Catalunya, tierra de ‘minijobs’

Casi medio millón de catalanes, el 21,8% de los trabajadores, vive en precario con contratos a tiempo parcial. La CEOE quiere extender esta fórmula para aliviar el paro juvenil

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Vigilante de seguridad en Terrassa, 24 horas semanales, 460 euros brutos al mes. Mozo de almacén en Barcelona, 20 horas semanales, seis euros brutos la hora. Estos anuncios reales, vigentes en los portales de empleo, no son una novedad sino un viejo conocido. Los minijobs, trabajos a tiempo parcial con una remuneración inferior al salario mínimo interprofesional que ahora propone el presidente de la CEOE, Joan Rosell, se extienden en todos los sectores.

Catalunya cuenta con 480.500 trabajadores a tiempo parcial, según los datos del tercer trimestre del Departament d’Empresa i Ocupació de la Generalitat. La cifra supone el 21,8% de los contratos vigentes al cierre del tercer trimestre del año. La gran mayoría, de acuerdo con los sindicatos, tienen salarios inferiores a los 600 euros.

“La propuesta es un absurdo. El mercado laboral ya es sumamente flexible. Si una empresa necesita a un trabajador a tiempo parcial, puede contratarlo sin problemas, y si lo necesita por días, o incluso por horas, sólo tiene que acudir a una ETT”, explica el secretario de Política Sindical de la UGT de Catalunya, Camil Ros.

Los jóvenes y los falsos autónomos (los trabajadores obligados por su empresa a cotizar por cuenta propia) son los dos grandes sectores que ya cuentan con una realidad laboral que se aproxima a la propuesta de Rosell, según CCOO. “El propósito es institucionalizar la precariedad con la premisa de ‘más vale joven precario que joven parado’”, opina la coordinadora de Acció Juvenil del sindicato, Tània Pérez.

Eternos becarios y externalizados

Miguel H. trabaja en una fundación que colabora en proyectos científicos con la Universidad de Barcelona. Lo común en la empresa es encadenar contratos de becario a pesar de que muchos de los trabajadores ya tienen años de experiencia y formación. “No es la excepción, sino lo normal”, explica.

Camilo Crespo (nombre ficticio) trabaja desde hace un año para la empresa Opplus, con sede en Madrid, Málaga y Murcia que ha asumido buena parte de la gestión del BBVA. Allí cobra 500 euros mensuales por cuatro horas de trabajo diarias. “Nos exigen pasar al sistema informático 25 transferencias por hora. Si voy dos veces al baño, es casi seguro que no lo pueda cumplir. Han echado a mucha gente y la rotación es altísima. Por supuesto, no puedes hablar ni dos minutos con que tienes al lado”, explica.

La fórmula de los minijobs está vigente en Alemania desde el 2003 y según algunos economistas ha sido el factor clave que ha permitido a la economía del país mantenerse a flote durante la crisis. El minijob alemán cuenta con un salario de 400 euros al mes pero está libre de cargas fiscales: el trabajador no paga impuestos y puede hacer las aportaciones que quiera a la Seguridad Social.

La Unión Europea ya ha recomendado a España a adoptar el sistema para aliviar las cifras de paro. Ahora la propuesta tendrá que ser estudiada por el futuro presidente, Mariano Rajoy.

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