Finetwork no se rinde y planta cara al control de Vodafone

El conflicto se agravó cuando Finetwork solicitó una indemnización por valor de 150 millones de euros ante el juzgado, acusando a Vodafone de no cumplir con ciertas garantías de calidad

Vodafone consigue luz verde para sacar a Finetwork de la quiebra

El conflicto entre Finetwork y Vodafone ha escalado a un nuevo nivel después de que el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante haya homologado el plan de reestructuración presentado por Vodafone, otorgando a la multinacional británica el control mayoritario sobre la operadora eldense. 

Ante este auto judicial, según avanza “Cinco Dias” Finetwork ha anunciado que recurrirá la decisión y jugará su última carta, mientras el sector de las telecomunicaciones sigue atento a las implicaciones regulatorias y comerciales de la operación.

La disputa entre Vodafone y Finetwork tiene su base en el impago de facturas derivadas del alquiler de red mayorista. Finetwork, que opera como OMV (operador móvil virtual) desde 2019 utilizando la red de Vodafone, comenzó a acumular una deuda superior a 40 millones de euros durante 2024 y 2025, alegando incumplimientos en la calidad del servicio por parte de Vodafone, especialmente desde la compra de Vodafone España por el fondo británico Zegona.

El conflicto se agravó cuando Finetwork solicitó una indemnización por valor de 150 millones de euros ante el juzgado, acusando a Vodafone de no cumplir con ciertas garantías de calidad. Vodafone, por su parte, judicializó la reclamación y, como principal acreedor, propuso la capitalización parcial de la deuda mediante su conversión en acciones de la empresa matriz de Finetwork, Wewi Mobile, lo que le otorgaría alrededor del 90-95% del capital social y el control efectivo de la firma.

Además, el plan contempla una inyección de 20 millones de euros adicionales por parte de Vodafone y el nombramiento de un nuevo consejo de administración, compuesto por tres miembros designados directamente por la multinacional.

Ante este escenario, el juzgado mercantil decidió que el periodo preconcursal de Finetwork quedaría suspendido mientras se implementaba la reestructuración, y que la protección frente a posibles ejecuciones judiciales seguiría vigente.

Finetwork: onsecuencias regulatorias

La respuesta de Finetwork ha sido clara: recurrirá el auto ante la Audiencia Provincial de Alicante para intentar frenar el traspaso de control y defender la independencia de la empresa. Sin embargo, fuentes jurídicas especializadas subrayan que las posibilidades de prosperar son reducidas, dada la homologación judicial y el respaldo al proceso de reestructuración.

Por otra parte, la aplicación efectiva del acuerdo está supeditada a la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y al visto bueno de la Junta de Inversiones Exteriores, dado que Zegona —controladora de Vodafone España— es un fondo británico, y Finetwork una firma española con relevancia local.

Finetwork

Si los permisos regulatorios no se obtienen antes de final de año, el plan podría quedar sin efecto, aunque la protección frente sanciones no se perdería en ninguno de los casos.

El litigo también afecta a los clientes y a la plantilla de Finetwork: la operación busca garantizar la “estabilidad operativa y la prestación regular del servicio”, pero aún quedan incógnitas sobre la integración de clientes, la administración de líneas, y la posible reestructuración interna impulsada por Vodafone.

Perspectivas del mercado

La absorción de Finetwork por parte de Vodafone supone una importante consolidación en el mercado de operadores móviles virtuales en España, un sector que vive una intensa competencia basada en la prestación de servicios flexibles y la reducción de precios.

En los últimos años, Finetwork se había posicionado como uno de los OMV más dinámicos, con más de un millón de líneas y crecimiento sostenido hasta 2023.

La resolución judicial favorece la concentración de operadores y responde a la tendencia internacional del sector telecom, donde las grandes multinacionales controlan redes, infraestructuras y el acceso de operadores alternativos. 

El caso de Finetwork, con su paso de distribuidor a OMV, revela la vulnerabilidad de los modelos virtualizados ante la falta de red propia y la dependencia de grandes proveedores, en este caso, Vodafone.

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