Final amargo: Adolfo Domínguez se va tras años de pérdidas y cierres

Las pérdidas de 30 millones de euros desde 2016 forzaron un plan de ajuste en la compañía que se saldó con el cierre de 120 de sus más de 500 tiendas

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Adolfo Domínguez pone punto y final a su etapa de 28 años al frente de su grupo textil. El histórico empresario ourensano activa el relevo en la presidencia de la compañía, que a partir de ahora ostentará su hija mayor, Adriana Domínguez, que tendrá plenos poderes para capitanear el regreso de la firma a la senda de la rentabilidad.

Y es que el grupo ha arrastrado pérdidas de 30 millones de euros entre 2016 y 2018 (últimos tres ejercicios completos disponibles), que han ido desde los 22,9 millones de 2016 hasta los 0,4 millones de 2018. Entre medio, la firma, con Adriana Domínguez como directora general primero y como consejera delegada después, ha aplicado un plan de ajuste que ha reducido de 511 a 391 su red de tiendas en todo el mundo tras bajar la persiana a las menos rentables.

Dos ERTE en este 2020

Este ajuste de gastos ha permitido recortar los números rojos pese al tímido aumento de facturación (pasa de 105,7 millones en 2016 a 112 millones en 2018), que en este 2020 todo parece indicar que sufrirá un recorte como consecuencia del coronavirus. El Covid-19 dejó bajo mínimos la actividad en su red de casi 400 tiendas y ha desencadenado la puesta en marcha de dos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

Tras el presentado en el mes de marzo por causas de fuerza mayor (la imposibilidad de abrir en aquellos países que habían activado el confinamiento) para 909 trabajadores, la firma ha presentado a los sindicatos otro ERTE para 896 empleados, que entraría en vigor por el periodo de un año a partir del 1 de julio.

Se trata de un ERTE “modulable”, que irá afectando a menos trabajadores conforme se vayan reabriendo los establecimientos de todo el mundo. El ajuste laboral llega a los propios Adolfo Domínguez (que permanecerá como consejero de la compañía) y a su mujer, Elena González, miembro de la alta dirección de la compañía, directora creativa de AD Mujer.

A vueltas con los alquileres

A la imposibilidad de abrir o tener que hacerlo con un aforo limitado, la compañía se enfrenta a otra losa. Se trata de los gastos en los alquileres de sus establecimientos. Son la tercera mayor partida de gasto en su cuenta de resultados. A ella dedica cada año un total de 13,3 millones de euros, una novena parte de su facturación total.

Es por ello que Adolfo Domínguez es, junto a Sociedad Textil Lonia, Bimba y Lola o Cortefiel, una de las 103 compañías que hace unas semanas llevaron una iniciativa al Congreso de los Diputados para que el Ejecutivo central legisle y permita «negociar en condiciones de igualdad» los alquileres con sus arrendadores para sortear así las cláusulas de indemnización y plazos de obligado cumplimiento que, en la mayoría de los casos, figuraban en el momento de la firma.

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