Margarita Robles, una Ministra incómoda para la «fusión» entre Indra y la empresa de los Escribano

La ministra de Defensa, Margarita Robles, abroncó el pasado mes en el cuartel general de Indra a su presidente, Ángel Escribano

Margarita Robles en la visita que hizo a Irak en 2019 con Felipe VI. Foto EFE

Un día después de que Javier Escribano, presidente de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) y consejero de Indra, apareciera en el Financial Times diciendo, en tono ofendido, que la integración propuesta de su compañía familiar en Indra no es una compra sino una «fusión», la Ministra de Defensa se presentó en el cuartel general de la multinacional española.

El pasado 7 de octubre Margarita Robles acudió a la sede de Indra situada en Alcobendas (Madrid), para trasladar al presidente del grupo, Ángel Escribano (dueño también junto a su hermano Javier de EM&E), y al consejero delegado José Vicente de los Mozos, la inquietud del Ministerio por los retrasos en el programa de vehículos 8×8 para el Ejercito de Tierra.

Lo hizo acompañada de la secretaria de Estado, Amparo Valcarce, y del Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Amador Enseñat y Berea.

Reunión en Indra con Margarita Robles el 7 de octubre. MINISTERIO DE DEFENSA

En una inusual nota de prensa, el Ministerio de Defensa informó sobre el encuentro destacando que, ante el incumplimiento en la entrega de los vehículos al Ejército, Margarita Robles había advertido a la cúpula de Indra que se reservaban «las acciones oportunas«.

Indra y los VCR 8X8

Margarita Robles presidió el 25 de agosto de 2020 la firma del contrato para la fabricación de 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8X8 Dragón, con una duración de diez años, con el consorcio Tess Defence, integrado por el grupo vasco de armamento Sapa; EM&E, de los hermanos Escribano; la multinacional estadounidense General Dynamics; y liderado en la actualidad por Indra.

El contrato cuenta con financiación a largo plazo del Ministerio de Industria por importe de 1.208 millones de euros. Un lustro después de aquella firma, el Ministerio de Defensa ha recibido 11 vehículos, aunque Indra se ha comprometido a entregar antes de que termine el año otros 70.

Se ha publicado que los Dragón entregados contienen determinados fallos, y se ha puesto en duda que puedan servir para el tipo de ‘guerra híbrida’ que se libra en la actualidad.

En las cuentas del ejercicio 2023 de Tess Defence, consultadas por este diario, la empresa admite haber corregido «errores en requisitos del sistema de ayuda a la conducción, requisitos del sistema de comunicaciones por satélite, así como errores de coste en el fondo de contingencia y en costes no contemplados en la modificación segunda del contrato (…)».

Ese año, según las mismas cuentas, el importe del contrato se incrementó en 420 millones de euros.

El VCR 8X8 de Tess Defence.

El contrato millonario de los VCR 8X8 es «esencial para el Ejército de Tierra«, un «hito histórico«, declaró Margarita Robles el día de su firma.

Pero la Ministra está observando como aparentemente prevalecen sobre la construcción de estos vehículos tan importantes para el Ejército español, rencillas, ambiciones y luchas de poder entre las empresas que forman Tess Defence.

A mediados de este año Ángel Escribano reveló que había tratado de adquirir Santa Bárbara Sistemas, fabricante español de vehículos blindados propiedad de General Dynamics. El presidente de Indra cargó además contra la gestión que la multinacional estadounidense había hecho de su filial española.

La industria española de la Defensa está a la espera de la llegada a Madrid de Benjamín León, el empresario octogenario de origen cubano y nuevo Embajador de EE UU

Sin embargo, el otro socio de Escribano tanto en Indra como en Tess Defence, el grupo vasco Sapa, ha reforzado recientemente su relación con General Dynamics, para participar en grandes contratos en Estados Unidos los próximos cinco años.

Tanto desde Moncloa como desde la Casa Blanca se sigue con atención estas relaciones comerciales en Defensa en suelo español.

Hace un par de semanas el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibió en Moncloa a la familia Aperribay, dueña de Sapa. De acuerdo a fuentes conocedoras del encuentro, este se centró en los contratos que el grupo vasco ha suscrito en Estados Unidos, que han llamado poderosamente la atención del Gobierno español.

Pedro Sánchez saluda al consejero delegado de SAPA, Jokin Aperribay, y al vicepresidente, Ibon Aperribay, el 11 de noviembre. Pool Moncloa/Fernando Calvo.

Desde Washington se ha advertido a España que tiene que elevar el gasto en Defensa y cumplir con el resto de países que integran la OTAN.

El sector español de la Defensa está a la espera de la llegada a Madrid del nuevo Embajador de Estados Unidos, el octogenario empresario de origen cubano Benjamín León.

El nuevo Embajador viene dispuesto a poner orden en esas relaciones comerciales con la industria española de Defensa, habiéndose tomado como un agravio el trato dispensado en el país a General Dynamics, aseguran las fuentes consultadas por este diario.

Indra y la empresa de los Escribano

Pero lo que realmente trae de cabeza a la industria española de la Defensa, a los hermanos Escribano, a la familia Aperribay, a la Ministra Margarita Robles, a la CNMV, a Moncloa es la «fusión» proyectada entre Indra y EM&E.

El evidente conflicto de interés que entraña la integración de la empresa del presidente de Indra en la multinacional española, una operación valorada entre 1.000 y 2.000 millones de euros, cuenta ya con el apoyo de buena parte del consejo de administración.

Los Aperribay entraron en Indra a un precio de 10,28 euros por acción; hoy el grupo cotiza por encima de los 50 euros

Además de los hermanos Escribano, con el 14% de Indra, y del consejero delegado José Vicente de los Mozos, se da por hecho el visto bueno a la operación de los consejeros que representan al primer accionista del grupo, la Sepi, con el 29%: Miguel SebastiánJuan Moscoso y Antonio Cuevas, los tres con fuertes vínculos con el PSOE.

También apoya la «fusión» el dueño de Prisa, Joseph Oughourlian, con el 7% de Indra.

Solo los Aperribay habrían mostrado sus reticencias a la operación. Pero la familia dueña de Sapa no puede quejarse del rendimiento financiero que le está dando su presencia en Indra.

Al igual que los hermanos Escribano, los Aperribay han visto como el valor de su participación en Indra, del 8% en la actualidad según los registros de la CNMV, se ha disparado al calor de los tambores de guerra que suenan en medio mundo.

Sapa adquirió en 2021 el 5% del capital de la compañía española de Defensa por 91 millones, a un precio de 10,28 euros por acción. En la actualidad, Indra cotiza por encima de los 50 euros por acción.

Además de en el contrato de los VCR 8X8, Indra y Sapa colaboran en numerosos proyectos militares y tecnológicos. Suficiente dinero quizá para limar asperezas como la de la compra de EM&E por parte de Indra o las relaciones de uno y otro con General Dynamics.

Robles y los Escribano

En el consejo de administración de Indra, la posición más peliaguda es la de los consejeros independientes, que tendrían que tragar con una operación «imposible en cualquier otro país europeo», como se refieren las fuentes consultadas a la integración de la empresa de los Escribano en Indra.

Pero no sería la primera vez que Indra superara la oposición de los independientes.

Ya lo hizo la compañía en la Junta de Accionistas celebrada en 2022, cuando Oughourlian propuso el cese de consejeros independientes que veían concertación entre accionistas en el aumento de la participación de la Sepi en Indra.

El presidente de PRISA, Joseph Oughourlian. EFE/ Fernando Alvarado

La CNMV investigó durante meses esa posible concertación entre accionistas, para finalmente concluir que no la hubo, aunque subrayó que la operación se había llevado a cabo fuera de «los estándares de una sociedad cotizada«.

Los Escribano confían en que la operación va a salir. El consejero delegado del grupo asegura que se va a hacer «en los tiempos necesarios para que nadie dude que es buena para los accionistas«. Joseph Oughourlian afirma que debía haberse hecho «hace mucho tiempo».

Pero los encajes que tendrá que hacer el consejo de administración y la CNMV para aprobar la compra de EM&E son tales que cualquier traspiés puede echar la operación al traste. Y la bronca del mes pasado de Margarita Robles a la cúpula de Indra es un buen traspiés.

La integración de EM&E en Indra, previsiblemente supondría que los Escribano se colocarían como primeros accionistas del grupo. Eso podría suponer un menor control del Estado, a través de la Sepi, de la principal compañía de Defensa del país y primer contratista del Ejército.

Tras la visita de Margarita Robles a Indra, el rumor que corre como la pólvora por Madrid es que los Escribano habrían susurrado a los oídos de Manuel de la Rocha, asesor económico del Presidente del Gobierno, la destitución de la Ministra de Defensa.

La misma a la que Pedro Sánchez se refirió como «pájara» en una conversación filtrada este año con su antiguo amigo, el exMinistro José Luis Ábalos. «Yo creo que se acuesta con el uniforme», escribió.

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