Se encienden las alarmas: la banca eleva provisiones a máximos de 11 meses tras el repunte de la morosidad 

La ratio de créditos dudosos en las entidades prestamistas asciende hasta el 6,56%, según datos del Banco de España

Se encienden las alarmas la banca eleva provisiones a máximos de 14 meses tras el repunte de la morosidad

Fachada de la sede del Banco de España. EFE/J.J. Guillén/Archivo

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El efecto del endurecimiento monetario ya se está dejando sentir en el sector financiero. Pese a que la banca goza de unas métricas positivas, y su estado de salud es óptimo, las progresivas subidas de tipos de interés llevadas a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) están socavando la demanda de crédito, un efecto del que los principales directivos de la gran banca advertían a principios de año.  

Pero, además de ello, la política económica restrictiva aplicada por el regulador europeo podría estar acentuando lo que, hasta ahora, no era un problema: la morosidad. La tasa de mora de las entidades bancarias se mantiene en niveles ínfimos, algo que habla del buen estado de forma que tienen y, por supuesto, de que los clientes cuentan con solvencia financiera como para seguir pagando las mensualidades, independientemente del producto contratado.  

Aun esto, los últimos datos del Banco de España alertan de un repunte de los créditos dudosos que dilucidan lo que podría ser un futuro problema. Como apuntó ECONOMÍA DIGITAL, el 20% de los hipotecados a tipo variable ya tienen dificultades para pagar las cuotas. El ejemplo de los hipotecados a con tasas variables se ajusta a la perfección a lo que está ocurriendo actualmente. 

La banca siente la caída del mercado hipotecario 

Y es que, las progresivas subidas de tipos de interés han socavado el poder adquisitivo de los clientes, quienes, a su vez, se enfrentan a la revisión de las hipotecas, las cuales, no paran de crecer. De hecho, las últimas estadísticas ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la concesión de hipotecas reflejan un enfriamiento en el sector que viene precedido de unas condiciones crediticias más estrictas que hace poco más de un año. En abril (último dato publicado), se concedieron 27.053 hipotecas, siendo este el nivel más bajo desde diciembre de 2020.  

Como los préstamos para vivienda, todos los productos que estén sujetos a una revisión del banco y a un ajuste a las tasas actuales mostrarán un incremento exponencial.  

Y en esas, los clientes de la banca están presentando problemas para pagar, lo que se refleja como créditos dudosos en el terreno bancario. Pese a que los niveles de mora siguen siendo bajos, los bancos no han tardado en elevar las provisiones, un movimiento que explica que el repunte de la morosidad podría ir a más. Es decir, las entidades financieras se están cubriendo las espaldas ante un problema aún mayor. 

Los bancos se protegen ante un resentimiento del entorno económico  

Según los últimos datos reportados por el Banco de España, las provisiones de toda la banca nacional han crecido hasta los 308.739 millones de euros hasta abril (últimos datos disponibles), el nivel más elevado desde mayo del pasado ejercicio. De hecho, se trata de la cota más alta en lo que va de año y la que rompe la tendencia de reducir las provisiones que venían mostrando las entidades financieras hasta marzo.  

La ratio de créditos dudosos en las entidades prestamistas asciende hasta el 6,56%, según datos del Banco de España

Como las provisiones, la ratio de créditos dudosos en las entidades prestamistas ha ascendido hasta el 6,56%, el nivel más elevado desde mayo del pasado ejercicio, según datos del Banco de España. En lo que respecta a las entidades de depósitos, la tasa de dudosos crece hasta el 3,44%, la cota más elevada en lo que va de 2023 y la que rompe con la tendencia a la baja que, hasta abril, mostraba.  

Los últimos datos reportados por el supervisor español reflejan un cambio de tendencia que, si bien no tiene por qué ser un problema a corto plazo para la banca nacional, arroja luz al momento actual y, sobre todo, acerca las previsiones que la banca daba sobre la caída de la demanda de crédito. 

El BdE ve una traslación «rápida» de las subidas de tipos al mercado 

Por ejemplo, Gonzalo Gortázar, CEO de Caixabank, apuntó en la presentación de resultados del primer trimestre que el banco catalán esperaba una retrotracción de la demanda de crédito del 20%-25% en el segundo trimestre. Como Caixabank, los grandes bancos también vislumbraban una caída del crédito, así como un ligero repute de la morosidad o un incremento de los dudosos.  

Durante la semana pasada, en la celebración de las jornadas organizadas por la APIE en Santander, Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, señaló que la institución «está apreciando una traslación rápida de las subidas de tipos de interés al mercado». Además de ello, el máximo mandatario del supervisor explicó que «la traslación de tipos será mayor, lo que podría conducir a un menor crecimiento«.  

¿Y qué es lo que está por venir? 

El Banco Central Europeo (BCE) ha dejado claro que aún hay camino por recorrer hasta que la inflación caiga hasta un umbral lo suficientemente restrictivo. Christine Lagarde, presidenta del BCE, avisó hace unos días de que «es poco probable» que la entidad afirme que las subidas de tipos van a llegar a su pico. En una línea similar, Luis de Guindos, ‘número dos’ de la institución europea, explicó la semana pasada en Santander que la obligación del BCE es «estabilizar los precios», además de defender la política monetaria llevada a cabo en los últimos 12 meses.  

Cabe destacar que el BCE ha llevado a cabo un ciclo de subidas de tipos de interés sin precedentes en la historia de la entidad. Por el momento, las tasas se asientan sobre el 4%, y las perspectivas apuntan a nuevas alzas en las próximas reuniones. Como poco, la cita monetaria de julio estará marcada por una nueva subida de 25 puntos básicos. Hernández de Cos remarcó que, tras este encuentro, «no se sabe lo que podría hacer en horizontes más largos».  

Sea como fuere, las subidas de tipos tendrán un efecto directo sobre los negocios de los bancos y, a priori, la primera consecuencia será una ralentización aún mayor de la demanda de crédito y un posible repunte de los dudosos que podría incurrir en un crecimiento de la tasa de morosidad.  

Alejandro Montoro

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