Dardo de Cuerva a Garamendi (CEOE): promete defender la empresa “sin complejos” y más “transparencia”

La tensión entre el presidente de la CEOE y el líder de Cepyme se dispara a escasas semanas de que se produzcan las elecciones en la patronal de las pequeñas y medianas empresas

Antonio Garamendi (CEOE) y Gerardo Cuerva (Cepyme)

Antonio Garamendi (CEOE) y Gerardo Cuerva (Cepyme)

La tensión entre el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, y el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales  (CEOE), Antonio Garamendi, no para de crecer a medida que se acercan las elecciones en la patronal de las pequeñas y medianas empresas, que tendrán lugar el próximo 20 de mayo. Con los comicios como telón de fondo, el candidato a la reelección al frente de Cepyme ha aprovechado para lanzar varios dardos al líder de los empresarios en su programa electoral.

La hoja de ruta propuesta por Cuerva, que lleva por título ‘El valor de las empresas españolas’, aboga por una «defensa clara» de las empresas y los empresarios «sin complejos», pero también la independencia política de las organizaciones empresariales, la recuperación de la libertad de empresa, la mejora de la productividad de las pymes y la búsqueda de un entorno competitivo para combatir la sobrerregulación y el intervencionismo.

De hecho, en una carta abierta dirigida al tejido empresarial español, Cuerva reivindica una Cepyme plenamente comprometida con la defensa de las pequeñas y medianas empresas, «sin componendas ni intereses ajenos«. Después de ponerse al servicio de las empresas, sectores y asociaciones territoriales de la organización, insiste en la idea y remarca la importancia de «poner el interés general de las empresas por delante de cualquier interés particular».

La transparencia y la rendición de cuentas son otros de los aspectos sobre los cuales pone el acento el programa electoral, lo que implica el impulso de «mecanismos internos e independientes» de control y evaluación. El presidente de Cepyme también apuesta por la «unidad empresarial con voz propia», un concepto que pasar por rendir lealtad a la CEOE sin perder la autonomía necesaria para representar los intereses específicos de las pymes.

«Transformar» la patronal de las pymes

Entre los distintos objetivos fijados por Cuerva con la vista puesta en un nuevo mandato se encuentra la reducción de las trabas administrativas, la lucha contra la morosidad, el fomento del crecimiento empresarial y la transformación digital, una mayor flexibilidad laboral y una negociación colectiva «no intervenida», la reducción de la presión fiscal y la reforma de la entidad para ser «más útil».

Precisamente, incluye un conjunto de propuestas para «transformar» Cepyme como la defensa activa frente al «intervencionismo», la regulación
excesiva y los costes crecientes. Más allá de impulsar una simplificación de los trámites, la reducción de cargas y la desaparición de duplicidades administrativas, el candidato a la reelección se propone impulsar campañas para mejorar la percepción pública del empresariado.

Cuerva también pone el foco sobre la importancia de adaptar las políticas a las necesidades concretas de cada sector y territorio, impulsar programas de formación y acompañamiento para tener capacidad de afrontar los «desafíos tecnológicos y globales» y adoptar estándares de integridad en la gestión institucional.

Polémica por el voto delegado

El programa electoral presentado por Cuerva también menciona el voto delegado, que provocó un terremoto en la organización. Con el objetivo de «mejorar la democracia interna» y lograr una mayor participación real y representatividad de las bases, el presidente de Cepyme vuelve a perseguir la eliminación de la medida.

La Junta Directiva de la patronal de las pequeñas y medianas empresas impulsó una modificación del reglamento interno bajo el propósito de limitar la delegación de voto, lo que conlleva que un único votante cuente con la posibilidad de entregar el voto de varios empresarios y que la votación se asimile a la CEOE y ATA, donde no existe esta condición.

La mayor parte del Comité Ejecutivo rechazó la propuesta, si bien la Junta Directiva acabó dando luz verde. La decisión levantó polvareda en el seno de la entidad y sumió a ambas partes en un cruce de informes jurídicos sobre su validez. Finalmente, Cuerva acabó rectificando y aceptó el voto delegado.

Elecciones de alto voltaje

Las discrepancias entre Garamedi y Cuerva existen desde hace tiempo. Sin embargo, la intención de Garamendi de buscar un relevo a Cuerva, quien optaba a la reelección en Cepyme, así como su apoyo a la candidatura alternativa encabezada por la presidenta de la Confederación Vallisoletana de Empresarios CEOE-Cepyme, Ángela de Miguel, marcaron un antes y un después.

Desde entonces los dos dirigentes han mostrado sus diferencias en público en varias ocasiones. Un ejemplo fueron sus discursos en el marco de los XI Premios Cepyme, cuando el líder de la CEOE emplazó al presidente de Cepyme a abandonar sus «intereses personales», mientras que Cuerva señaló que no iba a ser «tibio» ante el Gobierno a pesar de que alguien pensaba que «le iría mejor».

Cuerva lleva al frente de la patronal de pymes desde 2019, tras relevar a Garamendi en el cargo. Posteriormente, fue reelegido presidente de Cepyme en 2021 con el respaldo unánime del Comité Ejecutivo y con los avales de más de la mitad de las organizaciones miembro de la patronal de las pequeñas y las medianas empresas.

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