El Tesoro se cura en salud y cancela la subasta de obligaciones del 18 de agosto

Decide no colocar más títulos a largo plazo este mes tras las fuertes caídas de las bolsas y el repunte de las rentabilidades en los mercados de deuda

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“Como en años anteriores el Tesoro ha decidido no convocar ninguna subasta de Obligaciones durante el mes de agosto, por lo que no se celebrará ninguna subasta el 18 de agosto”. Así de escueto y claro aunque de poco cuidad redacción es el comunicado que el Tesoro Público acaba de realizar en su página web, minutos después de que la bolsa haya cerrado con un desplome del 3,9% y la prima de riesgo haya vuelto a superar los 400 puntos básicos, con la rentabilidad de los bonos a 10 años en el 6,35%.

El organismo dependiente del Ministerio de Economía se limita a añadir que el 1 de septiembre habrá una nueva referencia benchmark a 5 años, con cupón y vencimiento a determinar.

El objetivo del Tesoro es reducir la tremenda exposición que supone colocar estos títulos, cuyos plazos son más largos y donde por lo tanto hay más riesgo de que los inversores exijan unas rentabilidades más elevadas.

Aunque puede ser interpretado como un signo debilidad en pleno debate sobre la posibilidad de un rescate, España se puede permitir este lujo porque ya ha cubierto más de dos terceras partes de sus previsiones de ingresos para este año y ha multiplicado por cuatro su colchón financiero respecto al año pasado.

Que el Tesoro haya decidido no pasar este test sorprende ya que el miércoles la vicepresidenta Elena Salgado aseguró que el Gobierno «no ha suspendido ninguna subasta», a lo que añadió: «Nos parece que es bueno que se siga viendo nuestra capacidad de acudir a los mercados, aunque hayamos pagado en el pasado algún interés mayor, pero en otros momentos ha bajado». Pero de momento la subasta de obligaciones tendrá que esperar.

La subasta cancelada era una de las tres previstas para lo que queda de mes. El 16 de agosto es el turno de las letras a 12 y 18 meses fijada por el Tesoro y el 23 de agosto se subastan letras a tres y seis meses. Pero ambas emisiones son a corto plazo, con menos riesgo de que el Tesoro se enfrente a peticiones de rentabilidad que puedan ser consideradas como inaceptables.

Pasa la primera prueba

La decisión de cancelar la subasta se produce a pesar de que este jueves el Tesoro ha conseguido colocar bonos a tres y cuatro años en la banda alta de sus previsiones de ingresos, que estaban entre los 2.500 y los 3.500 millones.

A tres años, ha colocado 2.200 millones con una rentabilidad del 4,831%, un 11,8% más respecto a la subasta del pasado mes de julio. A cuatro años los inversores han adquirido otros 1.100 millones de euros. La demanda ha superado a la oferta en 2,4 veces y la rentabilidad media ofrecida ha sido del 4,984%. Por lo tanto, las tensiones en los mercados han pasado una cara factura y la rentabilidad ha repuntado hasta sus niveles más altos desde 1997.

Economía Digital

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