Los otros `casos Bankia´ en Europa: ningún país pierde los 16.000 millones

El Estado solo ha recuperado 3.300 millones de euros los más de 22.000 que inyectó en Bankia a través de ventas de capital o dividendos

José Ignacio Goirigolzarri. Foto: Caixabank

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Bankia fue rescatada en 2012, el Estado inyectó 22.424 millones de euros y a cambio el FROB se quedó con el 68,3% del capital social del banco. Durante los siguientes años, las arcas públicas recuperaron parte del dinero invertido en la entidad colocando capital o con dividendos.

Hubo dos ventas de capital, una del 7,5% en 2014 y otra del 7% en 2017, con esto recuperaron algo más de 2.100 millones de euros. Asimismo, el Gobierno también ingresó con los dividendos que Bankia repartió entre 2014 y 2019, 1.180 millones de euros.

Lo que hace que en total recuperaran casi 3.300 millones, o lo que es lo mismo el 14,7%. Después de pagar el último dividendo estalló la pandemia del Covid-19 y se recomendó a la banca no volver a hacerlo hasta que pasara la crisis o al menos, hasta nuevo aviso, así que el Gobierno no ha vuelto a ingresar nada por el rescate de la entidad.

Más adelante, en septiembre, se anunció la fusión por absorción de Bankia con Caixabank, lo que cambiaba por completo el mapa accionarial de la entidad. La operación se materializó el pasado 26 de septiembre dejando como accionista mayoritario a Criteria Caixa, que ya lo era en Caixabank de manera independiente, pero ahora con menos representación.

En concreto del 30%, frente al 40% que tenía antes. El FROB es ahora el segundo accionista también con una participación menor, del 16,1%. Teniendo en cuenta la capitalización bursátil de la nueva Caixabank (superior a 20.800 millones) el Gobierno posee unos 3.300 millones.  

Es decir, ocho años después de ser rescatada, Bankia debe aún al Gobierno 19.128 millones, pero con lo que tiene de su capital en bolsa, la deuda bajaría a 15.822 millones. El FROB estaba obligado a vender su participación pública este mismo 2021, pero en febrero se amplió el plazo límite hasta diciembre de 2023.

Las treguas del Gobierno para no perder 16.000 millones

La pregunta es ¿lo conseguirá? Esta no es la primera vez que se alarga el tiempo fijado, de hecho, el Gobierno tendría que haber vendido como muy tarde en diciembre de 2017, pero después el plazo se extendió a diciembre de 2019 y más tarde a diciembre de 2021.

Tregua tras tregua, se alarga la agonía con el único objetivo de no perder los casi 16.000 millones. Una situación que sería inédita, porque en ninguno de los otros `casos Bankia´ en Europa se ha dado.

Y es que los rescates bancarios en el Viejo Continente han seguido caminos muy distintos. El más destacable es el de ING, que consiguió devolver los 10.000 millones de euros, más intereses, que le inyectó el Gobierno holandés a través de tres paquetes de ayudas que le ayudaron a evitar la quiebra. Y lo hizo en 2014, apenas cinco años después de recibir estas ayudas.

En Reino Unido, el rescate de de Lloyds Banking Group, ahora NatWest, avanza hacia el objetivo marcado. El Gobierno británico se ha propuesto devolver el banco al sector privado para marzo de 2025 y lo está consiguiendo. Llegó a controlar un 81% tras rescatar la entidad entre 2008 y 2009, con 53.500 millones de euros. Pero después de vender varios paquetes de acciones -el último en marzo de este año- ya ha reducido al 59,8% su participación en el banco.

Portugal ha vendido en poco tiempo

En Portugal hay dos casos distintos. El rescate del Banco Espírito Santo por 4.900 millones de euros en 2014 hizo que la entidad se dividiera en dos partes. Una para los activos tóxicos y otra nueva, Novo Banco, para los clientes, depósitos y créditos.

En 2017, el Banco de Portugal vendió el 75% de Novo Banco al fondo estadounidense Lone Star por 1.000 millones de euros, quedándose una participación del 25%. El fondo ha ido tratando de vender algunas filiales, como la española este mismo mes de abril a Abanca.

El Gobierno luso también rescató al Banco Portugués de Negocios (BPN) en 2008, a posteriori se conoció que le costó 2.200 millones porque tuvo que inyectarle dinero hasta poco antes de conseguir venderlo. Esto fue en 2012, cuando lo adquirió el banco BID de Angola por 40 millones de euros.

El caso más similar a Bankia es el que se ha vivido con Commerzbank. El Gobierno alemán le inyectó 18.200 millones de euros en 2009 a cambio del 25% de su capital social más una participación, lo que le convirtió en el mayor accionista.

Alemania lleva años buscando un comprador para poder salir del banco. En marzo de 2019, Commerzbank empezó a negociar una fusión con Deustche Bank. La idea de fusionar los dos mayores bancos alemanes no fue muy bien acogida en el mercado porque, entre otras cosas, amenazaba con destruir hasta 30.000 puestos.

En España ha ocurrido algo parecido. La nueva Caixabank suma 50.000 empleados y se prevé que el ERE que planteen sea el mayor de nuestro sistema financiero. Y eso no da muy buena imagen si tienes como segundo accionista al Estado, pero es una manera de resolver el problema.

Finalmente, Commerzbank y Deutche Bank decidieron cancelar su fusión solo un mes después de empezar a negociar. Pero suenan campanas de que podrían volver a intentarlo este año y también de que el italiano Unicredit tiene alguna oferta preparada. Y esto da consuelo a Alemania, que actualmente mantiene un 15% del capital del banco.

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