Actualizado
Nestlé y Starbucks bajo lupa: denuncian abusos y explotación en la producción de su café
 
				Nestlé recortará 16.000 empleos en los próximos dos años
Varias organizaciones no gubernamentales, encabezadas por Coffee Watch, han presentado una queja formal contra Nestlé, Starbucks y Neumann Kaffee Gruppe ante la Oficina Federal Alemana de Economía y de Control de las Exportaciones este pasado jueves. La denuncia acusa a estas multinacionales de violar derechos humanos fundamentales en sus cadenas de suministro de café, concretamente en plantaciones de Brasil, México, China y Uganda.
La ley alemana de debida diligencia, el motivo principal de la denuncia de la ONG
Una información que ha brindado El Español, que ha asegurado que el mencionado conglomerado de ONG sostiene que las empresas han incumplido la Ley Alemana sobre el Deber de Cuidado de las Empresas en sus Cadenas de Suministro, en vigor desde 2023, cuyo objetivo es garantizar el respeto de los derechos humanos y las normas laborales internacionales en todos los niveles de producción. Pero, ¿qué dice dicha ley?
A grandes rasgos, obliga a las compañías con sede o actividad significativa en Alemania a supervisar activamente las condiciones laborales de sus proveedores y subcontratas, y a prevenir prácticas como el trabajo infantil, el trabajo forzoso o la explotación salarial. Según los denunciantes, Nestlé, Starbucks y Neumann Kaffee Gruppe no habrían aplicado de forma adecuada estos mecanismos de control, permitiendo que se perpetúen situaciones de abuso en las explotaciones de café de las que obtienen materia prima.
Una acusación sumamente grave que Coffee Watch no ha dudado en dunnciar en un comunicado, en el que han hablado de “graves violaciones de derechos humanos” en las fincas cafeteras proveedoras de estas multinacionales. Entre los hechos más alarmantes figuran casos de trabajo infantil, trabajo forzoso, hostigamiento laboral, violaciones de las normas de seguridad y salarios por debajo del mínimo vital, lo cual ha puesto a las tres empresas acusadas en el ojo del huracán.
La directora de Coffee Watch, Etelle Higonnet, subrayó la gravedad del problema al afirmar que “en las plantaciones que proveen a Nestlé, Starbucks, Neumann Kaffee Gruppe y otros grandes compradores, trabajan niños y adultos en condiciones indignas, sometidos a acoso y explotación”. Según Higonnet, estas situaciones no son casos aislados, sino problemas sistemáticos y estructurales que afectan a la base misma del suministro mundial de café.
Un comunicado que, además, concluye exigiendo las autoridades alemanas actúen de forma inmediata para hacer cumplir la ley y garantizar que las empresas “asuman de una vez sus responsabilidades éticas y legales” en toda la cadena de valor, elevando el asunto a un nivel gubernamental que se escapa y por mucho de las competencias del sector privado.
Nestlé y Starbucks se defienden… y Alemania toma cartas en el asunto
Ahora, la pelota está en el tejado de Alemania. Concretamente de la BAFA, órgano dependiente del Ministerio de Economía alemán, es la encargada de vigilar el cumplimiento de la ley de debida diligencia, que se ha convertido en una referencia dentro de la Unión Europea para la regulación de las cadenas globales de suministro.
El marco legal impuesto por este órgano obliga a las empresas a identificar los riesgos de violaciones de derechos humanos y ambientales, implementar medidas correctivas y establecer canales de denuncia accesibles para los trabajadores afectados. Si se confirma el incumplimiento, la ley prevé multas elevadas y sanciones administrativas, además de un daño reputacional significativo para las marcas implicadas.
Sin embargo, y tal y como era de esperar, la marcas no han dejado pasar la oportunidad de salir a defenderse de acusaciones tan graves como estas. La primera de ellas, a través de un comunicado remitido a la agencia AFP, fue Nestlé, que afirmó que “toma muy en serio las acusaciones”, al considerar que “no son conformes con los estándares éticos y sociales” que la compañía promueve en su red de proveedores.
El grupo suizo, que posee más de 2.000 marcas en todo el mundo, aseguró además que no mantiene relaciones directas con las explotaciones agrícolas señaladas por las ONG y que “cesó la colaboración con un proveedor que no cumplía con nuestras normas de conducta”, lo que podría servir como indicio en su modo de actuar en un caso similar.
Además, Nestlé defendió que su política de abastecimiento responsable “exige a todos sus socios comerciales el respeto estricto de los derechos humanos y laborales”, y que realiza auditorías periódicas para garantizarlo. Sin embargo, no detalló qué medidas concretas adoptará en respuesta a la denuncia presentada ante las autoridades alemanas.
Por su parte, Starbucks comunicó al semanario alemán Der Spiegel que rechaza “rotundamente las acusaciones infundadas” vertidas por las ONG. La cadena estadounidense insistió en que mantiene un compromiso firme con la sostenibilidad y el respeto de los derechos humanos, subrayando su programa de abastecimiento ético C.A.F.E. Practices, diseñado para garantizar condiciones de trabajo seguras y salarios justos en todas las etapas del cultivo del café.
Sin embargo, más allá de esta defensa, la denuncia contra Nestlé y Starbucks vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la responsabilidad de las grandes marcas en las condiciones laborales de sus cadenas de suministro, un problema que viene de lejos y que ahora ha vuelto a ponerse de manifiesto con este asunto.
En un contexto en el que el consumidor exige mayor transparencia y sostenibilidad, las ONG reclaman mecanismos más estrictos de control y sanción para garantizar que los derechos humanos no se vulneren en el origen del café que se consume cada día en millones de hogares y cafeterías.
 
						 
						 
						 
						 
								 
								