutivo incluirá una rebaja «prudente y realista» de su previsión de crecimiento de «al menos dos puntos porcentuales», señalan desde el Gobierno, que precisan que podría terminar de concretarse en el entorno del 4,8%, en línea con el pronóstico de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI). El nuevo cuadro macro se incluirá en el Programa de Estabilidad 2022-2025 que el Gobierno remitirá a Bruselas en torno al próximo 30 de abril.

La propia vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, dejó entrever ya esta semana este nivel de previsión al asegurar que no veía «muy desenfocado» al FMI en su nuevo pronóstico, después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya confirmase que habrá una revisión ala baja de lap revisión de crecimiento del PIB para este año pro el impacto de la guerra de Ucrania.

No obstante, el Ministerio de Asuntos Económicos tiene previsto incorporar distintos escenarios en el cuadro macroeconómico que presente en abril en función de las distintas circunstancias que puedan concurrir, como los diferentes supuestos en función de la incidencia de la guerra en los precios energéticos, tal y como adelantó este medio.

Los organismos rebajan previsiones a una horquilla de entre el 4% y el 5%

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ya señaló el viernes que todavía es «prematuro» poner cifras al impacto que pueda tener el conflicto bélico de Europa del este en España, por lo que el Ejecutivo planea ya elaborar distintos escenarios con el fin de curarse en salud ante posibles desviaciones que puedan producirse conforme se vaya resolviendo o recrudeciendo el conflicto.

«Ralentización del crecimiento«, «impacto significativo en el crecimiento y el empleo» e incluso «situación crítica» son algunas de las expresiones manifestadas en los últimos días desde el equipo gubernamental, a tenor de las continuas revisiones realizadas en el último mes por los organismos nacionales e internacionales.

Hasta la fecha, el Panel de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que aglutina las previsiones de 20 de los principales organismos y analistas, sitúa el pronóstico para 2022 en el 4,8%. Ese entorno es en el que la actualidad podría situarse el cierre del ejercicio, según estiman organismos como el FMI (4,8%), AIReF (4,3%), Banco de España (4,5%) o BBVA Research (4,1%), frente a los pronósticos más atrasados de la Comisión Europea (5,6%) u OCDE (5,5%),

Revisión de indicadores: no se recuperará el nivel de PIB prepandemia este año

El equipo de Nadia Calviño y la Oficina Económica de Moncloa siguen muy de cerca la evolución de los distintos indicadores diarios de actividad, de los que dispone desde hace un tiempo para intentar ajustar sus estimaciones de cara al Programa de Estabilidad.

Estos indicadores de actividad diaria reúnen información sobre el uso de tarjetas de crédito, ventas de grandes empresas, ventas minoristas, empleo o consumo de electricidad, entre otros. Aunque algunos indicadores ya superan incluso los niveles de 2019, como los buenos datos de afiliación a la Seguridad Social, tras superarse por primera vez a mediados de abril los 20 millones de ocupados, el récord de la recaudación fiscal, con un alza del 15%, hasta los 223.382 millones en 2021 y 7.500 millones más en los dos primeros meses del año por la inflación, o el turismo.

Sin embargo, desde Moncloa confirman a Economía Digital que será «prácticamente imposible» que el PIB pueda recuperar su nivel prepandemia ni en el primer trimestre del año, como vaticinó en su momento Calviño, e incluso en 2022, a tenor de los últimos datos de Contabilidad Nacional del cuarto trimestre de 2019, que reflejan que aún queda un trecho de más del 4% para alcanzar el volumen de entonces y dada la coyuntura de incidencia por la guerra de Ucrania y las sanciones de la UE a Rusia.

La guerra y la inflación: posible aumento del déficit

Lo cierto es que el estallido de la guerra en Ucrania se ha producido en un momento en el que la situación y las perspectivas de la eco­nomía española eran favorables, destacando que la actividad económica fue ganando tracción a lo largo del pasado año y en el cuarto trimestre del año pasado avan­zaba un destacable 5,2% en términos interanuales.

Sin embargo, el conflicto en Ucrania ha dado la vuelta a la evolución, ante la incidencia directa de la guerra y las sanciones de la UE sobre todo en el precio del gas, y por consecuente en el precio de la electricidad, con una traslación al alza de los precios en buena parte de la cesta de la compra, incluyendo los alimentos, y en el suministro de materias primas como los cereales y fertilizantes. La inflación alcanzó ya en marzo el 9,8%; su mayor nivel desde 1985.

Más allá del impacto agregado en el crecimiento y la infla­ción, algunos subsectores acusarán de forma espe­cial la coyuntura actual, como aquellos que consumen mucha energía en su proceso productivo y que, por tanto, se ven muy afectados por el alza de su pre­cio. En la industria manufacturera, destacan la industria auxiliar de la construcción, la metalurgia y la industria maderera, entre otros.

El impacto será también notable en el sector agroalimentario debido a las eleva­das importaciones de Rusia y Ucrania de cereales (especial­mente el maíz), de aceite de girasol (usado, por ejemplo, en las conservas y en la elaboración de todo tipo de alimentos procesados; Rusia y Ucrania copan el 80% de las exportacio­nes a nivel mundial) y de los abonos minerales. Además, la guerra en Ucrania está generando un fuerte aumento del precio de las materias primas agrícolas que también afecta­rá de forma muy destacable a este sector.

Todo ello está llevando al Ministerio de Hacienda a analizar al detalle los últimos datos de recaudación, que hasta el mes de febrero reflejan la continuación de la tendencia positiva al ingresarse 7.500 millones más por la recuperación de la actividad, el empleo y por el efecto del a inflación. No obstante, se está estudiando también el impacto del plan de respuesta de 16.000 millones y no se descarta que tenga que revisarse al alza el objetivo de déficit actual del 5% del PIB o incluso de la deuda pública, establecido en el 115,1% del PIB.

El salvavidas de los fondos UE: España retrasa pedir el segundo pago de 12.000 millones en marzo

Bajo este difícil contexto, Moncloa está centrada en dar un impulso a los fondos Next Generation UE, después de la limitada ejecución en 2021.  A cierre de año, más del 91% (22.124 millones) del total de 24.198 millones de fondos europeos presupuestados habían sido autorizados, y solo el 45,5% (11.001 millones de euros) de los pagos habían sido realizados, aunque habrían llegado apenas 3.000 millones, según cálculos de BBVA Research.

Este año se pueden ejecutar los remanentes del año anterior, para garantizar la inversión del 100% de los fondos, pero los analistas creen que solo se ejecutará la mitad del total de 26.900 millones presupuestados, y ello contando con el ‘efecto bola de nieve’ de los remanentes del año pasado por los fondos no ejecutados. Tras el primer desembolso de 10.000 millones a finales de diciembre tras cumplir 52 hitos, sumado a los 9.000 millones de prefinanciación recibidos en agosto, el Gobierno está retrasando la solicitud del segundo desembolso del que espera recibir la validación para recibir la siguiente remesa de 12.000 millones de euros, según confirman fuentes gubernamentales.

El Gobierno ha programado 266 convocatorias de fondos europeos en el primer semestre, 106 más de lo inicialmente previsto, para movilizar 24.667 millones de euros hasta junio. Entre tanto, ha pedido a los ministerios que trabajen en la detección de reformas e inversiones pendientes o nuevas de cara a la adenda al Plan de Recuperación que prevé remitir antes de que acabe junio para solicitar hasta 84.000 millones de euros de la parte de préstamos de los fondos europeos.

El fondo de recuperación de Bruselas proyecta así un total del 154.000 millones de euros para España, de los que 70.000 millones son subvenciones condicionadas a hitos de inversiones y reformas hasta 2023, y los restantes 84.000 millones a préstamos, si bien fuentes del Ministerio de Economía apuntan que aunque se pueden solicitar hasta 84.000 millones no significa que se vaya a requerir todo el montante, sino que por ahora lo que es seguro es que se pedirán los 70.000 millones de préstamos previstos desde el principio y se calibra en ese margen de 14.0000 millones por no haber alcanzado el nivel de PIB precrisis.

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