Arriva pierde el acento gallego con el vuelco en su cúpula

Tres altos directivos de la compañía en Madrid recalan en sus filiales gallegas para ocupar el vacío dejado con la salida de Juan Gómez Piña

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Efecto dominó en la cúpula de Arriva Galicia. La salida Juan Gómez Piña menos de un año después de ser nombrado director general de operaciones del grupo en España ha dejado un vacío en su filial gallega que ha sido cubierto con la promoción con un histórico de Arriva Galicia y, sobre todo, por altos cargos procedentes de la cúpula de Madrid.

Arriva ha dado un vuelco a la cúpula de sus filiales Autos Carballo, Arriva Metropolitana y Arriva Galicia para dar entrada a tres altos cargos de la dirección del grupo en Madrid.

Se trata de Antonio Cendrero, managing director de Arriva Spain; Isabel Fernández de Córdova, directora del área legal de Arriva desde su fichaje el pasado mes de mayo; y Javier Picado Nieto, project manager de Arriva desde hace tres años. El primero sella su entrada en calidad de administrador mancomunado, mientras que los dos últimos recalan en estas sociedades gallegas como apoderados mancomunados solidarios.

El sustituto gallego de Gómez Piña

De esta forma, Arriva apuesta únicamente por altos cargos de su dirección en Madrid para apuntalar la cúpula de sus sociedades gallegas, en donde ya se encontraba desde hace algo más de un año Carlos Xabier Gómez Antón.

Gómez Antón es el nuevo director de operaciones de Arriva en Galicia después de que el cañicense Gómez Piña sellase su salida a comienzos de este año rumbo a la dirección nacional de Arriva, que ahora abandona menos de un año después .

La huella de Arriva en Galicia

Arriva, propiedad del grupo alemán Deutsche Bahn, cumple 20 años en Galicia, en donde cuenta con una flota de más de 220 autobuses a través de la cual se desplazan unos cinco millones de viajeros cada año.

La compañía gestiona un total de 25 líneas, sobre todo en la mitad este de la comunidad, con las que conecta Ferrol y A Coruña, Burela y Santiago o A Coruña y Ourense. Además, la compañía, que hace dos años compró Autocares Vázquez, también controla rutas escolares con las que cada día transporta a una media de 10.000 estudiantes.

Al margen de la fuente de ingresos que le proporcionan estas líneas de autobuses, la compañía ultima su desembarco en el sector ferroviario español. Arriva recibió el pasado mes de mayo el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para poner en marcha su línea A Coruña-Oporto. La compañía estima que esta línea podría mover a una media de hasta 1,6 millones de pasajeros anuales gracias al ahorro de tiempos que supone respecto al servicio que actualmente ofrece Renfe.

Arriva cifra en 2 horas y 46 minutos la duración de este trayecto de 342 kilómetros, una cifra apenas 20 minutos superior a lo que tardan los trenes de Renfe en conectar la estación de Vigo-Guixar con la de Oporto.

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