El negocio que se esconde en la opa de Telepizza

El fondo estadounidense KKR se prepara para asaltar Telepizza pero lo que menos le interesa son sus pizzas

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El fondo de inversión estadounidense KKR se prepara para su asalto a Telepizza. Pero a uno de los grandes fondos de inversión del mundo poco le interesa el negocio de las masas, las salsas y los quesos.

La opa, que se ultimará en las próximas horas, tiene trasfondo: la red que lleva la comida a domicilio. El sector del delivery es, de lejos, el de mayor crecimiento dentro de la restauración en las grandes ciudades europeas. Y cada vez el negocio recae más en las aplicaciones y los sistemas de envío a domicilio que en la propia comida. 

Con esta adquisición, Telepizza, la empresa de comida a domicilio con presencia en la bolsa, sigue los pasos a otra grande del sector, también cotizada en España. La multinacional polaca Amrest, dueña de La Tagliatella en España y gestora de Pizza Hut y Starbucks en media Europa y Rusia, dejó claro en julio pasado cuál es el futuro del negocio de la restauración en las grandes ciudades europeas.

Amrest pagó 25 millones de euros por el 10% de Glovo, una de las grandes empresas del sector cuyo modelo se basa en la repartición de comida con esquemas de bajo coste: motoristas y ciclistas que reparten comida bajo la figura de autónomos, con cargas laborales reducidas y efectividad en la entrega.

La multinacional polaca también ha adquirido Sushi Shop, la mayor cadena de envío de comida asiática a domicilio, con sede central en París y presencia en una decena de países. Con estas operaciones, Amrest pasa a controlar una de las mayores red de reparto a domicilio en Europa.

La sarten por el mango

Los grandes locales de comida rápida cerrarán 2018 con un crecimiento vertiginoso de la comida a domicilio. Algunas de las cadenas en España han aumentado la venta de comida para llevar en más de 20% en poco más de un semestre, según explican fuentes del sector. 

Si la tendencia continúa, las aplicaciones y redes de reparto como Uber Eats, Glovo y Deliveroo habrán dado la vuelta al negocio. Hace pocos años acudían a los restaurantes casi mendigando una asociación para vender comida a través de sus aplicaciones. Ahora, con un dominio cada vez más creciente, tienen más poder para imponer condiciones y, sobre todo, aumentar sus comisiones.

Las grandes cadenas empiezan a ver con temor cómo su facturación aumenta la dependencia de estas empresas. Y Amrest, primero, y ahora KKR, con la compra de Telepizza, parecen tener claro dónde se jugarán los millones en el negocio de la comida en un futuro que ya llegó. 

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