El hartazgo de los empleados de banca alcanza a Santander y Unicaja tras 17.000 despidos

Los trabajadores de banca protestan por la elevada tensión social y la presión comercial que sufren después de los miles de despidos que se han producido y que está obligando a las entidades a reforzar personal

Ana Botin, presidenta del Santander. EFE

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Los más de 17.000 despidos que se han producido en la banca durante el último año con motivo de los ERE de Santander, Sabadell, BBVA, Caixabank y Unicaja empiezan a pasar factura. Los trabajadores de estas entidades llevan meses protestando por la elevada tensión social y presión comercial que viven en su día a día porque se les sigue exigiendo los mismos objetivos pese a contar con menos personal para alcanzarlos. 

Los sindicatos de BBVA y Banc Sabadell aprovecharon las juntas de accionistas de sus respectivas empresas para pedir, cara a cara, a sus presidentes y consejeros, que tomen medidas para rebajar las cargas de trabajo ante el aumento de bajas psicológicas que se están produciendo por este motivo en las plantillas. 

Los de Caixabank advierten que habrá protestas el día de la junta y aprovecharán el turno de palabra para lanzar el mismo mensaje que ya han trasladado sus compañeros. Aunque ellos ya salieron a las calles el pasado mes de febrero por este motivo, creen que no se han aportado soluciones suficientes.  

Pero las quejas no se quedan aquí, los banqueros de Santander y Unicaja Banco, que también celebran sus juntas de accionistas esta semana, también tendrán que escuchar de la boca de sus sindicatos estos reproches. El malagueño ha sido el último en cerrar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 1.513 trabajadores, casi el 15% de la plantilla, además de unas 400 oficinas. 

En su caso, las salidas empiezan a producirse este mes de marzo. Es decir, todavía no han notado la ausencia de compañeros. Pero si un aumento de la presión comercial y quieren adelantarse, porque una vez se reduzca la plantilla el mismo trabajo se repartirá entre menos personas.  

Desde CCOO-Unicaja denuncian que la presión comercial de las últimas semanas “comienza a ser insostenible”. Y que el personal de la red comercial de oficinas se ha convertido en “la principal víctima” de la dirección, obsesionados con que se vendan productos como los fondos de inversión y “sufriendo un acoso constante” con innumerables llamadas, correos electrónicos, reportes de ventas, audioconferencias, amenazas veladas… 

En el Banco Santander, UGT inició un movimiento en defensa de los trabajadores el pasado mes de febrero. La entidad cerró un ERE para 3.572 empleados en 2020 pero las salidas se han ido produciendo a lo largo de 2021, al igual que el cierre de oficinas acordado (1.033). Desde entonces, la plantilla ha empezado a notar una “enorme presión” de la empresa sobre ellos, principalmente con objetivos comerciales muy ambiciosos, que se deben compaginar con una buena atención al cliente.  

El estallido llegó cuando el Santander, y el resto de bancos, firmaron el protocolo de atención a los mayores comprometiéndose a ampliar el horario de atención al público en oficinas además de otros servicios para evitar la exclusión financiera de este colectivo. Antes del acuerdo, los trabajadores de la red de oficinas denunciaban que las quejas de los clientes iban directamente hacia ellos. 

Ahora se ven desbordados porque tienen que atender a más personas a la vez que alcanzar los objetivos de venta. Por eso, la mayoría de trabajadores del sector pide un refuerzo de personal, que en teoría no se tendría que producir, de no haber habido ningún ERE. 

El pasado viernes, Banco Santander iniciaba un proceso de selección para contratar a unos 300 gestores comerciales, principalmente en Madrid y Barcelona, que trabajarán en el asesoramiento financiero a clientes en la red de oficinas del banco. CCOO y UGT han recibido la noticia con alivio, aunque han reprochado que se realicen nuevas contrataciones cuando hace solo tres meses salieron del banco más de 3.500 personas. 

Los empleados de BBVA y Sabadell se hacen oír 

Los sindicatos de BBVA lo dejaron claro en la junta de accionistas del pasado 18 de marzo. “No nos equivocamos cuando les advertimos que las cifras que se barajaban en el despido colectivo no correspondían a un proyecto de negocio viable” destacaron desde CCOO. 

El ERE (el primero del banco en España) se cerró para 2.935 trabajadores y también aquí se anunció el cierre de 480 oficinas. BBVA justificó que las cifras que digitalización de los clientes muestran un cambio de tendencia y este era uno de los motivos por los que se llevaba a cabo. Pero el sindicato asegura que los datos de digitalización no son tan elevados como los que presume el banco. 

“No había ni hay tanta clientela digital como quieren hacer creer. Tanto es así, que se están viendo obligados a atender las exigencias demandadas por gran parte de la clientela, que reclaman ser atendidos por personas”, añadían.  

Asimismo, denuncian que las cargas de trabajo, la presión para conseguir unos objetivos inalcanzables y la atención a la clientela han aumentado exponencialmente. “Y no se puede hacer lo mismo ahora que hace un año, pero con una plantilla escasa y mermada”.  

Banc Sabadell, que ha prescindido de más de 3.400 trabajadores en apenas un año través de dos procesos de reestructuración de costes, primero un plan de prejubilaciones y luego un ERE, también tuvo que escuchar el pasado jueves a sus trabajadores en la junta de accionistas.  

“Se han pasado de frenada, la plantilla trabaja con más carga de trabajo, pero con un 22% menos de plantilla que hace un año” reivindicaban desde CCOO. Al tiempo, aseguraban que no iban a permitir que esta situación se produzca “a costa de la salud de los trabajadores”, porque falta personal en cada centro. 

También defendían que la digitalización debe ser una herramienta para atender a los clientes, pero no la solución y tampoco los cierres de oficina, “porque cerramos, pero faltan manos”. De hecho, ponían de relieve que a menudo se ven “largas colas en las calles” para entrar en la oficina y los que están dentro soportan “cada vez más presión”. Pidieron por tanto soluciones. 

La plantilla de Caixabank pide acciones concretas 

Los que más se han pronunciado sobre la polémica en los últimos meses son los trabajadores de Caixabank, si bien, el banco ha ejecutado el mayor ERE de la historia de la banca en España tras la fusión con Bankia. El mismo se cerró para 6.452 trabajadores y se acordó el cierre de 1.534 oficinas.   

Desde CCOO reconocen que la dirección ha hecho algún movimiento, como contratar personal a través de empresas de trabajo temporal o reducir las reuniones telemáticas “pero no es suficiente”. Piden más acciones concretas y soluciones tangibles para el día a día porque “el estrés, la ansiedad y la desmotivación” que hay en la plantilla son claros síntomas de que “algo no va bien”. 

En UGT y SECB comparten que las medidas que ha ido adoptando el banco “son insuficientes” y además llegan cuando ya existe el problema. Así que los sindicatos mayoritarios han decidido protestar en la junta del próximo 8 de abril.  

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