Cobrar los depósitos de las empresas: un negocio de solo 100 millones

Las empresas tienen depositados a menos de un año 22.700 millones de euros, la mitad que hace tres años

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El debate acerca de la posibilidad de que los bancos terminen cobrando a los hogares por el dinero que guardan en depósitos ha escrito un capítulo más, aunque siempre restringido al mundo de las empresas. Las sociedades no financieras clientes de banca privada empezarán a pagar en el plazo de dos meses.

De acuerdo con los últimos datos del Banco de España del mes de agosto, las empresas tenían depositados a plazo en las entidades financieras un total de 27.212 millones de euros, de los que 21.666 millones lo están a un plazo inferior a dos año. Sobre esta última cifra sobrevuelan las últimas decisiones del sector. En juego, en el mejor de los casos para la banca y el peor para las empresas, apenas 108 millones de euros a repartir entre el sector, si todo el montante tuviera que pagar el 0,5%, lo que parece muy poco probable.

En su reunión del pasado 12 de septiembre, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidió aumentar en diez puntos básicos el tipo de interés que aplica a la denominada facilidad de depósito, hasta situarlo en el -0,50%. Éste es el precio que los bancos pagan al BCE por mantener dinero en Fráncfort y no prestarlo al sistema económico. Este acuerdo ha reabierto la puerta a un debate que no parece tener nunca final.

Ningún banco se ha atrevido hasta el momento a dar el paso adelante. Al contrario, sus principales responsables ejecutivos han jaleado a los cuatro vientos que no está en su hoja de ruta “penalizar” los depósitos de los clientes particulares. Los hogares españoles mantenían a finales de agosto pasado en el sistema financiero depósitos a plazo por importe de 149.625 millones de euros, 5,5 veces más que las sociedades no financieras. Y eso, a pesar de ser la cifra más baja de los últimos años debido a la nula rentabilidad de este tipo de operaciones.

El cobro por los depósitos no es nuevo

El cobro de una “comisión” al depositante por la custodia de su dinero no es algo nuevo para los bancos. Desde el año 2014, dos años antes de que Mario Draghi empezara a regalar el dinero que presta al sistema financiero, la facilidad de depósito está en terreno negativo. El BCE cobra un porcentaje por el dinero que no circula desde los bancos hacia la economía productiva. Entonces, el precio a pagar era de un 0,10%, ahora es cinco veces más. Y puede que no haya haya tocado suelo.

Tampoco es una práctica nueva entre los bancos españoles y las empresas. Desde enero de este año, el tipo de interés de los depósitos de las sociedades no financieras está en negativo para las nuevas operaciones que se realizan, según los datos del Banco de España. Los 43.704 millones de euros que las empresas han guardado en el sistema financiero español desde comienzo de año en nuevas operaciones se han hecho a sabiendas de que tenía costes para el depositante. En enero, concretamente, de un 0,13%.

El tipo negativo ha oscilado desde un 0,02% de mayo, hasta el 0,17% de agosto, último dato del que se dispone. José Sevilla, consejero delegado de Bankia, dijo ya en la presentación de resultados de la primera mitad del ejercicio que la entidad “lleva ya unos cuantos trimestres trasladando los tipos negativos a los inversores mayoristas”.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank lo dejó muy claro también: “Si alguien viene con 1.000 millones y los deposita, aquí los vamos a llevar al BCE y nos va a costar un dinero. No parece lógico que no repercutamos de alguna manera ese coste”. En la misma línea se mostró María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter: “Estamos empezando a cobrar a algunas grandes corporaciones por grandes volúmenes, porque a nosotros ese dinero no está costando ya mucho”. Ningún plan para los clientes minoristas.

La razón por la que la banca libra de la comisión de depósitos a las familias

La medida se está dirigiendo básicamente a clientes institucionales que tienen una actividad similar a la bancaria, como fondos de inversión, gestoras, compañías de seguros… y que utilizan los depósitos para su puntas de tesorería.

El tipo de interés que cobran los bancos está entre el 0,1% y el 0,4%. La diferencia radica en el grado de vinculación que el cliente (la empresa en este caso) tenga con la entidad. Siempre se negocia caso a caso. Jaume Guardiola, consejero delegado de Banc Sabadell, lo definió muy claramente: “Se trata de cobrar la liquidez excesiva de las empresas”. Se hace en Europa desde hace tiempo. En Alemania, Luxemburgo, Holanda e Irlanda.

¿Por qué no a los depósitos de los hogares? Seguramente, porque la relación de la banca con los clientes particulares no viene de los depósitos y mucho menos la rentabilidad. Aún menos con el exceso de liquidez actual de los mercados. Los ingresos máximos que podría aspirar el sector (el 0,5% de los 149.625 millones depositados) ascienden a 748 millones, que se reducirían a la quinta parte si se descuentan las cantidades que estarían exentas de ese cargo por una u otra razón, en línea con lo sucedido en otros países.

O sea, unos 150 millones. Escaso botín para una enorme pérdida de reputación. Equivale a los ingresos por comisiones de los grandes bancos españoles de tres días.

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