DIA oculta 150 millones de euros con dudosos contratos de leasing

La cadena de supermercados fuerza a sus franquiciados a firmar contratos de leasing para reformar tiendas y así ocultar su verdadera deuda

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La cadena de supermercados DIA, con alrededor de 1.400 millones de deuda reconocidos y en conversaciones muy avanzadas para culminar la refinanciación de su pasivo, mantiene oculta una cantidad importante de sus obligaciones, que podrían disparar en más de un 10% los números rojos oficiales de la compañía. 

La cotizada, que afronta una severa crisis y cuyo futuro depende de sellar la refinanciación de su deuda y de la quita que exige su accionista mayoritario, el magnate ruso Mikhail Fridman, mantiene 150 millones de deuda en la sombra, según fuentes cercanas a la compañía. 

La compañía, que fue expulsada del IBEX a comienzos de diciembre, afronta una reestructuración del negocio y reforma de tiendas a través de una peculiar figura. Una patata caliente para Jaime García-Legaz, nombrado este viernes presidente, y Borja de la Cierva, escogido como consejero delegado para iniciar una nueva etapa sin Ricardo Currás y Ana María Llopis.

DIA mantiene alrededor de 5.000 tiendas en España y, con la delicada situación de mercado, decidió llevar a cabo un proceso de reformas profundas en un momento complicado a nivel financiero. 

Para no aumentar la deuda, la empresa forzó a sus franquiciados a asumir la reforma de las tiendas y la compra de nuevos equipos, neveras y maquinaria a través de contratos de leasing firmados con grandes entidades bancarias. 

La deuda opaca de DIA

La deuda figura oficialmente a nombre de los franquiciados, pero DIA abona las mensualidades a los propietarios de las tiendas cada mes. Las reformas, que implican inversiones que superan los 120.000 euros en los comercios grandes, se ejecutaron para modernizar la imagen de la empresa y ofrecer productos más atractivos para el consumidor como panes y productos de bollería horneados al día, bocadillos, pollos a la brasa y zumos recién exprimidos, entre otras novedades. 

El sistema de financiación, firmado por intermediarios, hace que la deuda real de DIA figure a nombre de los franquiciados y no a nombre de la compañía. Ahora, los propietarios de tiendas endeudados afrontan un grave peligro. “Si la empresa no logra refinanciar su deuda y quiebra, nosotros nos encontraremos con unas deudas muy elevadas que no seremos capaces de pagar”, explica un franquiciado de Andalucía con un pasivo cercano a los 120.000 euros. 

Los franquiciados se han quejado de que el sistema, además de ser un mecanismo para ocultar deuda, también les perjudica en términos tributarios. “He firmado el crédito y tengo que pagar más de 3.000 euros mensuales, pero el sistema me perjudica. El dinero que DIA me ingresa está sujeto a tributación, por lo que pierdo dinero con la operación”, lamenta otro afectado.

La empresa nunca ha querido comentar los contratos de leasing firmados porque, asegura, se tratan de contratos privados entre dos partes. La empresa mantiene un elevado número de conflictos judiciales con los franquiciados que acusan a DIA de engañarlos y de abultar las cifras de facturación a su costa. 

DIA vislumbra una luz

DIA anunció este viernes que tiene prácticamente cerrado un pacto con la banca para refinanciar su deuda. El acuerdo entre banca y empresa implica el aplazo de los pagos hasta el 31 de mayo como gran logro. Además, también significará “el acceso a nueva liquidez” de 200 millones de euros así como “la convocatoria de una junta de accionistas que apruebe una ampliación de capital con derechos de suscripción por 600 millones de euros”.

Para logar que las entidades dieran su brazo a torcer, DIA tuvo que poner a la venta las cadenas Clarel (de productos de belleza) y Max Descuento (su negocio de Cash&Carry).

“Existe un entendimiento con los acreedores sobre los términos fundamentales del acuerdo, que está pendiente de la aprobación final por el comité de crédito de una de las entidades”, señaló la compañía, que espera poder rubricar el pacto “próximamente”.

Los 150 millones de euros ocultos se sumarían a los 300 millones de euros que la compañía ha reconocido tener esta semana tras dar a conocer los resultados del test de deterioro de activos operativos. Más de un tercio de esa cantidad, unos 110 millones de euros, 110 millones de euros, proceden de deterioros del fondo de comercio y el inmovilizado material. Y unos 184 millones corresponden a créditos fiscales que se suman a otros 1,6 millones de deterioro por revisión de las cuentas en Brasil. 

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