Esta empresa dedicada al bienestar entra en concurso voluntario de acreedores
Hotel Balneario Ariño S.L. se declara en insolvencia, pero las instalaciones municipales seguirán operativas mientras se busca una solución
El balneario del Hotel Ariño. Foto: Ariño
El Hotel Balneario Ariño S.L., la empresa encargada de gestionar uno de los centros de bienestar más emblemáticos de Teruel, ha solicitado el concurso voluntario de acreedores, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) con fecha 20 de junio. La firma, que operaba el balneario en virtud de una concesión pública desde 2014, atraviesa una delicada situación financiera debido a deudas acumuladas con proveedores, lo que ha generado inquietud por el futuro del centro y los más de 50 trabajadores que dependen de él.
El balneario en sí no se encuentra afectado directamente por el procedimiento concursal, ya que es de propiedad 100% municipal. Así lo ha subrayado Carlos Ros, alcalde de Ariño, quien ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad a la población y a los empleados. “Las instalaciones son nuestras y seguirán funcionando con normalidad, independientemente de la situación de la empresa que actualmente las gestiona”, señaló.
Desde el Ayuntamiento se está trabajando para asegurar la continuidad del servicio y salvaguardar los puestos de trabajo, incluso valorando la posibilidad de buscar un nuevo operador que asuma la concesión si la actual empresa no puede cumplir con sus obligaciones.
El empleo, en el centro de todas las miradas
El futuro de los 52 trabajadores es la principal preocupación de las autoridades locales. Ros fue tajante al afirmar que “la prioridad número uno es que nadie pierda su empleo”. Esta postura ha sido respaldada por otros representantes institucionales y por el tejido empresarial de la comarca, consciente de que el impacto va más allá del propio balneario.
Roberto Miguel, presidente de la Asociación de Empresarios de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín, recordó que el complejo no solo ofrece trabajo directo, sino que dinamiza toda la economía local. “La mayoría de las empleadas son mujeres de la zona, y perder este balneario supondría un retroceso enorme en términos sociales y económicos”, afirmó.
El problema financiero que ha llevado a la insolvencia a Hotel Balneario Ariño S.L. no está relacionado directamente con el centro termal de Ariño. Según ha trascendido, las dificultades se remontan a un fallido proyecto anterior: la gestión del Monasterio de Rueda, un ambicioso plan turístico en la localidad de Sástago que no logró ser viable económicamente y cuyo lastre ha condicionado el devenir de la empresa incluso tras la pandemia.
Pedro Villanueva, director de la empresa, ha evitado entrar en detalles, aunque ha dejado claro que su intención es evitar que esta situación afecte al balneario. “Haremos todo lo posible para que este revés no signifique el final de un proyecto que ha sido tan beneficioso para Ariño y su entorno”, declaró brevemente a los medios.
Un centro en plena expansión
La declaración de concurso llega en un momento crucial para el futuro del balneario, que se encuentra en pleno proceso de ampliación con una inversión de más de 7 millones de euros. Las obras, que comenzaron en febrero de 2025, pretenden transformar el complejo en un referente de salud y turismo en la provincia, con 31 nuevas habitaciones, zonas de rehabilitación, nuevas piscinas, un salón de eventos y mejoras en accesos e infraestructuras.
Parte de esta inversión proviene de fondos del plan Miner y del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), además de una aportación de Endesa dentro del programa de acompañamiento al cierre de la central térmica del Nudo Mudéjar. El objetivo final es aumentar la plantilla hasta los 82 empleados y posicionar Ariño como destino turístico de primer nivel, apostando también por el astroturismo mediante habitaciones con cubiertas de cristal.
Ante el uso de fondos públicos para el desarrollo del balneario, Antonio Santa Isabel, presidente de la Cámara de Comercio de Teruel, ha reclamado que se garantice la transparencia y la responsabilidad en la gestión. “Cuando hay dinero público, tiene que haber control. Pero no se puede negar que las instalaciones están bien gestionadas y que su impacto en el territorio es incuestionable”, puntualizó.
Un modelo a preservar
El caso del balneario de Ariño pone en evidencia la fragilidad de algunos modelos de gestión privada sobre infraestructuras públicas, especialmente en entornos rurales. Sin embargo, también demuestra cómo un proyecto de estas características puede convertirse en un motor económico y social si se protege con una planificación responsable y se asegura su continuidad.
El Ayuntamiento insiste en que el balneario no se detiene. Mientras se resuelve el concurso, las puertas seguirán abiertas, los tratamientos se seguirán prestando y los planes de expansión continuarán su curso. Ariño, por tanto, mantiene su apuesta por el bienestar y el desarrollo rural, incluso en medio de la tormenta.