Draghi receta a la banca vender más crédito para ganar rentabilidad

El banquero central obliga al sector a ser más activo en la financiación de la economía si quiere mejorar su rentabilidad, pero le condona intereses

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Mario Draghi optó este jueves por hacer algo que no suele ser habitual: decepcionar. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), al que ya apenas le queda un mes y medio de mandato, puso en marcha un nuevo programa de compra de deuda, a razón de 20.000 millones al mes, anunció medidas de financiación más atractivas para la banca a medio plazo (tres años) y, aunque mantuvo en el 0% el tipo de referencia, colocó la retribución de la facilidad de depósito en el -0,5%; diez puntos básicos menos.

Eso sí, alargó la vida del programa de compras de deuda prácticamente de forma indefinida; «hasta que suban los tipos de interés», afirmó. Un plazo que parece largo.

Para compensar, Draghi trató de que el nuevo recorte del tipo de interés de la facilidad de depósito, negativo para la banca, que ya ha visto caer con fuerza sus expectativas de beneficio por el cambio en los tipos de interés, fuera mitigado. El BCE anunció en julio que buscaría alguna manera de contrarrestar el impacto de los tipos negativos y ha recurrido al tiering (ya utilizado en otros países, como Japón) que consiste en no castigar con el pago de intereses todo el exceso de reservas del sector en la institución, sino únicamente una parte.

Así, a partir de finales de octubre, las entidades financieras tendrán que abonar un 0,5% al banco central por las reservas obligatorias (que se fijan en base al volumen de depósitos de sus clientes) y tendrán exentas una cantidad seis veces superior a esa cifra. A partir de ese nivel, los bancos deberán volver a pagarle intereses mientras que la facilidad de depósito se mantenga en negativo.

El BCE aplicará la misma receta para todos los bancos europeos, sin discriminación por su tamaño.

De acuerdo con Invertia, esta decisión podría ahorrar a la banca europea unos 2.000 millones en intereses cada año en comparación con el coste que están soportando hoy. Esta cifra no está asegurada, ya que el BCE podría ser más o menos exigente, aumentando el multiplicador o reduciéndolo en el futuro. 

«Draghi ha reconocido en varias ocasiones que esta política monetaria es buena para el lado de la demanda, pero tiene efectos negativos en la demanda», apuntan desde el servicio de estudios de Bankia. «No le preocupa el efecto de los tipos bajos en los márgenes de los bancos, pero sí en que eso pueda afectar al canal de transmisión de la política monetaria», añaden.

Más volumen contra los bajos intereses

De forma reiterada la banca se ha lamentado por el largo periodo de tipos negativos que se ha impuesto en Europa, que daña su rentabilidad (ROE) y que repercute negativamente en su cotización en bolsa. Sin embargo, ya ha comenzado a moverse. El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, señalaba este jueves que habría que reflexionar sobre el modelo de negocio y el sector ya está avanzando no solo en la digitalización, sino en incrementar su volumen de crédito

Liberbank, por ejemplo, es una de las entidades que desde hace unos trimestres aboga por aumentar la cartera como recurso para mejorar su margen de intereses; y eso es lo que Draghi está buscando que haga el conjunto del sector: que la cifra de ingresos aumente aunque el margen por cada crédito sea algo menor.

Para ello, el BCE ha lanzado un nuevo programa de financiación para la banca (LTRO III) que alarga de dos a tres años el plazo de devolución e iguala el coste de esta financiación a la de los programas de financiación a corto plazo (una semana). Eso sí, este movimiento tiene una clara intención. «El mayor plazo de vencimiento esta mejor alineado con el crédito que la banca utiliza para financiar proyectos de inversión, por lo que estas operaciones servirán para financiar a la economía real», apuntó en la documentación remitida a prensa.

Draghi, no obstante, sabe que no es infalible y sigue exigiendo que los gobiernos se muevan y hagan reformas fiscales. «La política monetaria no pone dinero en las manos de las personas individuales, eso lo hace la fiscal», criticó durante la rueda de prensa.

 

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