Del charcutero de Mercadona a Nestlé: la inflación hunde los márgenes de la industria alimentaria

Los fabricantes de alimentos disparan las ventas con la subida de precios, pero el incremento de los gastos mella sus beneficios

Una fábrica de alimentos precocinados. EFE/Mariam A. Montesinos

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El IPC inició su escalada en paralelo al incremento del precio de la energía ya en 2021, pero nadie duda que 2022 fue el año de la inflación. La guerra de Ucrania agravó la espiral inflacionista, dejando los precios de los alimentos en incrementos que no se habían visto en años y que todavía perduran. Aun así, podría haber sido mucho peor, si la industria alimentaria hubiera repercutido del todo el aumento de los costes de producción. Por el contrario, muchas empresas del sector se han decantado por asumir el golpe, comiéndose parte de su margen del beneficio, según reflejan sus cuentas anuales.

Es el caso tanto de grandes multinacionales como Nestlé o Deoleo o de empresas más pequeñas como el grupo familiar Embutidos Martínez, uno de los proveedores de embutidos frescos, preparados y hamburguesas de Mercadona. En un mercado tan competitivo, la industria se ha retraído en el aumento de los precios, lo que ha hundido sus márgenes de beneficio.

Subidas de costes «brutales»

Embutidos Martínez vio como su facturación se disparaba un 18,5% hasta los 169 millones de euros en 2022, pero sus ganancias se redujeron un 45% hasta cerrar el año con unos beneficios de 2,5 millones de euros. Con estas cifras, el margen neto se quedó en un 1,49%, respecto al 3,1% que anotó en 2021. En otras palabras, la empresa valenciana ganó el año pasado solo 1,49 euros por cada 100 euros que facturó. «Ha sido un mal año en el que las empresas como Embutidos Martínez estamos asumiendo una subida de costes brutal que no estamos repercutiendo en su totalidad», decía en un comunicado, Raúl Martín, director general corporativo de la empresa.

Por su parte, los beneficios de Nestlé también cayeron un 45% hasta los 9.600 millones de euros. El gigante suizo, que elabora desde chocolate a café y lácteos, facturó un 8,4% más en todo el mundo, hasta los 95.000 millones de euros el año pasado, por lo que el margen neto de la multinacional pasó de ser de un amplio 19% registrado hace dos años al 10% que anotó en 2022.

En su caso, no toda la cifra se puede atribuir a la subida de los precios, ya que, en gran parte, refleja la venta de las acciones de L’Oréal, una transacción cerrada en diciembre de 2021 que disparó los beneficios ese año. De hecho, la disminución el margen bruto es mucho menor, de tres décimas a nivel global, aunque en Europa alcanza los dos puntos porcentuales.

Deoleo también siguió un patrón similar el año pasado, cuando incrementó la facturación en un 18% hasta los 872 millones de euros, pero redujo las ganancias. El mayor fabricante de aceite de oliva del mundo cerró el año con un beneficio neto de 6 millones de euros frente a los 16 millones en términos comparables alcanzados en el ejercicio anterior. De esta forma, pasó a ganar solo 70 céntimos por cada 100 euros facturados, cuando el año anterior ganaba 2,20 euros por cada 100 ingresados.

“Sumado a los altos niveles de inflación por la crisis de suministros y las tensiones en el mercado de la energía, hemos tenido que seguir haciendo frente a la permanente subida del precio de la materia prima y a los efectos que esta situación ha tenido sobre el consumo”, explicaba Ignacio Silva, presidente y consejero delegado del fabricante de Carbonell o Koipe, en la presentación de resultados. La empresa reconoce que, en volumen, las ventas bajaron un 5%, en un año en qué el precio del aceite en origen llegó a crecer un 66%.

Capsa gana un 73% menos

Por una situación similar pasaron los fabricantes de leche, otro de los productos que más se encareció en 2022. Capsa Food, que aglutina empresas como Central Lechera Asturiana o ATO, cerró el ejercicio con una cifra de negocio de 895 millones de euros, un 18% por encima del año anterior, pese a recoger un 4% menos de leche. Sin embargo, registró un beneficio neto de 5,14 millones de euros, un 73% menos que en 2021.

Así, el margen neto del fabricante de lácteos se quedó en apenas un 0,57%, frente al 2,5% que tenía en 2021. La subida de los precios de los cereales, sumadas a los incrementos en los costes energéticos, elevó aún más los niveles de inflación que se venían arrastrando desde mediados del año 2021, llegando a situarse en el caso de la industria en un 20,5%, según la Capsa. La compañía tuvo que hacer frente a un impacto en sus costes superior a los 175 millones de euros, de los cuales 100 millones corresponden a la subida del precio de la leche en origen.

Aún quedan muchas empresas por presentar sus cifras económicas de 2023, mientras que hay otras que, por ahora, solo han mecho pública su cifra de negocio. Es el caso de Galletas Gullón, principal fabricante europeo de galletas, que alcanzó una facturación de 531 millones de euros tras aumentar un 2% su producción. La compañía no detalla sus ganancias, pero su consejero delegado y director general, Juan Miguel Martínez Gabaldón, ya apuntó a la recuperación de “nuestros márgenes de beneficio habituales” entre sus retos para el ejercicio entrante.

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