Las trabajadoras de Clarel estallan por su sobreexplotación

El accidente de una cajera en pleno robo en una tienda enciende a la plantilla que exige más personal

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Las trabajadoras de Clarel, que suelen trabajar solas en la mayoría de las perfumerías de la cadena sin ningún otro trabajador que las acompañe, se han plantado contra la empresa. La plantilla, que denuncia una situación laboral extrema, pedirá una reunión urgente a la empresa para solicitar la contratación de más personal, según han asegurado fuentes de CCOO.

Mujeres en su inmensa mayoría, deben hacer las tareas de cajera, reponedora, comercial y, además, vigilar las tiendas para evitar el robo de productos, según ha explicado un grupo de trabajadoras de Clarel a Economía Digital.

Las graves lesiones de una cajera que sufrió un robo en la tienda la semana pasada en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ha colmado la paciencia de la plantilla. Las tiendas de perfumerías Clarel nacieron con la adquisición de DIA de las tiendas de Schlecker en España, después de que la compañía alemana se declarara en quiebra en marzo de 2012.

Recortes sostenidos

Con la compra de la red de tiendas de la compañía alemana en España, DIA renovó la imagen de la marca y comenzó un plan para ahorrar costes laborales de forma progresiva. No recortó salarios, pero comenzó a recortar personal y a reducir turnos de trabajo, según explican las afectadas. Hoy, con 1.132 tiendas en España (77 franquiciadas), las perfumerías de DIA cuentan con 3.400 trabajadores, incluyendo los que trabajan en los almacenes.

Los contratos a tiempo parcial y los horarios extendidos (buena parte de los establecimientos abren 12 horas al día) hacen que las trabajadoras estén casi siempre solas al mando de una tienda. En los establecimientos ubicados en barrios con problemas económicos y sociales, el robo de producto ha aumentado.

«Ni las cajeras ni las empleadas están obligadas oficialmente a evitar los robos de las tiendas, pero los superiores les dicen que tienen que vigilar para que no se roben las cosas y que hay que estar atentos a los ladrones», explica Helena Carro, trabajadora de la cadena durante más de 20 años.

La gota que colmó la paciencia

Una cajera de 21 años se percató de que un hombre se robaba productos de la tienda. La mujer, con contrato temporal, salió corriendo detrás y, cuando casi lo detenía, tropezó en la calle y terminó golpeada con uno de pilones que evitan el aparcamiento de coches en las aceras. Tras un fuerte golpe en el pecho, la mujer regresó a la tienda y allí perdió el conocimiento. Fue trasladada al hospital donde todavía se encuentra en estado grave.

La fatídica noticia se ha extendido por toda la plantilla y la crispación se ha disparado entre las trabajadoras que se quejan del estrés al que están sometidas. «Tenemos que hacer todo el trabajo en la tienda, pero no podemos atendeder bien a los clientes, reponer y ser cajeras. Evidentemente no podemos llegar a todo. Y el incidente de la semana pasada nos da la razón, por lo que pediremos una reunión con la empresa», explica Carro, que también es representante del sindicato Comisiones Obreras en la empresa.

Sueldos de hasta 400 euros mensuales

Una trabajadora de Clarel a tiempo completo ingresa entre 700 y 800 euros mensuales netos, mientras que una encargada puede ganar unos 100 euros adicionales. Los empleados a medio tiempo ingresan la mitad de ese sueldo.

Todos están de acuerdo en que, por los salarios pírricos, no deben aceptar sobrecarga de trabajo y, además, encargarse de la seguridad de los establecimientos.

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