Las tres cajas de ahorro vascas, la vizcaína BBK, la guipuzcoana Kutxa y la alavesa Vital, han iniciado su integración pidiendo una licencia bancaria conjunta, el primer paso para realizar la llamada «fusión fría», según han comunicado las tres entidades.
La integración supondrá crear un banco con unos activos de unos 80.000 millones de euros, de los que casi 50.000 proceden de la caja mayor, la BBK. Las tres entidades fundadoras tienen una alta solvencia, con un core capital que supera el 12% en todos los casos, y una morosidad controlada en Kutxa y Vital, y del 9% en el caso de BBK por la compra de Cajasur.
El acuerdo lo han alcanzado los presidentes de las tres entidades de crédito, Mario Fernández (BBK), Xabier Iturbe (Kutxa), ambos ligados al PNV, y Carlos Zapatero (Vital), vinculado al PSE.
El pacto, según la comunicación enviada a la CNMV, incluye «las bases de un proceso de integración mediante el ejercicio de la actividad financiera a través de una licencia bancaria, con mantenimiento de la personalidad y órganos las tres cajas».
Una vez se formalice un acuerdo definitivo, éste se someterá a la aprobación de los órganos competentes de las tres cajas.
Aspiración sentida
Las tres entidades están en una situación saneada, con más de un 10% de «core capital» como ha exigido el Banco de España, y con un beneficio conjunto cercano a los 340 millones en el año 2010.
Las tres son además complementarias, ya que no tienen oficinas en el territorio donde operan las otras. Por ejemplo, la Vital no tiene ninguna oficina en Bilbao, y la BBK sólo una en Vitoria. El principal activo industrial de estas entidades es su participación del 6% en Iberdrola.
La integración es una vieja aspiración de los dirigentes de las tres cajas, abortada en el pasado por divergencias políticas sobre el control de las cajas.
El primer gran intento fue el que en el 2005 lideraron los presidentes de las tres entidades, pero encontró la oposición del PP alavés, temeroso de que la Vital perdiera su identidad.
Después, en 2008, fracasó un intento a dos bandas que casi llegaron a culminar BBK y Kutxa. Tras haberlo aprobado la caja vizcaína, la asamblea de la guipuzcoana no logró la mayoría necesaria para aprobar la fusión, al conseguir 63 votos a favor, 33 en contra y 4 abstenciones.
Al no llegar a los dos tercios de la asamblea, la Kutxa impidió la fusión. Este rechazo en una asamblea ha dejado a la caja guipuzcoana más alejada de los planes de fusión desde entonces.