‘Transfuguismo’ laboral, el efecto no deseado del ERE de Telefónica en Galicia

La CIG considera que, al igual que pasó con otros planes de bajas incentivados de la compañía, parte de los trabajadores que se adscriban de forma voluntaria al ERE terminarán por integrarse en las subcontratas con las que la empresa tiene sus servicios externalizados

El presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete

El presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete. Foto EFE/ Javier Lizón

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La dirección de Telefónica firmó este mismo martes con los sindicatos UGT, CCOO y Sumados-Fetico el acuerdo sobre el expediente de regulación de empleo (ERE), así como el nuevo convenio colectivo para sus tres principales filiales (Telefónica de España, Móviles y Soluciones) que estará en vigor los próximos tres años. La rúbrica de estos acuerdos pone punto y final a un periodo de negociaciones que se iniciaron a principios del mes pasado cuando el grupo de José María Álvarez-Pallete puso sobre la mesa la primera propuesta en la que la cifra de despidos oscilaba entre los 2.500 y los 5.000.

A pesar de que finalmente se haya reducido el número de trabajadores que se verán afectados hasta los 3.421 a nivel estatal, desde la CIG consideran que no se puede hacer una valoración positiva de la situación puesto que “lo que tenemos sobre la mesa es la destrucción de empleo”. Según han advertido fuentes del sindicato a Economía Digital Galicia la ejecución del ERE puede provocar otro efecto en la plantilla que la compañía tiene en la comunidad gallega y que asciende a casi 600 trabajadores. Se trata del traspaso de los trabajadores que se inscriben de forma voluntaria al ERE a las subcontratas con las que la compañía externaliza parte de los servicios. 

“Como pasó en su momento con otro plan de bajas incentivado, el famoso plan de suspensión individual, muchos trabajadores que estaban fijos en la empresa se desvincularon de ella con las condiciones que se estipulaban en ese plan, pero solicitando el permiso para pasar a desempeñar funciones en subcontratas”, explican. La mayor parte de los movimientos se centraron en los “mandos intermedios o superiores y del personal con un mayor nivel de cualificación”. “Esto viene a demostrar que sigue habiendo trabajo, aunque mucho más precarizado”, ya que las condiciones laborales, por norma general, eran peores en estas empresas auxiliares.

Externalización de servicios

Desde el sindicato consideran que este movimiento de empleados encajaría con el “plan” de la empresa de incrementar la externalización de los servicios. “Mucha de la carga de trabajo de telefónica ya está derivada y otra está en camino. Todo el cobre está externalizado desde hace años, algo que era estratégico para la empresa como el despliegue de fibra óptica también, al igual que el diseño y la construcción de circuitos de fibra. También hay que sumar el equipo de mantenimiento de las centrales o el de antenas”, explican. 

En ocasiones , tal y como apuntan las mismas fuentes, “se recuperan actividades que tienen externalizadas ante las quejas de los clientes” por la falta de atención adecuada. La empresa interioriza estos empleos durante un cierto tiempo y cuando se recupera la normalidad y se ajusta a las exigencias de los clientes “se vuelve a externalizar”. Con todo ello, subrayan, el papel de Telefónica en la comunidad se encamina a ser “empresa de gestión y coordinación de servicios aprovechándose de una marca que hoy en día inspira mucha confianza pero que no coordine personal”. 

ERE voluntario

El período de adscripción al expediente de regulación, que afectará al 21% de la plantilla del total de 16.000 empleados de las tres filiales, será del próximo 9 de enero al 8 de febrero. La empresa contestará las peticiones el 14 de febrero y se estima que las salidas se producirían mayoritariamente el 29 de febrero, aunque el ERE estará abierto hasta el 31 de marzo de 2025. En caso de que no se llegue al número establecido con bajas voluntarias, habrá despidos de carácter forzoso, un punto que desde los sindicatos habrían intentado evitar desde el inicio del periodo de negociaciones.

Desde la CIG evitan, por el momento, hacer alguna estimación sobre el número de afectados en Galicia. “La contundencia inicial con la que se presentó este ERE, del que se llegó a plantear que no sería voluntario, influyó en distintas personas y no sabemos qué es lo que va a pasar”. En todo caso, “habrá que esperar a principios del próximo mes para tener una cantidad más certera”. 

En CCOO tampoco hacen una estimación aproximada sobre los trabajadores que se apuntarán de forma voluntaria al ERE. Fuentes del sindicato consultadas por Economía Digital Galicia apuntan que históricamente entre el 60 y el 70% de los trabajadores suele acogerse de forma voluntaria.

Desde el sindicato consideran que han conseguido un acordar un “convenio continuista con el anterior” en el que se garantizan” los pilares que sustentan nuestro convenio como es la garantía de empleo, la movilidad geográfica o el mantenimiento del poder adquisitivo en las nuevas generaciones”. 

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