Seat deja de fabricar dos coches más por la falta de suministros

Los modelos Alhambra y Tárraco, además del Cupra Born, que se producen fuera de España, sufren parones a causa de la escasez de materiales por la guerra de Ucrania

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El sector automovilístico ya está siendo víctimas de las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia tras la invasión de Ucrania. La electricidad se ha disparado y las restricciones a la importación y exportación de productos han comenzado a elevar los precios de artículos como el acero, el níquel o el litio, componentes clave para el sector del automóvil.

Seat ya está sufriendo las consecuencias de la guerra, tras una crisis que viven desde hace ya dos años: primero por el coronavirus y luego por la falta de semiconductores. La automovilística española ya ha detenido la producción de su primer eléctrico, el Cupra Born, como adelantó Economía Digital.

Ahora, a este modelo se le suman el Tarraco y el Alhambra, por la paralización de dos fábricas de Volkswagen en Alemania, Zwickau y la central de Wolfsburg, según apuntan en La Vanguardia. La firma ha parado la producción de estas fábricas por la falta de piezas.

El presidente de Seat, Wayne Griffiths, en una entrevista concedida a La Vanguardia este fin de semana aseguró que «La guerra ya nos está afectando». Seat se queda sin motores para los coches híbridos enchufables como el Cupra Formentor, que ensambla en la fábrica de Martorell (Barcelona). «Es posible que tengamos que parar la producción o reducir turnos, tenemos que ser muy flexibles», señala Griffiths.

Excedente de plantilla en Martorell

De hecho, la dirección de Seat, que ya llevaba planteando esta posibilidad desde hace un tiempo, informó este miércoles a los sindicatos de la automovilística que considera que existe un excedente de plantilla de unas 2.800 personas hasta 2026 en la transición del coche de combustión al eléctrico.

En este sentido, han justificado el excedente de mano de obra por la menor carga de trabajo que supone ensamblar un coche eléctrico (según la automovilística requiere un 30 %), vinculada a la producción de un coche eléctrico pequeño en la fábrica de Martorell y la reducción de volumen de cajas de cambio.

El centro de Martorell está mejor protegido que las plantas alemanas del conglomerado debido a que en España se importan piezas procedentes de Marruecos, como los mazos de cables. Sin embargo, no sucede lo mismo con los componentes más tecnológicos.

El níquel se dispara por la guerra

Rusia produce aproximadamente el 7% del níquel del planeta, un componente básico para la producción de baterías. Este material se ha disparado hasta los 100.000 dólares por tonelada. Incluso la Bolsa de Londres incluso suspendió la cotización por un incremento de precio «sin precedentes».

La Unión Europea ya era un destino lleno de costes para fabricar y la guerra en Ucrania ha agudizado la situación. Así lo avisaba este fin de semana el director general de la Asociación de Empresas con Gran consumo de Energía (AEGE)Fernando Soto: «La situación es caótica y catastrófica», explica en una conversación con Economía digital.

La problemática no es exclusiva de Seat y afecta de forma transversal a la mayor parte del sector. Rusia es también uno de los primeros productores de aluminio del planeta, otro de los componentes más utilizados en la automoción.

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