Naturgy, entre las energéticas europeas con menor exposición al colapso ruso

La compañía de Francisco Reynés encara el otoño-invierno sin los problemas de otras compañías expuestas a Rusia

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés. EFE

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Un gran escalofrío recorre Europa. La posibilidad de que Rusia corte el grifo del gas natural se ha convertido en una certeza. Ahora toca examinar cuáles serán los daños colaterales entre las compañías gasistas. Entre las que pueden sacar pecho -al menos por ahora- se encuentra la española Naturgy, cuya exposición es baja y, además, su cartera de pedidos de gas licuado (GNL) a largo plazo se encuentra bien cubierta. 

Todas las alarmas saltaron hace unos días cuando el grupo energético alemán Uniper, el mayor importador de gas ruso en Alemania, presentó una solicitud de apoyo estatal en virtud de la legislación energética recientemente aprobada por el Gobierno germano, como consecuencia del impacto del recorte del suministro de gas ruso, que ha puesto a la empresa «bajo una presión financiera extrema». Y sus motivos tiene. 

De acuerdo a un informe de analistas realizado por Bloomberg, al que ha tenido acceso ECONOMÍA DIGITAL, la exposición de Uniper era la mayor entre las compañías con gran volumen de negocio en el sector del gas. Y ahora más que nunca es una emergencia la dependencia de Rusia. Los rumores, cada vez más asentados en las faldas de la verdad, aseguran que el gasoducto Nord Stream I no volverá a la normalidad -posinvasión de Ucrania-, y cerrará totalmente el flujo de gas son un gran problema. 

Ante este escenario, hay algunas compañías como la polaca PGNiG con una exposición cercana al 60% en cuanto a la necesidad de suministro; y otras que están en un punto intermedio, aunque preocupante: como la alemana EnBW (35%); la danesa Orsted (33%); o la francesa Engie (20%). La necesidad de suministro de este grupo será más agudizada si finalmente el flujo se cierra por completo. 

Por su parte, Naturgy en estos momentos tiene solo un 11% de sus necesidades dependientes del gas ruso, en este caso a través de GNL. Esto le sitúa en las compañías con un bajo nivel de exposición, como E.On y Enel, y por lo tanto pueden capear ese potencial corte definitivo del gas ruso. Asimismo, según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, la compañía presidida por Francisco Reynés tiene una cobertura casi plena de GNL con contratos a largo plazo, por lo que además escapa de la volatilidad de precios que se avecina en los próximos trimestres. 

El eco frío del apagón ruso 

En 2021 más del 40% del gas que necesitó Europa se importó desde Rusia. Sin embargo, el escenario para el segundo semestre de 2022 habla de un recorte de más del 60% en los flujos de gas desde el país gobernado por Vladimir Putin.  

Eso es un riesgo energético para los países; pero también un problema financiero y económico para las grandes empresas gasistas cuyo negocio es el gas. Además, una demanda más ajustada en Europa genera un problema adicional al propio suministro: un alza de precios que puede ser enorme. 

Es decir, a medida que estas energéticas deban recurrir al GNL para satisfacer sus necesidades, y las de sus clientes, supondrá una tensión del mercado. Esto provocará un alza de los precios. Y este contexto es el que tiene resuelto Naturgy gracias a sus contratos a largo plazo. Y eso que hace algunos años fue uno de los segmentos de negocio de los que tenía pensado desinvertir. 

Medidas que afectan a todos  

¿Y qué puede suceder su Rusia corta todo el gas? El escenario es difícil de predecir, ya sea de un corte generalizado o un recorte -mayor- en el suministro. En todo caso, los diversos países europeos están encarando diversos planes de actuación por lo que pueda suceder. 

Uno de ellos, según destacan los analistas de Bloomberg, sería racionar la demanda a la industria y las exportaciones a terceros países, desde regiones como por ejemplo España, lo que podría generar nuevas tensiones de precios.   

Raúl Masa

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