Sareb echa mano de otros 1.000 millones de dinero público

Tras agotar los 1.200 millones iniciales de capital y convertir 2.171 millones de deuda subordinada para cubrir deterioros y contar con liquidez, el banco malo se queda con 1.429 millones para atender imprevistos futuros

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La Sareb ganó 300.000 euros en 2015. Visto así, después de haber registrado pérdidas de 585 millones en 2014 y de 261 en 2013, la cosa pinta bien, pero todo obedece a una mera reexpresión de las cuentas para distribuir, entre los tres últimos ejercicios, el impacto de los 3.012 millones de euros de minusvalías que han aflorado tras aplicar la normativa contable del Banco de España.

De esa manera, y en aplicación de esa reexpresión contemplada por el supervisor para aplicar las provisiones con carácter retroactivo, la sociedad presidida por Jaime Echegoyen no perdió en 2014 los iniciales 585 millones de euros, sino 804. Y, de igual modo, los 261 millones de números rojos contabilizados en 2013 se quintuplican ahora tras la reformulación.

Liberada de grandes provisiones

Con estos reajustes, los responsables del banco malo parecen más aliviados respecto al futuro. Entienden que las grandes provisiones ya están hechas, y que al cierre de 2016, tras terminar de reevaluar el segundo lote de los activos, la actividad de la sociedad quedaría, en principio, liberada de grandes provisiones.

Tras haber retasado el 56% de los activos, tanto inmobiliarios como financieros, equivalentes al 59% del valor contable total, la sociedad -participada por el Estado a través del 45% que ostenta el Frob- ha tenido que reconocer que los 968 millones provisionados entre 2013 y 2014 se quedaron cortos, viéndose obligada a incrementar las minusvalías en otros 2.044 millones.

Refrendo de la conversión por la junta de accionistas

De esta manera, además de agotar los 1.200 millones de euros iniciales de capital le ha pegado un mordisco de 2.171 millones a los 3.600 millones de deuda subordinada, que automáticamente se convierten en capital para cubrir el aumento del deterioro. La junta de accionistas deberá refrendar en mayo la conversión.

Para el Estado que, a través del Frob, aportó a Sareb 540 millones de capital y 1.652 de deuda subordinada, el impacto de la norma contable del Banco de España supone que el banco malo haya consumido todo el capital y casi 1.000 millones de la deuda convertible.

Tras los 2.171 millones ya convertidos, el Estado y el resto de accionistas mantendrían un total de 1.429 millones de deuda subordinada convertible. Un nivel de capital en que los responsables de Sareb se sienten cómodos, descartando que se vaya a pedir más dinero.

Gran volatilidad con la norma contable

No obstante, la cautela se impone, ya que la provisión no es algo estático. Está en continuo movimiento por el efecto de compensación de cada transacción, lo que otorga gran volatilidad.

A partir de ahora, el valor contable impuesto por la norma del Banco de España es la referencia a tener en cuenta en todas las operaciones. Sareb solo ganará dinero por la venta de sus activos si el precio al que cierre la venta es superior al del nuevo valor contable. Si es inferior, habrá pérdidas, tanto si se liberan provisiones sobre márgenes negativos, como si se restan las dotaciones a márgenes positivos.

Focalización en el mercado minorista

Los La norma también va a traer consigo un cambio radical en la estrategia de desinversión de los activos, con una mayor focalización en el mercado minorista, dejando un tanto relegadas las operaciones institucionales por cuestiones de márgenes.

De esta manera, el banco malo mirará con lupa la salida al mercado de grandes paquetes destinados a los inversores, lo que, admiten en la sociedad, va a generar una ralentización temporal del ritmo de desinversión.

Un 26% menos de ingresos

Al margen del impacto de la norma contable, Sareb vio en 2015 cómo la migración de activos desde las antiguas entidades cedentes a los cuatro nuevos servicers (Solvia, Servihabitat, Altamira y Haya) provocaba una ralentización de la venta de inmuebles, traducida en un reducción de los ingresos en un 26%, hasta casi los 3.900 millones de euros.

Por el contrario, el comportamiento de los gastos financieros fue positivo, reduciéndose un 37%, hasta superar ligeramente los 700 millones. Una tendencia que se espera mantener en 2016, con tipos de interés por los suelos, hasta rebajar esta carga a unos 540 millones.

Los créditos fiscales llevan a ganancias simbólicas

Con los 709 millones de costes financieros, Sareb generó unas pérdidas antes de impuestos de 472 millones, un 53% menos que un año antes, aunque, al final, tras activar créditos fiscales por el esfuerzo del saneamiento de la cartera, el resultado neto se quedó en un simbólico beneficio de 300.000 euros.

En sus tres años de actividad, Sareb ha reducido el perímetro de su cartera un 15%, generado ingresos por casi 13.000 millones y amortizado deuda por 7.700 millones (incluidos los 382 cancelados en febrero), quedando por amortizar bonos por un nominal de casi 43.000 millones avalados por el Estado.

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