La OCDE alerta de que España no recuperará el nivel de empleo precrisis hasta 2023

La OCDE avisa de que España no recuperará su nivel de empleo precrisis ni de PIB hasta 2023 y recomienda mantener los ERTE solo para los sectores más afectados

Un operario trabaja en una fábrica de coches. EFE

Un operario trabaja en una fábrica de coches. EFE

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La recuperación económica y de la tasa de empleo en España no se producirá hasta por lo menos el año 2023, al menos no regresará a sus niveles precrisis hasta esa fecha, según ha advertido este miércoles la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su último informe sobre ‘Perspectivas de empleo 2021″.

Tras cerrar España el ejercicio 2020 con una tasa de empleo del 61,1%, el organismo señala en su último informe que «A pesar de un fuerte repunte de la actividad económica y el empleo en 2021 y proyectado para 2022, es posible que España no recupere su PIB per cápita y su tasa de empleo antes de la pandemia (63,5%) antes de 2023″.

La institución recuerda que en agosto de 2020, tras el inicio de la crisis, la tasa de desempleo española experimentó un aumento de 3 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 16,5%, medida que se levantaron los bloqueos y cierres de empresas y se recuperó la actividad económica, la tasa de desempleo disminuyó al 15,3% en mayo de 2021, permaneciendo significativamente más alta que la tasa prepandémica.

Aún así, las proyecciones de la OCDE sugieren que la tasa de desempleo de España será 0,6 puntos porcentuales más alta que su nivel prepandémico en el último trimestre de 2022, por lo que viene a confirmar la estimación de que los niveles de empleo anteriores a la crisis no se recuperarán en España hasta al menos el ejercicio 2023.

Pide a España mantener en los ERTE a los sectores más afectados

Igualmente, la organización advierte del riesgo de mantener el empleo durante seis meses desde que finaliza un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) porque puede hacer que «algunos trabajadores se queden atrapados en trabajos inviables».

Por ello, ante eventuales futuras prórrogas, el ‘think tank’ de los países más boyantes considera que deberían limitarse a cubrir los empleos en los sectores «con potencial para reanudarse». También señala que la utilización máxima de este mecanismo de protección de los trabajadores en España fue análogo al de otros países de la OCDE, al suponer el 20,5% en el pico de abril-mayo de 2020, próximo al 19,9% del conjunto de los países de la OCDE.

Asimismo la cobertura de los ERTE se redujo al 6,5% en febrero-marzo de este año en el conjunto de la OCDE, en donde ha permitido salvar 21 millones de empleos, y al 5,4% en España.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.

A su juicio, las inversiones adicionales en servicios públicos de empleo y políticas activas del mercado laboral es esencial en la recuperación para reconstruir mercados laborales inclusivos y para ayudar a que un «gran número» de personas que buscan empleo pasen de sectores en declive a sectores en crecimiento.

También cree que invertir en políticas activas de empleo y los servicios públicos de empleo permitirá a las empresas retener y contratar personal y brindar apoyo individual «intensivo» a personas particularmente vulnerables. El gasto en políticas activas en España se redujo un 14% en 2020 para hacer frente al aumento de la demanda de los ERTE y las prestaciones por desempleo.

Su presupuesto aumentará un 35% en 2021, lo que permitirá un ajuste y refuerzo de los programas y las políticas de servicios públicos de empleo, según indica la OCDE en su informe.

España, el país con mayor paro juvenil de la OCDE

Sin embargo, la OCDE apunta a los colectivos formados por jóvenes y personas con poca educación como aquellos que corren el riesgo de sufrir cicatrices a largo plazo, después de que la crisis «ha afectado especialmente a los más vulnerables de las sociedades: los que tienen trabajos temporales o mal remunerados, los poco cualificados y los jóvenes».

En concreto sobre los jóvenes, la tasa de paro entre 15 y 24 años subió más de 10 puntos en lo cuatro primeros meses de la pandemia, hasta alcanzar el 42%, y progresivamente se ha reducido pero en el mes de mayo el paro juvenil continuaba en el nivel elevado del 36,9%, apunta la OCDE, por lo que se sitúa ala cabeza por delante de Grecia (34,2%, con dato de diciembre de 2020) e Italia (33,7%).

En su opinión, el apoyo público, como las prestaciones por desempleo y el apoyo a la conservación del empleo, ha tenido un «gran éxito» en la protección de los medios de subsistencia, pero «el vínculo con el mercado laboral entre los grupos más vulnerables ha disminuido».

Según la OCDE, aquellos que perdieron sus trabajos al comienzo de la pandemia ahora están pasando al desempleo de larga duración, y la recuperación de las horas de trabajo de los grupos vulnerables suele ser más lenta que la de los que están más establecidos en el mercado laboral.

De hecho, sostiene que las implicaciones de este desempleo concentrado ya se pueden ver en la velocidad del regreso al trabajo entre los grupos más afectados. A fines de 2020, por ejemplo, había un 60% más de personas desempleadas durante más de seis meses que antes de la crisis.

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