La extesorera de Audasa implica a la cúpula en el desvío de fondos

Imputada por fraude y blanqueo de capitales, la extesorera de Autopistas del Atlántico sitúa en el vértice de la trama a la directora de administración

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Defenderse atacando. Ese es el camino por el que ha optado la que hasta enero fue única tesorera de Autopistas del Atlántico (Audasa), actualmente en prisión imputada por tres delitos (estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales), en el epicentro de un fraude interno que podría rondar los 1,7 millones. Lo suyo es lo más parecido a tirar de la manta. Lo ha hecho en una de sus últimas comparecencias ante el titular del Juzgado de Instrucción número ocho de A Coruña, después de haberse negado a declarar en un primer momento.

En las diligencias que sigue el juzgado consta que I.C.M. optó por implicar a la cúpula de la concesionaria de la Autopista del Atlántico en el desvío de fondos que le se le atribuye. Concretamente, apuntó a la directora del departamento de administración de la compañía, su superiora directa, de la que dependían a su vez varios departamentos (contabilidad, recursos humanos, gestión de cobro de peajes e informática) y que abandonó Autopistas del Atlántico en febrero, un mes después de que la extesorera fuera denunciada y despedida de la propia compañía.

Transferencias de ida y vuelta

La  responsable de administración, M.E.P.M., que en su momento cursó la denuncia y que también testificó ante el juez, es en todo momento el supuesto vértice de la trama a la que apunta la extesorera. Según su declaración, a la que ha tenido acceso Economía Digital, «había cantidades que se retiraban de la cuenta de Ibercaja» (a la que supuestamente se desviaban los fondos) y que «se entregaban a la directora de administración para finalidades de Audasa«.

En su declaración, la extesorera aludió a «necesidades de funcionamiento de la empresa» y a que «esto era continuo en los últimos años». En todo momento, dijo la extesorera al juez, la directora de administración tenía constancia de las transferencias, «que solía conocer a los pocos días de realizarse». Con anterioridad, aseguró en su declaración, «las transferencias eran autorizadas por M.E.P.M. y firmadas por ella y por otra persona» más.

Sin control sobre la contabilidad

La extesorera de Audasa ocupó en cargo entre 2008 y 2018, y la directora de administración, ahora lejos de la compañía, entre 1999 y febrero de 2019. La responsable única de la tesorería de la concesionaria de la AP-9 aseguró ante el juez que incluso abrió la cuenta en Ibercaja por indicaciones de su superiora y negó que realizase las transferencias con aspecto idéntico a las de Audasa o Autoestradas de Galicia, también del Grupo Itínere, modificando la cuenta de destino.

También negó que alterase la información contable de la empresa, porque «de ello se encargaba otro departamento». Y llegó a asegurar que desconocía si se llegaron a ingresar en su cuenta de Ibercaja un total de 1,3 millones de euros a través de 458 operaciones, como le preguntaron en su comparecencia.

Las lagunas de la declaración

También reconoció la extesorera, a su vez, que muchos de los pagos que se hacían con cargo a la cuenta de Ibercaja fueron autorizados  por Audasa, incluso para su uso particular, «por ejemplo el pago de la piscina o el coche, que habían sido autorizados» por la directora de administración. Como prueba de ello, aseguró que esa documentación se quedó en su mesa cuando fue despedida.

La instrucción de la causa contra la extesorera de Audasa está en su fase final. La mecánica fraudulenta empleada pasaba, supuestamente, por generar operaciones de pago de franquicias de seguros que no aparecían en la contabilidad de Audasa y que no correspondían con verdaderos siniestros. La operativa se habría llevado a cabo durante varios años, por un importe que se acerca, según fuentes de la investigación, a 1,7 millones de euros.

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