Ana Botín, la reina de las ampliaciones de capital

Desde su llegada a la presidencia del Santander, en septiembre de 2014, Ana Botín ha realizado tres ampliaciones por un importe de 17.000 millones

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Desde el año 2008, Emilio Botín, con el respaldo de la junta de accionistas, había ampliado el capital social de Banco Santander en dos ocasiones. Tras su fallecimiento, en septiembre de 2014, Ana Patricia Botín, su hija y sucesora, se ha visto obligada a llevar la junta de accionistas del banco tres ampliaciones de capital por un importe total de 17.136 millones de euros, incluida la aprobada el martes.

Dos operaciones puntuales de compra (Banco Popular y Santander México) y el cumplimiento de los cada vez más estrictos requerimientos de capital de los reguladores europeos (para evitar nuevas crisis) han obligado a tomar estas decisiones. Además, la entidad ha tenido que emitir 460 millones de nuevas acciones en este periodo en el marco del programa Santander Dividendo Elección.

El pasado martes, antes de la presentación de los resultados del primer semestre del año, la entidad emitió un comunicado en el que anunció que la junta general extraordinaria había aprobado la emisión de nuevas acciones por un importe máximo de 2.560 millones de euros, destinada a la adquisición de las acciones de Santander México (su filial), que en la actualidad están en manos de accionistas minoritarios (alrededor de 1.700 millones de títulos), y que representan el 24,95% de su capital social.

La operación se llevará a cabo mediante el canje de acciones de la filial por nuevas acciones de Santander, a razón de 0,337 acciones del grupo por cada acción del banco mexicano. A cierre del primer semestre de este año, Banco Santander había emitido 16.237 millones de títulos, con una capitalización bursátil a 30 de junio de 66.253 millones de euros.

El historial de ampliaciones de Ana Botín

Ana Patricia Botín llegó a la presidencia de Banco Santander en septiembre de 2014. En esa fecha, la entidad tenía en circulación 14.317 millones de acciones, por un valor nominal de 7.158 millones de euros. Sin tener en consideración la nueva operación de México, durante su mandato, el capital se ha ampliado en 1.920 millones de euros y más de 3.000 millones de acciones, incluidas las destinadas a pagar el dividendo flexible.

El 9 de enero de 2015, cuatro meses después de alcanzar la presidencia del banco, Ana Botín puso en marcha la mayor ampliación de capital de su historia, también la mayor de Europa y la octava del mundo entonces. Estuvo destinada a inversores institucionales y en apenas 24 horas permitió captar 7.500 millones de euros. El procedimiento fue una colocación acelerada y sólo en la primera hora se cubrió el importe máximo fijado en la oferta.

Al final, la demanda de acciones superó los 11.000 millones de euros. El precio de la colocación fue de 6,18 euros (un descuento del 9,19%) y contó con peticiones de 235 inversores. Cuatro de cada cinco acciones fueron vendidas a inversores de EE UU y Reino Unido; un 10% entre inversores europeos y el 11% restante entre otros accionistas cualificados del resto del mundo. Esta operación fue muy demandada durante años por los fondos de inversión, pero Emilio Botín se resistió siempre a realizarla.

Es más que probable que Ana Patricia Botín se adelantara algo a los requisitos que iba a exigir el Banco Central Europeo en cuanto a capital de máxima calidad. En 2014, esta ratio alcanzaba el 8,3%. A 30 de junio pasado se situó en el 11,3%. La presidenta aprovechó la operación para cambiar la política de dividendos, que en algunas ocasiones había superado el beneficio, para recortarlos en un 66% y realizar más retribuciones al accionista por la vía del pago en metálico.

En julio de 2017 llegó la segunda macroampliación. El motivo, la apresurada compra de Banco Popular por un euro. La ganga de la Junta de Resolución europea fue acompañada de una ampliación de 7.076 millones de euros. El precio fue de 4,85 euros por título, con un descuento del 19,16%. Se pusieron en circulación 1.458 millones de nuevas acciones.

El Santander y el alto precio de las ampliaciones de capital

Las ampliaciones de capital nunca son bien vistas por los mercados. Para los accionistas, suponen una dilución de su retribución: los beneficios no varían por la operación y el dividendo se reparte entre un mayor número de titulares. Pero, sobre todo, cuestan mucho dinero. La EBA, Autoridad Bancaria Europea, lo estima entre el 8 y el 10%. Es el denominado coste del capital. La rentabilidad de la banca europea en términos de ROE está en el 6%. El ROE del Santander estaba en junio en el 7,79%.

La operación de México tiene algo más de sentido. Se va a realizar para reforzar la presencia del banco en un país en desarrollo, con unas posibilidades de crecimiento muy importantes. La filial contribuyó con 424 millones de euros a los beneficios del primer semestre, con un crecimiento interanual del 12%. Tiene 2,9 millones de clientes vinculados, un 31% más. El margen de intereses creció hasta junio al 11% y las comisiones al 6%.

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